"Cuando salimos al terreno tomamos blocs de croquis, y llevo una caja de acuarelas y dos máquinas de fotos", explica el suboficial Fay, que estuvo dos veces en Afganistán y dos en Irak. ¿Por qué cámaras de fotos? "Porque cuando estás en una zona de patrulla difícil y estás en medio de un tiroteo, debes ponerte tu casco de Marine y hacer lo que tengas que hacer, pero también tomas fotos", explicó. "No puedes dejar que tus compañeros se preocupen por el artista perdido en sus sueños".
"Una de las obras de Fay, una acuarela titulada 'Two hands' ('Dos manos'), nació de una fotografía tomada en una incursión matinal en una ciudad iraquí. "Al principio el tema eran estos dos tipos: el Marine que nos da la espalda, que nació en Egipto y habla bien árabe, y este iraquí. Están muy cerca uno del otro, hablan y gesticulan". Pero el título del cuadro proviene de otros dos personajes cuyas manos tienen posiciones parecidas: otro Marine que mira la escena con el dedo en el gatillo y un viejo iraquí que tiene un rosario de rezo.
Para el artista, esta obra, como otras, "muestra la constante tensión entre momentos de violencia y de paz" que caracteriza las guerras de Irak y Afganistán. "La gente es muy amistosa, y cinco minutos después te disparan. El paisaje es magnífico, pero minado", explicó.
"Intentamos mostrar la humanidad en el hecho de ser un Marine", explicó a la AFP el sargento Kristopher Battles, otro artista combatiente del cuerpo de Marines, que estuvo dos veces en Irak.
Su trabajo, así como el de Fay y dos artistas de la Marina, Monica Perin y Morgan Ian Wilbur -los cuatro únicos artistas combatientes del Ejército estadounidense- están expuestos hasta el 28 de febrero en el Museo de la Marina de Washington.
"Nuestro oficio no se parece a ningún otro", dijo Monica Perin, que realizó retratos de soldados estadounidenses embarcando hacia Chipre para ir a combatir a Irak.
Los artistas combatientes existen desde hace tiempo, pero los de hoy no captan solo la guerra. "Desde la Segunda Guerra Mundial, cuentan lo que hacen los Marines en y fuera del campo de batalla", explicó Linn Ezell, directora del Museo nacional de los Marines en Washington.
Muestran la tristeza de la separación, el honor de los soldados heridos, la precipitación de un despertar al alba. "Escuchamos el ruido de los zapatos, vemos el polvo, los muchachos inclinados sobre su fornitura. (...) El tiempo está como suspendido. Y como artistas, debemos crear poesía a partir de todo eso", resume Mike Fay.
"Una de las obras de Fay, una acuarela titulada 'Two hands' ('Dos manos'), nació de una fotografía tomada en una incursión matinal en una ciudad iraquí. "Al principio el tema eran estos dos tipos: el Marine que nos da la espalda, que nació en Egipto y habla bien árabe, y este iraquí. Están muy cerca uno del otro, hablan y gesticulan". Pero el título del cuadro proviene de otros dos personajes cuyas manos tienen posiciones parecidas: otro Marine que mira la escena con el dedo en el gatillo y un viejo iraquí que tiene un rosario de rezo.
Para el artista, esta obra, como otras, "muestra la constante tensión entre momentos de violencia y de paz" que caracteriza las guerras de Irak y Afganistán. "La gente es muy amistosa, y cinco minutos después te disparan. El paisaje es magnífico, pero minado", explicó.
"Intentamos mostrar la humanidad en el hecho de ser un Marine", explicó a la AFP el sargento Kristopher Battles, otro artista combatiente del cuerpo de Marines, que estuvo dos veces en Irak.
Su trabajo, así como el de Fay y dos artistas de la Marina, Monica Perin y Morgan Ian Wilbur -los cuatro únicos artistas combatientes del Ejército estadounidense- están expuestos hasta el 28 de febrero en el Museo de la Marina de Washington.
"Nuestro oficio no se parece a ningún otro", dijo Monica Perin, que realizó retratos de soldados estadounidenses embarcando hacia Chipre para ir a combatir a Irak.
Los artistas combatientes existen desde hace tiempo, pero los de hoy no captan solo la guerra. "Desde la Segunda Guerra Mundial, cuentan lo que hacen los Marines en y fuera del campo de batalla", explicó Linn Ezell, directora del Museo nacional de los Marines en Washington.
Muestran la tristeza de la separación, el honor de los soldados heridos, la precipitación de un despertar al alba. "Escuchamos el ruido de los zapatos, vemos el polvo, los muchachos inclinados sobre su fornitura. (...) El tiempo está como suspendido. Y como artistas, debemos crear poesía a partir de todo eso", resume Mike Fay.