Enrique Peña Nieto
"Nosotros no podemos aceptar un resultado fraudulento", sentenció López Obrador en una conferencia de prensa, tras denunciar que la elección, "demasiado sucia", implicó compra masiva de votos.
Un conteo preliminar del Instituto Federal Electoral (IFE), con 97,23% de las actas de voto escrutadas, daba al PRI un 38,1% de los sufragios, contra 31,7% de López Obrador y 25,4% de Josefina Vázquez Mota, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN, conservador).
Peña Nieto, quien debe asumir el 1 de diciembre, recibió felicitaciones de varios gobiernos, incluido Estados Unidos, países de América Latina, la Unión Europea y de la OEA, pero el líder izquierdista anunció que está reuniendo pruebas para una posible impugnación del acto electoral.
López Obrador, quien en 2006 denunció fraude al perder la presidencia por 0,56% de los votos ante el actual mandatario Felipe Calderón, dijo que esperará al conteo final de las actas por parte del IFE, que concluye el domingo, para evaluar las acciones a seguir.
Poco antes de su rueda de prensa, unos 25.000 jóvenes del movimiento #Yosoy132 marcharon en un lujoso barrio de la capital para expresar su enojo por lo que dicen fue un "fraude" electoral.
López Obrador, quien paralizó en 2006 el centro de la capital y se declaró "presidente legítimo" pese a su derrota, evocó durante la campaña la posibilidad de un fraude, pero firmó con el resto de candidatos un pacto para respetar los resultados del IFE.
"La elección estuvo plagada de irregularidades (...) Es una vergüenza nacional", expresó el ex alcalde de Ciudad de México, de 58 años.
Más temprano, Peña Nieto dijo que esperaba "una actitud de respeto, de civilidad, de madurez política" de su rival, como lo hizo el PRI en sus derrotas en 2000 y 2006 frente al PAN.
Un vuelta al viejo PRI
Mientras tanto, Peña Nieto, abogado de 45 años con porte de galán de telenovela, ya se muestra como presidente electo. Este lunes, ante los medios delineó un futuro gobierno.
"No hay un regreso al pasado. Este PRI que llega al gobierno ha mostrado su convicción democrática" en la oposición, afirmó Peña Nieto a periodistas de agencias de prensa internacionales.
El PRI gobernó de 1929 a 2000, con un régimen paternalista que acabó con las luchas de caudillos y dio estabilidad al país tras la Revolución de 1910, pero fue acusado de autoritario y corrupto, tachas revividas en la campaña electoral.
"Aquí hay un partido que no se ha ido (...). El PRI ha demostrado que cree en la democracia y que (...) podemos tener los resultados de manera eficaz", subrayó Peña Nieto.
José Antonio Crespo, politólogo e historiador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, opinó que "con su pasado autoritario, tener reservas sobre el PRI, es válido".
Un llamado a la reconciliación
Prometiendo alentar "la reconciliación", Peña Nieto no descartó sumar a su gobierno a miembros de otros partidos e incluso a líderes independientes: "Me interesa trabajar con todos los partidos políticos".
En unos comicios en que un triunfo del PRI estaba cantado por los sondeos, con un margen mucho mayor al que se dio, los mexicanos eligieron también las dos cámaras del Congreso, seis gobernadores y el jefe de gobierno de Ciudad de México.
El PRI, que tenía hasta ahora la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (500 miembros) y simple en el Senado (128), mantendría la mayoría de escaños en ambas, según proyecciones de la prensa, pero sería una mayoría simple, por lo que tendrá que negociar para sacar adelante sus propuestas.
"Tendrá pendiente reformas que el PAN no hizo en parte por rechazo del PRI: si abrirá al capital privado la petrolera estatal PEMEX y si tocará los monopolios privados", dijo a la AFP Nicolás Lazo, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
En la capital, la izquierda que gobierna desde 1997, conservará la alcaldía con un aplastante 60% de los votos, mientras el PRI ganó cuatro de las seis gubernaturas en disputa.
Los desafíos: narco y pobreza
México vive una ola de violencia que deja más de 50.000 muertos desde que Calderón lanzó en diciembre de 2006 una ofensiva contra los cárteles de la droga con el ejército, que ayuda a financiar Estados Unidos.
"No va a haber tregua ni pacto, sino combate eficaz contra los capos (...) pero en un rediseño que permita bajar la violencia y lograr el respaldo social", anunció Peña Nieto el lunes.
Javier Oliva, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opinó que "el reto más importante es reconstituir las condiciones de paz social" en las regiones golpeadas por la violencia.
Peña, quien conversó telefónicamente con el presidente Barack Obama, dijo que un punto central en la agenda a definir con Estados Unidos "será precisamente hacer un combate más eficaz que implique menos violencia".
El otro enorme problema que debe abordar es la pobreza. "Debe profundizar" las políticas para erradicar ese mal que afecta a la mitad de los 112 millones de mexicanos, destacó Lazo.
"México necesita recuperar el camino de la paz, de la seguridad, del crecimiento económico, del combate a la pobreza y condiciones de mayor bienestar", reconoció Peña Nieto.
