El Parlamento europeo, en Estrasburgo
ESTRASBURGO, Sophie Estienne, (AFP) - Por 378 votos contra 196, y en nombre de la protección de los datos privados, el Parlamento Europeo ejerció por primera vez el derecho de veto sobre acuerdos internacionales, una posibilidad recogida en el nuevo Tratado de Lisboa en vigor desde el comienzo de diciembre.
Esta votación anula un acuerdo firmado a finales de noviembre por los ministros del Interior de la UE que debía permitir a Estados Unidos continuar "rastreando" la financiación del terrorismo utilizando los datos bancarios reunidos por SWIFT, una empresa con sede en Bélgica cuya red es usada por 8.000 instituciones financieras.
Los eurodiputados consideran que se trata de una intrusión excesiva en la vida privada de los ciudadanos de la UE.
La relatora parlamentaria, la liberal holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, estimó insuficiente la protección de estos datos y llamó a sus colegas a no ser "cómplices" de una violación de las leyes europeas.
"Si la administración estadounidense propusiera lo mismo en el Congreso, transferir en bloque los datos de ciudadanos estadounidenses a una potencia extranjera, todos sabemos cuál sería la respuesta", afirmó.
Los diputados no se dejaron llevar por las presiones de varios gobiernos europeos, ni por las estadounidenses al más alto nivel.
Tampoco por algunas voces internas. "El rechazo del acuerdo por el Parlamento constituiría una amenaza para la seguridad", había advertido también la comisaria europea de Asuntos Internos, Cecilia Malmström.
La misión estadounidense ante la UE y un portavoz del gobierno británico lamentaron el jueves lo que consideran un "revés" para la cooperación antiterrorista entre Estados Unidos y Europa.
Pero la relatora parlamentaria estima que "la seguridad de los ciudadanos europeos no está en entredicho" y que los estadounidenses pueden acceder, como hasta ahora, a datos europeos en virtud de un acuerdo de mutua asistencia.
El uso de informaciones de SWIFT es un tema delicado desde hace años en Europa.
Los estadounidenses comenzaron a usarlos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 pero las transferencias secretas no se conocieron hasta 2006, lo que desató un enorme escándalo.
Bajo presión de los eurodiputados, en 2007 se logró un primer acuerdo entre la UE y Estados Unidos, que instauraba medidas para proteger la vida privada, pero éste está pendiente de revisión debido a que SWIFT cambió su forma de proceder y va a almacenar sus datos europeos en Europa.
El voto era también una cuestión de principio para los eurodiputados, molestos con que los ministros hubieran firmado el acuerdo la víspera de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, lo cual, a su entender, era una manera de alejarlos del debate.
El jefe de filas de los liberales, Guy Verhofstadt, saludó "un momento histórico", en el que "el Parlamento mostró que era una institución en pie de igualdad con el Consejo", que representa a los gobiernos europeos.
Un mensaje que aparentemente caló en la Comisión, decidida a "respetar" la votación.
Esta votación anula un acuerdo firmado a finales de noviembre por los ministros del Interior de la UE que debía permitir a Estados Unidos continuar "rastreando" la financiación del terrorismo utilizando los datos bancarios reunidos por SWIFT, una empresa con sede en Bélgica cuya red es usada por 8.000 instituciones financieras.
Los eurodiputados consideran que se trata de una intrusión excesiva en la vida privada de los ciudadanos de la UE.
La relatora parlamentaria, la liberal holandesa Jeanine Hennis-Plasschaert, estimó insuficiente la protección de estos datos y llamó a sus colegas a no ser "cómplices" de una violación de las leyes europeas.
"Si la administración estadounidense propusiera lo mismo en el Congreso, transferir en bloque los datos de ciudadanos estadounidenses a una potencia extranjera, todos sabemos cuál sería la respuesta", afirmó.
Los diputados no se dejaron llevar por las presiones de varios gobiernos europeos, ni por las estadounidenses al más alto nivel.
Tampoco por algunas voces internas. "El rechazo del acuerdo por el Parlamento constituiría una amenaza para la seguridad", había advertido también la comisaria europea de Asuntos Internos, Cecilia Malmström.
La misión estadounidense ante la UE y un portavoz del gobierno británico lamentaron el jueves lo que consideran un "revés" para la cooperación antiterrorista entre Estados Unidos y Europa.
Pero la relatora parlamentaria estima que "la seguridad de los ciudadanos europeos no está en entredicho" y que los estadounidenses pueden acceder, como hasta ahora, a datos europeos en virtud de un acuerdo de mutua asistencia.
El uso de informaciones de SWIFT es un tema delicado desde hace años en Europa.
Los estadounidenses comenzaron a usarlos después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 pero las transferencias secretas no se conocieron hasta 2006, lo que desató un enorme escándalo.
Bajo presión de los eurodiputados, en 2007 se logró un primer acuerdo entre la UE y Estados Unidos, que instauraba medidas para proteger la vida privada, pero éste está pendiente de revisión debido a que SWIFT cambió su forma de proceder y va a almacenar sus datos europeos en Europa.
El voto era también una cuestión de principio para los eurodiputados, molestos con que los ministros hubieran firmado el acuerdo la víspera de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, lo cual, a su entender, era una manera de alejarlos del debate.
El jefe de filas de los liberales, Guy Verhofstadt, saludó "un momento histórico", en el que "el Parlamento mostró que era una institución en pie de igualdad con el Consejo", que representa a los gobiernos europeos.
Un mensaje que aparentemente caló en la Comisión, decidida a "respetar" la votación.