MARGARITA BATALLAS, MADRID. - Los jueces cuentan con un sexto borrador sobre la sentencia del Estatut que ha sido redactado en los dos últimos meses, aunque según las fuentes consultadas no lo someterán a votación hasta mediados de abril. Varios magistrados quieren dictar el fallo lo antes posible para evitar interferir en la precampaña de las elecciones catalanas, pero otros no tienen tanta prisa y prefieren facilitar a los partidos más margen de maniobra para negociar su posición cara al futuro Govern.
El alto tribunal consiguió superar en febrero la maniobra de los jueces conservadores, que pusieron todo su empeño en provocar una votación sobre una propuesta de fallo –no sobre la redacción de la sentencia– que atendía generosamente las pretensiones del PP, partido que ha recurrido más de un centenar de artículos de la Carta catalana. La presidenta, María Emilia Casas, logró frenar esa intentona y a cambio propuso la redacción de otro texto.
CERRADO POR VACACIONES / Los magistrados y sus letrados se pusieron a ello y se repartieron la resolución por capítulos en los que se recogían el sentir mayoritario del pleno del Constitucional, según las fuentes consultadas. Ese trabajo debería haber terminado a mediados de marzo con el fin de que el documento definitivo fuera debatido en un pleno que iba a ser convocado a finales de este mes. Sin embargo, la redacción ha llevado más tiempo de lo previsto y en vez de celebrar un pleno los jueces se han llevado durante sus vacaciones un texto que aún deberá ser revisado en despachos informales y en el pleno. Consecuentemente, la deliberación sobre el fallo no se celebrará hasta mediados de abril.
Esta semana, el Constitucional está cerrado por vacaciones y la próxima tampoco tiene previsto reunirse. Por ello, las fuentes consultadas dudan de que ya se haya alcanzado la ansiada mayoría para aprobar la sentencia de la Carta catalana, ya que, en caso contrario, Casas habría convocado al pleno para deliberación y fallo. Además, esas mismas fuentes apuntan que aún quedan flecos por atar y que la posible mayoría es tan frágil como ocurrió en anteriores ocasiones en las que también se anunció que había fumata blanca y al final volvió a ser negra.
Pero también apuntan a otros factores para justificar ese retraso. Algunos magistrados conservadores han comentado a sus allegados que el PP no les está metiendo ninguna prisa para sacar adelante el fallo, ya que este trabaja en la sombra para cerrar un posible acuerdo con CiU tras las próximas elecciones. Al PSOE tampoco le favorece tener que escoger entre la peste y el cólera de una sentencia que, en ningún caso, ya sea más o menos dura, dejará satisfecha a Catalunya.
Pese a estas reflexiones, el líder de los conservadores, Mariano Rajoy, quiso ayer mantener las apariencias, aunque sin mucho entusiasmo. «Sería bueno que el tribunal se pronunciase ya», afirmó en Tenerife, y se reservó su opinión sobre el texto hasta que el Constitucional «tome una decisión». En la misma línea se manifestó el PSOE. Su secretaria de política internacional, Elena Valenciano, negó que su partido tenga alguna información «concreta» que apunte que la sentencia del Estatut saldrá «en unos días» y pidió que se deje trabajar a los magistrados.
RESULTADO «OFENSIVO» / Los políticos catalanes fueron los más combativos. El expresident Jordi Pujol consideró que el Constitucional ha hecho «fatal» su trabajo y acusó al PP y al PSOE de haber «manoseado la sentencia» en beneficio «de sus intereses» y no de Catalunya. Por su parte, el secretario general de ERC, Joan Ridao, llamó a la unidad de los partidos ante un posible recorte. «Cualquier sentencia será una ofensa y no será aceptada», afirmó.
El alto tribunal consiguió superar en febrero la maniobra de los jueces conservadores, que pusieron todo su empeño en provocar una votación sobre una propuesta de fallo –no sobre la redacción de la sentencia– que atendía generosamente las pretensiones del PP, partido que ha recurrido más de un centenar de artículos de la Carta catalana. La presidenta, María Emilia Casas, logró frenar esa intentona y a cambio propuso la redacción de otro texto.
CERRADO POR VACACIONES / Los magistrados y sus letrados se pusieron a ello y se repartieron la resolución por capítulos en los que se recogían el sentir mayoritario del pleno del Constitucional, según las fuentes consultadas. Ese trabajo debería haber terminado a mediados de marzo con el fin de que el documento definitivo fuera debatido en un pleno que iba a ser convocado a finales de este mes. Sin embargo, la redacción ha llevado más tiempo de lo previsto y en vez de celebrar un pleno los jueces se han llevado durante sus vacaciones un texto que aún deberá ser revisado en despachos informales y en el pleno. Consecuentemente, la deliberación sobre el fallo no se celebrará hasta mediados de abril.
Esta semana, el Constitucional está cerrado por vacaciones y la próxima tampoco tiene previsto reunirse. Por ello, las fuentes consultadas dudan de que ya se haya alcanzado la ansiada mayoría para aprobar la sentencia de la Carta catalana, ya que, en caso contrario, Casas habría convocado al pleno para deliberación y fallo. Además, esas mismas fuentes apuntan que aún quedan flecos por atar y que la posible mayoría es tan frágil como ocurrió en anteriores ocasiones en las que también se anunció que había fumata blanca y al final volvió a ser negra.
Pero también apuntan a otros factores para justificar ese retraso. Algunos magistrados conservadores han comentado a sus allegados que el PP no les está metiendo ninguna prisa para sacar adelante el fallo, ya que este trabaja en la sombra para cerrar un posible acuerdo con CiU tras las próximas elecciones. Al PSOE tampoco le favorece tener que escoger entre la peste y el cólera de una sentencia que, en ningún caso, ya sea más o menos dura, dejará satisfecha a Catalunya.
Pese a estas reflexiones, el líder de los conservadores, Mariano Rajoy, quiso ayer mantener las apariencias, aunque sin mucho entusiasmo. «Sería bueno que el tribunal se pronunciase ya», afirmó en Tenerife, y se reservó su opinión sobre el texto hasta que el Constitucional «tome una decisión». En la misma línea se manifestó el PSOE. Su secretaria de política internacional, Elena Valenciano, negó que su partido tenga alguna información «concreta» que apunte que la sentencia del Estatut saldrá «en unos días» y pidió que se deje trabajar a los magistrados.
RESULTADO «OFENSIVO» / Los políticos catalanes fueron los más combativos. El expresident Jordi Pujol consideró que el Constitucional ha hecho «fatal» su trabajo y acusó al PP y al PSOE de haber «manoseado la sentencia» en beneficio «de sus intereses» y no de Catalunya. Por su parte, el secretario general de ERC, Joan Ridao, llamó a la unidad de los partidos ante un posible recorte. «Cualquier sentencia será una ofensa y no será aceptada», afirmó.