Segunda economía de América Latina después de Brasil, México vio crecer en 15 millones su población de pobres bajo los gobiernos del PAN, lo que pesó, según Lazo, en el voto de la ciudadanía.
Un conteo preliminar del Instituto Federal Electoral (IFE), con 97,23% de las actas de voto escrutadas, daba al PRI un 38,1% de los sufragios, contra 31,7% de López Obrador y 25,4% de Josefina Vázquez Mota, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN, conservador).
Peña Nieto, quien debe asumir el 1 de diciembre, recibió felicitaciones de varios gobiernos, incluido Estados Unidos, países de América Latina, la Unión Europea y de la OEA, pero el líder izquierdista anunció que está reuniendo pruebas para una posible impugnación del acto electoral.
López Obrador, quien en 2006 denunció fraude al perder la presidencia por 0,56% de los votos ante el actual mandatario Felipe Calderón, dijo que esperará al conteo final de las actas por parte del IFE, que concluye el domingo, para evaluar las acciones a seguir.
Poco antes de su rueda de prensa, unos 25.000 jóvenes del movimiento #Yosoy132 marcharon en un lujoso barrio de la capital para expresar su enojo por lo que dicen fue un "fraude" electoral.
López Obrador, quien paralizó en 2006 el centro de la capital y se declaró "presidente legítimo" pese a su derrota, evocó durante la campaña la posibilidad de un fraude, pero firmó con el resto de candidatos un pacto para respetar los resultados del IFE.
"La elección estuvo plagada de irregularidades (...) Es una vergüenza nacional", expresó el ex alcalde de Ciudad de México, de 58 años.
Más temprano, Peña Nieto dijo que esperaba "una actitud de respeto, de civilidad, de madurez política" de su rival, como lo hizo el PRI en sus derrotas en 2000 y 2006 frente al PAN.
Un vuelta al viejo PRI
Mientras tanto, Peña Nieto, abogado de 45 años con porte de galán de telenovela, ya se muestra como presidente electo. Este lunes, ante los medios delineó un futuro gobierno.
"No hay un regreso al pasado. Este PRI que llega al gobierno ha mostrado su convicción democrática" en la oposición, afirmó Peña Nieto a periodistas de agencias de prensa internacionales.
El PRI gobernó de 1929 a 2000, con un régimen paternalista que acabó con las luchas de caudillos y dio estabilidad al país tras la Revolución de 1910, pero fue acusado de autoritario y corrupto, tachas revividas en la campaña electoral.
"Aquí hay un partido que no se ha ido (...). El PRI ha demostrado que cree en la democracia y que (...) podemos tener los resultados de manera eficaz", subrayó Peña Nieto.
José Antonio Crespo, politólogo e historiador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, opinó que "con su pasado autoritario, tener reservas sobre el PRI, es válido".
Un llamado a la reconciliación
Prometiendo alentar "la reconciliación", Peña Nieto no descartó sumar a su gobierno a miembros de otros partidos e incluso a líderes independientes: "Me interesa trabajar con todos los partidos políticos".
En unos comicios en que un triunfo del PRI estaba cantado por los sondeos, con un margen mucho mayor al que se dio, los mexicanos eligieron también las dos cámaras del Congreso, seis gobernadores y el jefe de gobierno de Ciudad de México.
El PRI, que tenía hasta ahora la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (500 miembros) y simple en el Senado (128), mantendría la mayoría de escaños en ambas, según proyecciones de la prensa, pero sería una mayoría simple, por lo que tendrá que negociar para sacar adelante sus propuestas.
"Tendrá pendiente reformas que el PAN no hizo en parte por rechazo del PRI: si abrirá al capital privado la petrolera estatal PEMEX y si tocará los monopolios privados", dijo a la AFP Nicolás Lazo, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
En la capital, la izquierda que gobierna desde 1997, conservará la alcaldía con un aplastante 60% de los votos, mientras el PRI ganó cuatro de las seis gubernaturas en disputa.
Los desafíos: narco y pobreza
México vive una ola de violencia que deja más de 50.000 muertos desde que Calderón lanzó en diciembre de 2006 una ofensiva contra los cárteles de la droga con el ejército, que ayuda a financiar Estados Unidos.
"No va a haber tregua ni pacto, sino combate eficaz contra los capos (...) pero en un rediseño que permita bajar la violencia y lograr el respaldo social", anunció Peña Nieto el lunes.
Javier Oliva, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opinó que "el reto más importante es reconstituir las condiciones de paz social" en las regiones golpeadas por la violencia.
Peña, quien conversó telefónicamente con el presidente Barack Obama, dijo que un punto central en la agenda a definir con Estados Unidos "será precisamente hacer un combate más eficaz que implique menos violencia".
El otro enorme problema que debe abordar es la pobreza. "Debe profundizar" las políticas para erradicar ese mal que afecta a la mitad de los 112 millones de mexicanos, destacó Lazo.
"México necesita recuperar el camino de la paz, de la seguridad, del crecimiento económico, del combate a la pobreza y condiciones de mayor bienestar", reconoció Peña Nieto.
Segunda economía de América Latina después de Brasil, México vio crecer en 15 millones su población de pobres bajo los gobiernos del PAN, lo que pesó, según Lazo, en el voto de la ciudadanía.