Fue el jefe del ejecutivo, Mariano Rajoy, quien ante los micrófonos de los periodistas, en un acto oficial, anunció la retirada del polémico texto.
"En este momento, yo, como presidente del gobierno, creo que he tomado una decisión que es la más sensata", afirmó, reconociendo los desacuerdos. "Lo que no podemos tener es una ley que cuando llegue otro gobierno la cambia al medio minuto", subrayó.
Gran promesa electoral del conservador Partido Popular (PP) antes de llegar al poder a finales de 2011, la reforma ya había sido aplazada en varias ocasiones.
Responsable del texto, el ministro de justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de 55 años, representante del ala más conservadora del partido, presentó su renuncia, al cargo y a la política tras 30 años de carrera, ocho de ellos como alcalde de Madrid (2003-2011).
"Es mi obligación reconocer que no he tenido la capacidad para convertir este anteproyecto de ley en proyecto", afirmó.
Al grito de "¡Aborto Libre!", miles de personas se habían manifestado en febrero en España, secundados por protestas en otros países europeos como Francia o Gran Bretaña contra el anteproyecto de Gallardón.
El ejecutivo lo había aprobado en diciembre para reemplazar la ley de 2010, aprobada bajo el anterior gobierno socialista, que autoriza el aborto libre hasta las 14 semanas de gestación y, en caso de malformación del feto, hasta las 22 semanas.
La reforma sólo permitía la interrupción del embarazo en dos casos: cuando dos médicos certificasen un peligro para la vida o la salud de la madre, o en caso de violación siempre que hubiese una denuncia previa.
Aplaudido por la Iglesia católica española como un "avance positivo", el texto no permitía el aborto en caso de malformación del feto, lo que llevó a varias figuras del PP a sumar sus críticas a las de la izquierda y las feministas.
"Nadie puede negar a nadie su derecho a ser madre ni tampoco nadie puede obligar a nadie a serlo", había afirmado uno de los barones del partido, José Antonio Monago, presidente de la región de Extremadura, en el oeste del país, quien pidió la suspensión de la reforma.
- 'Triunfo' o 'engaño' -
Rajoy precisó sin embargo que contempla modificar el más polémico aspecto de la ley de 2010: el hecho que las jóvenes de 16 o 17 años puedan abortar sin el consentimiento de sus padres.
Esto no impidió que los grupos proabortistas celebraran la retirada del proyecto.
"Estamos volviendo un poco adonde nunca debimos dejar de estar: al marco europeo en el que se respeta la decisión de la mujer y sobretodo donde el aborto se hace en condiciones seguras y igualitarias", afirmó la portavoz de la plataforma Decidir Nos Hace Libres, Isabel Serrano.
Feministas y médicos habían advertido que una ley restrictiva empujaría a ciertas mujeres a viajar al extranjero para interrumpir su embarazo mientras que otras, con menos recursos, estarían abocadas a abortos ilegales sin garantías para su salud.
Es "un triunfo de todas las mujeres", afirmó Carmen Montón, secretaria de Igualdad del Partido Socialista, principal fuerza de la oposición, que como otras formaciones había pedido la dimisión de Gallardón.
Por su parte los grupos antiabortistas, que el domingo habían movilizado a miles de personas en Madrid, denunciaron una "traición" del PP, llamando a no volver a votarlo.
"Vamos a hacer todo lo posible para que Rajoy sufra de esta decisión", afirmó Nicolás de Cárdenas, portavoz de Hazte Oír. Rajoy "no es de fiar porque se reconoce incapaz de aprobar leyes que tengan permanencia", consideró Gádor Joya, portavoz de Derecho a Vivir.
"Los he votado y me han engañado. ¿Por qué lo frenan ahora? ¿Por motivos electorales, para ganar votos? Es desconcertante", lanzaba el domingo una manifestante, Icíar Gereca, de 41 años.
Según un sondeo publicado en enero por el diario de centro-derecha El Mundo, solo el 31,6% de los votantes del PP aprobaba la reforma.