“El acta de independencia es una fantasía histórica”: Dr. Nelson García


El Dr. Nelson García, apuesta que “el 60% de los analfabetos del país” no han leído la famosa “acta de independencia” de 1821, de la que afirma “no deja de ser una crónica cursi de un acontecimiento más cursi todavía”, es más, asegura que “jamás”, excepto Diario Co Latino, ningún medio de comunicación la ha publicado.



“El acta de independencia es una fantasía histórica”: Dr. Nelson García
Así que, como él dice, ya pasaron los tiempos en que los inquisidores podrían pasarlo por la hoguera, se siente en la plena libertad de comentarnos qué tanto significado tiene la dicha “acta de independencia” y la celebración de la independencia misma, que es lo mismo que celebrar el día de las pupusas.

– ¿Cuál es su visión de la independencia?
Mi visión de esos acontecimientos históricos, obviamente, ya no son los que mencionaban los maestros de primaria, revestidos de una serie de encajes ficticios, fantásticos, de una odisea de lucha social, y afortunadamente ya pasaron los tiempos de la herejía como para que el tocar estos temas irreverentemente pudiera significarle la hoguera a cualquier opinante, como era costumbre en el pasado, ya que mitificaron actitudes que eran simples manifestaciones de intereses creados y en el logro de fortalecer esos intereses se tomaron decisiones que tuvieron una cierta trascendencia de carácter político, ese es el caso de la independencia, un movimiento generado por el deseo de los terratenientes más connotados de esa época de independizarse del pago de los impuestos a España, obviamente, en este círculo destacan las figuras denominadas próceres José Matías Delgado, José Cecilio del Valle y José Simeón Cañas, cada uno con un alrededor de unas 15 mil manzanas de terreno, productores de añil, ubicadas en San Vicente, Zacatecoluca, etcétera.

– La independencia vino de México, donde sí hubo lucha…
¡No! Más creería yo que México avala este movimiento sectorial, porque no es un movimiento popular, el pueblo, dicho sea de paso, no cambió ninguna condición de esclavitud, que al fin y al cabo eso es lo que representa la independencia, la dependencia de otro Estado pero bajo formas muy paralelas a la esclavitud, entonces no hubo una participación. Si usted lee el acta de independencia, allí no aparece ningún apellido de esos que llamamos vulgares, muy por el contrario, son apellidos que predominan a estas alturas, porque incluso el acta dice “reunidos distinguidos miembros”, ¿y el pueblo? Es decir, había dos clases: el pueblo y los distinguidos miembros de la sociedad, entonces no fue un movimiento de connotación popular, pero lo más tremendo de esto son detalles históricos, uno de ellos, el 15 de septiembre no es el día de la independencia de El Salvador, es el día de la independencia, si le podemos llamar así, en que Guatemala, allá, levanta, promovida por dos provincias, un acta que no es acta, sino una relación de hechos, así, en una frase simplista dice que ya no van a depender del yugo español, siete días después, el 21 de septiembre, aquí repiten lo mismo, pero como el acta no es acta, no se integró como debía un texto que contuviera las razones por las cuales se declaraba, primero la independencia y segundo, quienes la declaraban, porque dice allí que se hace esto porque hay una amenaza de que el pueblo está inconforme, pero no hay una institucionalidad de un congreso declarando la independencia, eso realmente viene a cobrar algún perfil jurídico en 1843.
El acta no es ningún perfil jurídico, ni filosófico, ni es de teoría del Estado, ni nada, es una crónica folclórica de un acontecimiento en el cual una persona, como gran detalle ha leído de pie algo que tampoco consta en el acta, pero que todos aprueban, entonces, en la creación de esta fantasía histórica, a esto le han denominado el acta de independencia, como en Costa Rica también, solo que en Costa Rica había cuatro actas de independencia, como que había habido un sarampión independentista, porque de esa plaga histórica, la provincia de Cartago hace una declaración, pero otros ayuntamientos ya se habían adelantado a declarar su independencia, en la Wikipedia dice que, “en sentido estricto no lo fue”, aparte de eso no había constitucionalidad porque Costa Rica ya no formaba parte del congreso centroamericano, entonces, la declaración de Nicaragua, que es la que contagió a la Costa Rica no tenía ninguna vinculación jurídica ni contextual, de tal manera que no es acta de independencia, porque lo que estaban pensando y así lo hicieron fue quererse anexar a México y a los Estados Unidos, y se fueron cuatro congresistas salvadoreños, y por cierto pasaron cinco meses en Washington, y al ver que no los recibían, mejor se regresaron, como que no les interesaba que fueran o no fueran independientes, de tal manera que tras esa ninguneada ya no prospera la idea de la anexión, quiere decir que no había un pensamiento de independencia, había un rompimiento de relaciones con España, vamos a decir así, quebrantando las relaciones del virreinato…

