El vuelco en la postura del gobierno local llegó un día después de la difusión de un vídeo que mostraba a agentes golpeando brutalmente a un manifestante.
"En los últimos días, incluida esta mañana, hemos hecho saber a los manifestantes que nos gustaría abrir un diálogo sobre el sufragio universal cuanto antes, si es posible durante la semana que viene", anunció en rueda de prensa Leung.
El dirigente rechazó ahondar en el contenido del vídeo y pidió que no se "politizara" el incidente, aunque aseguró que las autoridades ya han abierto una investigación "imparcial" para aclarar lo ocurrido.
Leung reabrió así la puerta a las discusiones una semana después de cancelar repentinamente un primer encuentro con los contestatarios, que reclaman su dimisión y la instauración de un verdadero sufragio universal.
Queda por ver el resultado de estas negociaciones, habida cuenta de que Pekín se niega a ceder el control que mantiene sobre los candidatos locales.
- "Mediar entre lo posible y lo imposible" -
El gobierno central chino aceptó el principio del sufragio universal en las elecciones en Hong Kong de 2017, pero prevé seguir controlando de cerca todo el proceso electoral y conservar el control de los candidatos.
Y a ese respecto, es muy poco probable que Pekín cambie de opinión, como ya ha avisado Leung.
"La política es el arte de lo posible. Nosotros debemos mediar entre lo que es posible y lo que es imposible", aseguró.
Esta antigua excolonia británica, uno de los centros del capitalismo financiero internacional, era considerada hasta hace tres semanas un remanso de paz y estabilidad.
Las protestas, que al principio se ganaron la simpatía de la ciudadanía, han perturbado fuertemente el ritmo de la ciudad, provocando inmensos atascos y obligando a cerrar escuelas y comercios.
Aunque ya no hay manifestaciones masivas, el bloqueo continúa en los tres principales lugares ocupados por los estudiantes, cabeza visible del movimiento contestatario.
- Uso excesivo de la fuerza -
Las imágenes difundidas en bucle por la televisión local, que muestran la paliza de varios agentes a un manifestante, han escandalizado a quienes siguen en las calles.
El vídeo ha merecido incluso una reacción de Washington, que ha pedido una investigación "clara y rápida" sobre lo sucedido.
El llamado "movimiento de los paraguas" ya había denunciado a las fuerzas del orden por hacer un uso excesivo de la fuerza, tras el uso de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes el pasado 28 de septiembre.
Además acusa a los agentes de permitir a las llamadas triadas (la mafia china) ejercer libremente la violencia contra quienes protestan.
En los últimos días, la policía ha empezado a desmantelar las barricadas en Admiralty, cercano a la sede del poder político local y en el barrio comercial de Causeway Bay.
Los coches también empezaban a sustituir a los paraguas en algunas de las vías anteriormente ocupadas por los manifestantes.
Leung no ha excluido nuevas operaciones de desmantelamiento. "No podemos permitir que Hong Kong siga bloqueada. La policía utilizará los medios apropiados para resolver el problema", indicó.
El pulso continua entre quienes exigen una verdadera democracia y quienes empiezan a perder la paciencia con los manifestantes y las autoridades locales y central.
La protesta nacida estos días se ha convertido en la mayor crisis política de este territorio semi-autónomo desde su integración con la China continental en 1997.