El texto de 135 páginas llamado "Africae Munus" (el compromiso de Africa) reagrupa las conclusiones del sínodo sobre África que se celebró en 2009 en el Vaticano.
El Sumo Pontífice llegó el viernes para una visita de tres días a Benín, tierra de animismo y catolicismo, y firmó la "exhortación apostólica" en la catedral de Ouidah, un pueblo del litoral a 40 km de Cotonú, capital económica de este país del oeste africano.
En este documento, el Papa pide a los católicos que se posicionen firmemente sobre la reconciliación, la defensa de la familia y el buen gobierno. Llama igualmente a la abolición de la pena de muerte y denuncia los maltratos de las mujeres y de los niños.
En este puerto desde donde comenzó el comercio de esclavos hacia América, el Papa llamó a los cristianos a "luchar contra la esclavitud".
El documento, que entregará el domingo a los obispos del continente reunidos en Cotonú, hace una breve referencia al Sida, que afecta particularmente a Africa en donde vive un 70% de los 34 millones de seropositivos del mundo.
Según "la exhortación apostólica" para África, el Sida es un problema esencialmente ético: "El problema del Sida exige una respuesta médica y farmacéutica. Pero esto no es suficiente, pues el problema es más profundo. Es antes que nada ético".
La posición del Vaticano sobre el preservativo para impedir la contaminación es muy controvertida. En 2009, en un viaje a Camerún y a Angola, el Papa provocó una polémica al estimar que el uso de preservativos agravaban el problema del Sida.
Benedicto XVI declaró desde entonces que su utilización podía ser aceptada "en ciertos casos" "para reducir los riesgos de contaminación".
Justo antes de firmar el texto, el Papa regresó sobre los temas del sínodo de 2009: reconciliación, justicia y paz que "son de una particular actualidad".
"Basta con recordar las tensiones, la violencia, las guerras, las injusticias, los abusos de todo tipo, nuevos y ancianos, que marcaron este año", dijo.
En un discurso el sábado por la mañana en el palacio presidencial de Cotonú, Benedicto XVI denunció la corrupción y otros males que afligen a Africa.
"En este momento hay demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción avidez, demasiado desprecio y mentiras, demasiada violencia que llevan a la miseria y la muerte", dijo.
"Cada pueblo (...) percibe las manipulaciones, y sus revanchas son a veces violentas", continuó luego de una alusión a la "primavera árabe".
"Desde esta tribuna, lanzo un llamado a todos los responsables políticos y económicos de los países africanos (...). ¡No priven a sus pueblos de esperanza! ¡No les amputen su futuro mutilando su presente!", insistió.
Este discurso solemne fue pronunciado delante de todos los cuerpos constituidos y los representantes de las otras religiones y creencias, entre ellas el vudú. El ex presidente beninés Mathieu Kerekou, que dirigió durante años un régimen militar de inspiración marxista para luego regresar al poder a través de las urnas, estaba presente.
Abogando por un diálogo interreligioso sin "confusión" ni "sincretismo", el Papa estimó que "ninguna religión, ninguna cultura puede justificar la intolerancia y la violencia". No comentó nada sobre su propia religión, ya que el cristianismo se ha impuesto violentamente en la mayoría de los países en los que está presente.
Benedicto XVI, de 84 años, entregará la exhortación el domingo a los presidentes de las Conferencias Episcopales del continente en Cotonú, en donde celebrará la misa en el "estadio de la amistad" antes de partir del país.
Este es el segundo viaje al continente africano en seis años y medio de pontificado de Benedicto XVI.
El Sumo Pontífice llegó el viernes para una visita de tres días a Benín, tierra de animismo y catolicismo, y firmó la "exhortación apostólica" en la catedral de Ouidah, un pueblo del litoral a 40 km de Cotonú, capital económica de este país del oeste africano.
En este documento, el Papa pide a los católicos que se posicionen firmemente sobre la reconciliación, la defensa de la familia y el buen gobierno. Llama igualmente a la abolición de la pena de muerte y denuncia los maltratos de las mujeres y de los niños.
En este puerto desde donde comenzó el comercio de esclavos hacia América, el Papa llamó a los cristianos a "luchar contra la esclavitud".
El documento, que entregará el domingo a los obispos del continente reunidos en Cotonú, hace una breve referencia al Sida, que afecta particularmente a Africa en donde vive un 70% de los 34 millones de seropositivos del mundo.
Según "la exhortación apostólica" para África, el Sida es un problema esencialmente ético: "El problema del Sida exige una respuesta médica y farmacéutica. Pero esto no es suficiente, pues el problema es más profundo. Es antes que nada ético".
La posición del Vaticano sobre el preservativo para impedir la contaminación es muy controvertida. En 2009, en un viaje a Camerún y a Angola, el Papa provocó una polémica al estimar que el uso de preservativos agravaban el problema del Sida.
Benedicto XVI declaró desde entonces que su utilización podía ser aceptada "en ciertos casos" "para reducir los riesgos de contaminación".
Justo antes de firmar el texto, el Papa regresó sobre los temas del sínodo de 2009: reconciliación, justicia y paz que "son de una particular actualidad".
"Basta con recordar las tensiones, la violencia, las guerras, las injusticias, los abusos de todo tipo, nuevos y ancianos, que marcaron este año", dijo.
En un discurso el sábado por la mañana en el palacio presidencial de Cotonú, Benedicto XVI denunció la corrupción y otros males que afligen a Africa.
"En este momento hay demasiados escándalos e injusticias, demasiada corrupción avidez, demasiado desprecio y mentiras, demasiada violencia que llevan a la miseria y la muerte", dijo.
"Cada pueblo (...) percibe las manipulaciones, y sus revanchas son a veces violentas", continuó luego de una alusión a la "primavera árabe".
"Desde esta tribuna, lanzo un llamado a todos los responsables políticos y económicos de los países africanos (...). ¡No priven a sus pueblos de esperanza! ¡No les amputen su futuro mutilando su presente!", insistió.
Este discurso solemne fue pronunciado delante de todos los cuerpos constituidos y los representantes de las otras religiones y creencias, entre ellas el vudú. El ex presidente beninés Mathieu Kerekou, que dirigió durante años un régimen militar de inspiración marxista para luego regresar al poder a través de las urnas, estaba presente.
Abogando por un diálogo interreligioso sin "confusión" ni "sincretismo", el Papa estimó que "ninguna religión, ninguna cultura puede justificar la intolerancia y la violencia". No comentó nada sobre su propia religión, ya que el cristianismo se ha impuesto violentamente en la mayoría de los países en los que está presente.
Benedicto XVI, de 84 años, entregará la exhortación el domingo a los presidentes de las Conferencias Episcopales del continente en Cotonú, en donde celebrará la misa en el "estadio de la amistad" antes de partir del país.
Este es el segundo viaje al continente africano en seis años y medio de pontificado de Benedicto XVI.