– Eso no tanto, porque en el acta se reconoce al jefe político español, no dice que se han derrumbado a nadie…
… no llega ni a la categoría de golpe de Estado, para ponerlo en términos modernos, ni a asonada siquiera, no hay nada. Ahora bien, hubiese sido interesante que de ese germen, de ese rasguño histórico, o rompimiento de vestiduras, diría yo, hubiera surgido una idea real de lo que es un Estado independiente, pero ni siquiera gracias a la presencia de las facultades de Derecho, que las había en la antigua Guatemala, y que luego en El Salvador se establece en la Universidad Nacional, ni siquiera esos perfiles logran constituir en la mentalidad social un concepto de lo que es un Estado independiente, y a estas alturas en lo que la globalización significó el borrar de un manotazo económico todos los conceptos de soberanía nacional, menos que pudiera tener vigencia esa independencia.

– ¿En qué plano queda el día de la independencia nacional?
Igual que el día de las pupusas. Es algo folclórico, intrascendente en la realidad, porque al pueblo no se le ha inculcado ese concepto, es más, aquí ya vemos que no hay ni siquiera, y eso lo hemos combatido los que tenemos alguna idea de lo que es ser nacionalista, desde que se han querido imponer decisiones del extranjero, como son las sentencias de la Corte de los Estados Unidos, referente a la extradición, por ejemplo.

– ¿En qué quedamos históricamente? ¿Es una historia artificial la nuestra?
Alguien dijo que este país hay que rehacerlo, y ese no anda muy equivocado en todo sentido, este es un país en el que las contradicciones entre la realidad y la fantasía son tan profundas que basta un “slogan” de publicidad contra la realidad, y hablando de publicidad hay una grave responsabilidad en la desviación de la salud mental de este país.

– ¿Qué lecciones nos deja el acta de independencia?
El acta no llega ni siquiera a la condición de empujar a una visión de algo, no hay allí un concepto de libertad, no hay un concepto de dignidad. La declaración de independencia de los Estados Unidos de 1776 de Filadelfia, Pensilvania, contiene todo un contexto de teoría del Estado, de derechos humanos, de derechos sociales, y de las razones por las que un pueblo no puede estar sujeto a la voluntad de un país extranjero, y cuando llega a un punto crítico la única solución es romper las cadenas o lazos que los une con ese pueblo que se supone superior, entonces, el Acta de Independencia de los Estados Unidos, que está basada en los libros de, pensador inglés John Locke, y que fue elaborada por Thomas Jefferson, cuarto presidente de los Estados Unidos, es toda una biblia de carácter político, un asentamiento de principios, de derechos individuales y estatales, allí sí hay una orientación de hacia donde debe de ir la convivencia en esa sociedad que llamamos Estado, cuál es el rumbo y el sentido del Estado, pero de la crónica relatada en el acta de independencia centroamericana lo que sale de allí son unas conclusiones de celebrar unos actos religiosos, que por cierto ya no se celebra, y de crear una agenda de cómo se les va a comunicar a una serie de funcionarios par que sus diversos pueblos revienten cuetes a raíz de esta noticia que se les está dando. Del acta de independencia no se puede sacar ni siquiera un consejo familiar, de comportamiento del individuo, se olvida la palabra “patriotismo”, como no estaba en la mente, porque en la mente de los que la hicieron estaba la liberación de los impuestos de España, así de sencillo, eso está demostrado históricamente, lo único que ahora lo digo con mucha más comodidad porque cuando el primer historiador de este país les señaló que no existía Atlacatl, que no existía la tribu pipil, que no existía Atonal, que no existía Tonatiú, y que los llamados próceres estaban llenos de mezquindades personales para su motivación, ese hombre por poco lo cuelgan en el parque Libertad.
Domingo, 25 de Octubre 2009
Diario CoLatino, El Salvador
           


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