Alrededor de 2.000 kilómetros desaparecieron y cerca de 1.200 km están dañados, consideró la Administración del Estado encargada del patrimonio, que limitó su estudio a un segmento de unos 9.000 km.
La gran afluencia de turistas contribuyó igualmente a la degradación del monumento, añadió esta agencia gubernamental.
"Los habitantes que residen cerca de la Gran Muralla tenían la costumbre de utilizar sus ladrillos para construir sus casas y varias secciones de la fortaleza se destruyeron como consecuencia de la expansión urbana y de la construcción de carreteras", detalló Cheng Dalin, un experto de la Comisión de Estudios de la Gran Muralla, citado por el diario Global Times.
La Gran Muralla no es continua, sino que esta constituida de un conglomerado de porciones construidas en diferentes periodos, desde el siglo III a.C. Si se tienen en cuenta las partes desaparecidas y las que se formaron por relieves naturales, se estima que su longitud total es de alrededor de 21.000 kilómetros.
El monumento más famoso de China sufrió numerosos ultrajes, atravesada por carreteras, fábricas o vías de tren y expoliada de sus piedras y su tierra, sobre todo durante la Revolución Cultural maoísta (1966-1976)
Contrariamente a lo que se cree, la Gran Muralla no se puede distinguir a simple vista desde la Luna.