El sumo pontífice hizo el anuncio al término del ángelus dominical desde la ventana del palacio apostólico ante los miles de peregrinos que asistían en la plaza de San Pedro.
La mayoría de los nuevos purpurados (10) provienen de la "periferia del mundo" y respetan la voluntad del primer papa latinoamericano de representar a todos los países católicos.
Con esas designaciones el papa argentino modifica sin llegar a revolucionar los equilibrios internos del Colegio Cardenalicio, órgano más importante de la Iglesia, al convertirlo en menos eurocentrista.
Los nuevos purpurados latinoamericanos
En la lista de los primeros cardenales de su breve pontificado, inaugurado en marzo pasado, figuran importantes purpurados de ciudades de América Latina, la región que cuenta con el mayor número de católicos del mundo y que por décadas estuvo mal representada en el Colegio Cardenalicio.
Entre ellos cinco son "electores", es decir con derecho a voto en caso de cónclave o elección de papa por tener menos de 80 años.
Recibirán el birrete rojo así como el título y el anillo durante una ceremonia solemne programada para el 22 de febrero en el Vaticano el nicaragüense Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, el brasileño Orani Joao Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, el argentino Mario Aurelio Poli, arzobispo de Buenos Aires y su sucesor a la cabeza de la iglesia de su país.
Igualmente han sido designados el chileno Ricardo Ezzati Andrello, arzobispo de Santiago de Chile y el haitiano Chibly Langlois, obispo de Les Cayes, región devastada por el terremoto del 2011.
De los tres eméritos y sin derecho a voto por tener más de 80 años, figura el anciano monseñor antillano Kelvin Edward Felix, por años arzobispo de Castries, en la isla caribeña de Santa Lucía.
Los cardenales de la periferia del mundo
Francisco quiso promover también a religiosos que residen en zonas olvidadas, azotadas por la miseria y los conflictos, entre ellos el arzobispo de Abiyán, en Costa de Marfil, el de Uagadugú, la capital de Burkina Faso, el de la devastada Haití, y el de la zona en conflicto de Mindanao, en Filipinas.
Además del anciano obispo antillano, recibirá el título honorífico el arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, Corea del Sur, Andrew Yeom Soo jung.
Los nuevos purpurados serán investidos en febrero durante el primer Consistorio o asamblea de cardenales del pontificado de Francisco, inaugurado en marzo del 2013.
Las designaciones fueron anunciadas con cerca de un mes de antelación para que los futuros "príncipes de la Iglesia" tengan el tiempo suficiente para prepararse y organizar su viaje a Roma.
Entre los nuevos elegidos con derecho a voto en caso de cónclave figuran también cuatro italianos, un alemán, un británico, un canadiense.
Los cardenales de la Curia
El papa argentino entregará por primera vez el capelo cardenalicio --que simboliza la fidelidad a la Iglesia hasta el martirio-- a cuatro importantes asesores en la gestión de la Curia Romana, la maquinaria interna, blanco de una reforma profunda tras las críticas y polémicas que la habían desprestigiado en los últimos años.
Entre ellos el italiano Pietro Parolin, exnuncio en Venezuela, actual Secretario de Estado, es decir número dos, el guardián del dogma, el conservador alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto de la congregación para la Doctrina de la Fe y el italiano Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de Obispos, hombre de confianza de Francisco, encargado de preparar las grandes asambleas de obispos que se celebrarán en 2014 y 2015 , las cuales deberán cambiar la cara de la institución.
Otro italiano, Beniamino Stella, prefecto de la Congregación para el Clero, también recibirá la birreta cardenalicia en esa ocasión.
El papa respetó la tradición de otorgar el título de cardenal a su gabinete de gobierno.
Con las nuevas "creaciones", el número de miembros del Sagrado Colegio se eleva a 218, de los cuales 122 son "electores", superando el tradicional límite de 120.
Un Colegio Cardenalicio internacional, menos eurocentrista
Con los nuevos purpurados, provenientes de doce países, el Colegio Cardenalicio resulta más internacional y menos centrado en Europa.
De los 16 con derecho a voto en el cónclave, doce son arzobispos a cargo de ciudades grandes y sólo cuatro trabajan en la Curia Romana, la administración central.
Entre los europeos figuran el británico Vincent Nichols, arzobispo de Westminster, Londres y Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia, centro de Italia, una designación que sorprendió, debido a que fueron excluidos influyentes prelados italianos a cargo de ciudades como Turín y Venecia.
Si bien los europeos siguen siendo la mayoría en el Colegio Cardenalicio con 61 electores, América Latina cuenta ahora con 19, entre ellos cinco de Brasil, dos de México y de Argentina, y América del Norte con 15.
Africa y Asia contarán cada una con 13 purpurados con derecho a voto y Oceanía con uno solo.