Las autoridades apoyadas por los militares han estado intentando endurecer el control de las mezquitas desde que el Ejército derrocó al presidente Mohammed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes, el pasado Julio después de que se produjeran protestas masivas contra su mandato.
Todos los imames aprobados por el Estado han recibido cursos de formación en la Universidad de Al Azhar, que es un centro respetado de enseñanza islámica, y en las instituciones dirigidas por el Ministerio de Asuntos Religiosos, según una declaración de la Oficina del primer ministro.
“Se trata de reforzar la supervisión del Ministerio sobre todas las mezquitas de Egipto para que no caigan en manos de individuos extremistas o no cualificados” e impedir que ellas sean utilizadas “para fines partidarios o sectarios”, señaló.
El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Asuntos Religiosos dijo que prohibiría a varios clérigos sin licencia pronunciar sermones en las mezquitas.
El gobierno de Egipto lleva a cabo una dura campaña contra los Hermanos Musulmanes, el movimiento político al que Mursi pertenece. Las autoridades han declarado a los HHMM una “organización terrorista”.
Los Hermanos Musulmanes han negado, por su parte, cualquier implicación en la campaña de atentados letales dirigida contra las fuerzas de seguridad, que se inició poco después de que Mursi fue derrocado.
Todos los imames aprobados por el Estado han recibido cursos de formación en la Universidad de Al Azhar, que es un centro respetado de enseñanza islámica, y en las instituciones dirigidas por el Ministerio de Asuntos Religiosos, según una declaración de la Oficina del primer ministro.
“Se trata de reforzar la supervisión del Ministerio sobre todas las mezquitas de Egipto para que no caigan en manos de individuos extremistas o no cualificados” e impedir que ellas sean utilizadas “para fines partidarios o sectarios”, señaló.
El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Asuntos Religiosos dijo que prohibiría a varios clérigos sin licencia pronunciar sermones en las mezquitas.
El gobierno de Egipto lleva a cabo una dura campaña contra los Hermanos Musulmanes, el movimiento político al que Mursi pertenece. Las autoridades han declarado a los HHMM una “organización terrorista”.
Los Hermanos Musulmanes han negado, por su parte, cualquier implicación en la campaña de atentados letales dirigida contra las fuerzas de seguridad, que se inició poco después de que Mursi fue derrocado.