Sirios y palestinos lanzan piedras a los soldados israelíes.
Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU exhortaron a Israel y Siria a abstenerse de cualquier "provocación".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a "todas las partes a un máximo de moderación y a respetar estrictamente las leyes humanitarias internacionales para asegurar la protección de los civiles".
"Es importante que las manifestaciones sean pacíficas, y la respuesta comedida y proporcionada. El incidente de ayer (domingo) podría socavar el alto el fuego en vigor desde hace tiempo en el Golán", consideró la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton.
Por su parte, el portavoz del departamento de Estado norteamericano, Mark Toner, expresó la "profunda inquietud" de Washington por los tiroteos y acusó a Damasco de promover los enfrentamientos con Israel para desviar la atención sobre la represión gubernamental contra manifestantes en Siria.
Al tiempo que admitían el "derecho a defenderse de Israel", Francia y Gran Bretaña también se pronunciaron contra un uso "desproporcionado de la fuerza".
El ejército israelí rechazó el balance de 23 muertos y 350 heridos de las autoridades sirias, afirmando que sólo tuvo conocimiento de "10 muertos por la explosión de minas sirias".
Por su lado, Damasco denunció "la flagrante agresión israelí" en el Golán.
"Siria denuncia enérgicamente el flagrante ataque de ayer (domingo) contra civiles desarmados, sirios y palestinos, congregados en la línea de demarcación en el Golán ocupado", afirmó el ministerio sirio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"La agresión dejó un gran número de muertos y heridos" y "reveló la realidad del terrorismo de Estado practicado por Israel", agregó la cancillería siria.
La portavoz del ejército israelí, la teniente coronel Avital Leibovitz, dijo por su lado que había "buenas razones para pensar que el balance sirio es exagerado".
La portavoz no se pronunció sobre las eventuales víctimas de los disparos israelíes, diciendo que "los disparos con balas reales apuntaban a personas que tenían la intención de derribar o franquear la valla" de la frontera.
Israel, que quiere presentar una demanda contra Siria en la ONU, sospecha que el régimen sirio busca crear agitación en la frontera para distraer la atención de la represión sangrienta de las manifestaciones en su país.
"Siria no hizo todo lo que estaba en su poder para impedir esta provocación", dijo primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
"Quizás se trate de un intento de desviar la atención internacional de la matanza de civiles perpetrada en las ciudades de Siria", agregó.
"No tenemos otra opción. Debemos defender nuestra frontera. Pienso que Asad terminará por caer", dijo el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak.
Centenas de manifestantes, con banderas palestinas y sirias, intentaron franquear una primera valla de alambre de púa ubicada antes de un campo de minas, cerca de la ciudad de Majdal Shams, en la parte ocupada del Golán.
Los manifestantes querían conmemorar el aniversario de la "Naksa", la derrota árabe en la Guerra de los Seis Días en 1967.
En junio de 1967, al término de la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó el Sinaí egipcio, restituido en 1982, los Altos del Golán, Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza (evacuada en 2005 pero sometida a un bloqueo israelí).
Años después decidió anexar el Golán y Jerusalén Este, anexiones que la comunidad internacional no reconoce.
La comunidad internacional considera al Golán y Jerusalén como territorios ocupados, al igual que Cisjordania.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a "todas las partes a un máximo de moderación y a respetar estrictamente las leyes humanitarias internacionales para asegurar la protección de los civiles".
"Es importante que las manifestaciones sean pacíficas, y la respuesta comedida y proporcionada. El incidente de ayer (domingo) podría socavar el alto el fuego en vigor desde hace tiempo en el Golán", consideró la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton.
Por su parte, el portavoz del departamento de Estado norteamericano, Mark Toner, expresó la "profunda inquietud" de Washington por los tiroteos y acusó a Damasco de promover los enfrentamientos con Israel para desviar la atención sobre la represión gubernamental contra manifestantes en Siria.
Al tiempo que admitían el "derecho a defenderse de Israel", Francia y Gran Bretaña también se pronunciaron contra un uso "desproporcionado de la fuerza".
El ejército israelí rechazó el balance de 23 muertos y 350 heridos de las autoridades sirias, afirmando que sólo tuvo conocimiento de "10 muertos por la explosión de minas sirias".
Por su lado, Damasco denunció "la flagrante agresión israelí" en el Golán.
"Siria denuncia enérgicamente el flagrante ataque de ayer (domingo) contra civiles desarmados, sirios y palestinos, congregados en la línea de demarcación en el Golán ocupado", afirmó el ministerio sirio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
"La agresión dejó un gran número de muertos y heridos" y "reveló la realidad del terrorismo de Estado practicado por Israel", agregó la cancillería siria.
La portavoz del ejército israelí, la teniente coronel Avital Leibovitz, dijo por su lado que había "buenas razones para pensar que el balance sirio es exagerado".
La portavoz no se pronunció sobre las eventuales víctimas de los disparos israelíes, diciendo que "los disparos con balas reales apuntaban a personas que tenían la intención de derribar o franquear la valla" de la frontera.
Israel, que quiere presentar una demanda contra Siria en la ONU, sospecha que el régimen sirio busca crear agitación en la frontera para distraer la atención de la represión sangrienta de las manifestaciones en su país.
"Siria no hizo todo lo que estaba en su poder para impedir esta provocación", dijo primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
"Quizás se trate de un intento de desviar la atención internacional de la matanza de civiles perpetrada en las ciudades de Siria", agregó.
"No tenemos otra opción. Debemos defender nuestra frontera. Pienso que Asad terminará por caer", dijo el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak.
Centenas de manifestantes, con banderas palestinas y sirias, intentaron franquear una primera valla de alambre de púa ubicada antes de un campo de minas, cerca de la ciudad de Majdal Shams, en la parte ocupada del Golán.
Los manifestantes querían conmemorar el aniversario de la "Naksa", la derrota árabe en la Guerra de los Seis Días en 1967.
En junio de 1967, al término de la Guerra de los Seis Días, Israel conquistó el Sinaí egipcio, restituido en 1982, los Altos del Golán, Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza (evacuada en 2005 pero sometida a un bloqueo israelí).
Años después decidió anexar el Golán y Jerusalén Este, anexiones que la comunidad internacional no reconoce.
La comunidad internacional considera al Golán y Jerusalén como territorios ocupados, al igual que Cisjordania.