BERLIN (Reuters) - Casi cuatro años después de un brote inusual de orgullo nacional por la elección de un Papa de origen germano, los alemanes se están desenamorando de Benedicto XVI debido a su decisión de rehabilitar a un obispo que niega el Holocausto.
Destacados católicos, políticos y analistas de la tierra natal de Joseph Ratzinger no ahorran en sus críticas al levantamiento de la excomunión de cuatro obispos, entre ellos uno que niega la magnitud del Holocausto.
La canciller alemana, Angela Merkel, también lo criticó motivando una dura respuesta del Vaticano.
"Críticas mundiales al Papa", se leía en la portada del diario Bild, el más vendido del país. Contrastaba con un orgulloso "Nosotros somos el Papa" de abril de 2005 con que el periódico celebró la elección del Pontífice.
"El Papa ha cometido un grave error. Que sea un Papa alemán hace que el asunto sea especialmente malo", decía el diario en un editorial.
"El Papa Benedicto XVI está causando un gran daño a Alemania (...) El Papa debe corregir su error, revertir su decisión y excusarse", añadió el periódico.
Más de 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes aún luchan con el legado del Holocausto en el que los nazis mataron a 6 millones de judíos europeos. Las relaciones con la comunidad son altamente sensibles.
La semana pasada, el Consejo Central de Judíos de Alemania dijo que rompería sus lazos con la Iglesia Católica debido a la decisión del Papa.
El obispo en el ojo del huracán es Richard Williamson, que pertenece a la ultra tradicionalista Sociedad de San Pío X y niega la magnitud del Holocausto.
El mes pasado, el obispo británico dijo a una emisora sueca que creía que no existieron las cámaras de gas para matar a los judíos y que no más de 300.000 habían muerto en los campos de concentración.
La negación del Holocausto es un delito en Alemania y los fiscales del estado de la ciudad de Ratisbona están investigando a Williamson. Páginas web neonazis alemanas y blogs han publicado contribuciones apoyando la posición del obispo.
En un comentario en el Mitteldeutsche Zeitung, el ex ministro del exterior Hans-Dietrich Genscher argumentó que Ratzinger, obligado a unirse a las juventudes hitlerianas cuando era un niño pese a que sus padres se oponían a los nazis, estaba convirtiendo en un hábito el ofender a quienes no eran católicos.
El ha mostrado poco respeto con los protestantes y ha causado molestia entre los musulmanes al señalar al Islam como una religión violenta e irracional en un discurso en 2006 en Ratisbona, dijo Genscher.
"Esta es una cuestión moral y ética profunda. Es acerca del respeto por las víctimas de crímenes de lesa humanidad", señaló.
Otros políticos se le unieron y, en una inusual intervención, la canciller Merkel, hija de un pastor protestante, instó al Pontífice a dejar claro que él rechaza cualquier negación del Holocausto.
"Es una cuestión fundamental si, a través de la decisión del Vaticano, la impresión que surge es la de que el Holocausto puede ser negado", dijo, insistiendo en que quería una aclaración.
El Vaticano respondió sosteniendo que la posición del Papa sobre el tema era inequívoca.
"La condena a las declaraciones que niegan el Holocausto no podrían haber sido más claras", dijo el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, en un comunicado.
Destacados católicos, políticos y analistas de la tierra natal de Joseph Ratzinger no ahorran en sus críticas al levantamiento de la excomunión de cuatro obispos, entre ellos uno que niega la magnitud del Holocausto.
La canciller alemana, Angela Merkel, también lo criticó motivando una dura respuesta del Vaticano.
"Críticas mundiales al Papa", se leía en la portada del diario Bild, el más vendido del país. Contrastaba con un orgulloso "Nosotros somos el Papa" de abril de 2005 con que el periódico celebró la elección del Pontífice.
"El Papa ha cometido un grave error. Que sea un Papa alemán hace que el asunto sea especialmente malo", decía el diario en un editorial.
"El Papa Benedicto XVI está causando un gran daño a Alemania (...) El Papa debe corregir su error, revertir su decisión y excusarse", añadió el periódico.
Más de 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, los alemanes aún luchan con el legado del Holocausto en el que los nazis mataron a 6 millones de judíos europeos. Las relaciones con la comunidad son altamente sensibles.
La semana pasada, el Consejo Central de Judíos de Alemania dijo que rompería sus lazos con la Iglesia Católica debido a la decisión del Papa.
El obispo en el ojo del huracán es Richard Williamson, que pertenece a la ultra tradicionalista Sociedad de San Pío X y niega la magnitud del Holocausto.
El mes pasado, el obispo británico dijo a una emisora sueca que creía que no existieron las cámaras de gas para matar a los judíos y que no más de 300.000 habían muerto en los campos de concentración.
La negación del Holocausto es un delito en Alemania y los fiscales del estado de la ciudad de Ratisbona están investigando a Williamson. Páginas web neonazis alemanas y blogs han publicado contribuciones apoyando la posición del obispo.
En un comentario en el Mitteldeutsche Zeitung, el ex ministro del exterior Hans-Dietrich Genscher argumentó que Ratzinger, obligado a unirse a las juventudes hitlerianas cuando era un niño pese a que sus padres se oponían a los nazis, estaba convirtiendo en un hábito el ofender a quienes no eran católicos.
El ha mostrado poco respeto con los protestantes y ha causado molestia entre los musulmanes al señalar al Islam como una religión violenta e irracional en un discurso en 2006 en Ratisbona, dijo Genscher.
"Esta es una cuestión moral y ética profunda. Es acerca del respeto por las víctimas de crímenes de lesa humanidad", señaló.
Otros políticos se le unieron y, en una inusual intervención, la canciller Merkel, hija de un pastor protestante, instó al Pontífice a dejar claro que él rechaza cualquier negación del Holocausto.
"Es una cuestión fundamental si, a través de la decisión del Vaticano, la impresión que surge es la de que el Holocausto puede ser negado", dijo, insistiendo en que quería una aclaración.
El Vaticano respondió sosteniendo que la posición del Papa sobre el tema era inequívoca.
"La condena a las declaraciones que niegan el Holocausto no podrían haber sido más claras", dijo el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, en un comunicado.