El penacho de Moctezuma
Algunos afirman que el penacho imperial fue traído a Europa por el conquistador español Hernán Cortés a principios del siglo XVI, mientras que otros estiman que pertenecía a un importante sacerdote azteca.
México, que desea recuperar el objeto, y Viena, que estima que es muy frágil para transportarlo, se pelean desde hace años por el penacho.
"No cuestionamos la propiedad o la posesión. Pero si fuimos capaces de trabajar juntos para restaurar o estudiar el penacho, deberíamos poder hallar una solución para enviarlo a México", explicó a la AFP Alfonso de María y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México en una presentación en Viena de la exposición.
Para los expertos, el penacho es uno de los pocos ejemplares del arte de la pluma de las civilizaciones precolombinas. Se lo menciona por primera vez en una colección del archiduque Fernando II de Tirol en 1596.
A pesar de su antigüedad (más de 500 años), el penacho conservó sus colores: verde, azul, rojo y marrón.
Unas 450 plumas verdes de quetzal fueron necesarias para constituir el objeto, de un metro y medio. Fue embellecido con piedras preciosas doradas y pequeñas plumas azul turquesa, rojas y pardas.
El objeto podría dañarse fácilmente si se lo expone a vibraciones como las que podría sufrir en un viaje, según un estudio de la Universidad Técnica de Viena, "elemento esencial" de un expediente para el ministerio austríaco de Relaciones Exteriores.
"Todo depende del hecho de saber si puede ser transportado. Si la respuesta es no, no hay una segunda o tercera pregunta que hacer", como si Austria estaría dispuesta a devolver el objeto a México, precisó a la AFP el portavoz del ministerio, Martin Weiss.
"México debería poder compartir la obra, si hallamos la mejor manera de enviarla a México totalmente protegida de cualquier daño", explicó Alfonso de María y Campos.
¿Mito o realidad ?
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Para los partidarios del préstamo del penacho, el estudio de la Universidad de Viena se basa en un viaje por avión, y deja la puerta abierta a otros medios; la técnica podría progresar en el futuro.
El expresidente de México, Vicente Fox, pidió la devolución del penacho a su homólogo austriaco, Heinz Fischer, en su última visita a México en 2005 y los indígenas mexicanos hacen habitualmente este pedido para lo que consideran como "la corona sagrada de Moctezuma".
México sin embargo nunca ha ido hasta pedir una restitución permanente, el director del INHA ha privilegiado hasta ahora la vía de un "préstamo durante largo tiempo".
A su juicio, el penacho "pertenece a Moctezuma, no cabe duda". Es también "muy probable" que fuera traído a Europa por Hernán Cortés.
Otros expertos son menos categóricos: "Se trata de un mito, de una fábula", estima así Gerard van Bussel, conservador del Museo de Etnología de Viena (Museum für Völkerkunde).
Durante los dos últimos años, un amplio equipo de historiadores, arqueólogos y ornitólogos de Austria y México han estudiado el penacho y lo han restaurado para que recobre su belleza original.
Está ahora expuesto junto a obras de arte excepcionales de civilizaciones precolombinas, incluido un escudo o un inmenso abanico.
El penacho está colocado en un mostrador de presentación especialmente concebido para resistir a las vibraciones de los pasos de los visitantes, y es la principal curiosidad de la exposición.
"Es como mirar a la Mona Lisa: desprende tal potencia que deja en la sombra a otros objetos", se entusiasma Alfonso de María y Campos.
- "Penaco Pracht und Passion" ("Penacho, esplendor y pasión"), exposición permanente, ww.ethno-museum.ac.at/
México, que desea recuperar el objeto, y Viena, que estima que es muy frágil para transportarlo, se pelean desde hace años por el penacho.
"No cuestionamos la propiedad o la posesión. Pero si fuimos capaces de trabajar juntos para restaurar o estudiar el penacho, deberíamos poder hallar una solución para enviarlo a México", explicó a la AFP Alfonso de María y Campos, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México en una presentación en Viena de la exposición.
Para los expertos, el penacho es uno de los pocos ejemplares del arte de la pluma de las civilizaciones precolombinas. Se lo menciona por primera vez en una colección del archiduque Fernando II de Tirol en 1596.
A pesar de su antigüedad (más de 500 años), el penacho conservó sus colores: verde, azul, rojo y marrón.
Unas 450 plumas verdes de quetzal fueron necesarias para constituir el objeto, de un metro y medio. Fue embellecido con piedras preciosas doradas y pequeñas plumas azul turquesa, rojas y pardas.
El objeto podría dañarse fácilmente si se lo expone a vibraciones como las que podría sufrir en un viaje, según un estudio de la Universidad Técnica de Viena, "elemento esencial" de un expediente para el ministerio austríaco de Relaciones Exteriores.
"Todo depende del hecho de saber si puede ser transportado. Si la respuesta es no, no hay una segunda o tercera pregunta que hacer", como si Austria estaría dispuesta a devolver el objeto a México, precisó a la AFP el portavoz del ministerio, Martin Weiss.
"México debería poder compartir la obra, si hallamos la mejor manera de enviarla a México totalmente protegida de cualquier daño", explicó Alfonso de María y Campos.
¿Mito o realidad ?
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Para los partidarios del préstamo del penacho, el estudio de la Universidad de Viena se basa en un viaje por avión, y deja la puerta abierta a otros medios; la técnica podría progresar en el futuro.
El expresidente de México, Vicente Fox, pidió la devolución del penacho a su homólogo austriaco, Heinz Fischer, en su última visita a México en 2005 y los indígenas mexicanos hacen habitualmente este pedido para lo que consideran como "la corona sagrada de Moctezuma".
México sin embargo nunca ha ido hasta pedir una restitución permanente, el director del INHA ha privilegiado hasta ahora la vía de un "préstamo durante largo tiempo".
A su juicio, el penacho "pertenece a Moctezuma, no cabe duda". Es también "muy probable" que fuera traído a Europa por Hernán Cortés.
Otros expertos son menos categóricos: "Se trata de un mito, de una fábula", estima así Gerard van Bussel, conservador del Museo de Etnología de Viena (Museum für Völkerkunde).
Durante los dos últimos años, un amplio equipo de historiadores, arqueólogos y ornitólogos de Austria y México han estudiado el penacho y lo han restaurado para que recobre su belleza original.
Está ahora expuesto junto a obras de arte excepcionales de civilizaciones precolombinas, incluido un escudo o un inmenso abanico.
El penacho está colocado en un mostrador de presentación especialmente concebido para resistir a las vibraciones de los pasos de los visitantes, y es la principal curiosidad de la exposición.
"Es como mirar a la Mona Lisa: desprende tal potencia que deja en la sombra a otros objetos", se entusiasma Alfonso de María y Campos.
- "Penaco Pracht und Passion" ("Penacho, esplendor y pasión"), exposición permanente, ww.ethno-museum.ac.at/