"No voy a ser candidato en el próximo congreso en las actuales circunstancias", dijo Ahmet Davutoglu en una declaración a la prensa, en la que, sin embargo, negó que haya un conflicto entre él y el presidente de la nación, Recep Tayyip Erdogan.
En el discurso, el primer ministro dijo que el partido Justicia y Desarrollo (AKP, islamoconservador) celebrará un congreso extraordinario el 22 de mayo.
Según los estatutos de la formación, si Davutoglu no concurre como candidato perdería su cargo de primer ministro ya que el jefe del partido gobernante es quien ejerce el cargo.
En las últimas semanas han salido a luz divergencias entre Erdogan, el hombre fuerte de Turquía, y el jefe del ejecutivo, elegido como presidente del AKP en agosto de 2014.
Los rumores se cristalizaron el miércoles, tras la reunión de crisis que sostuvieron Davutoglu y Erdogan en el palacio presidencial.
Cuando fue elegido presidente, Erdogan designó a Davutoglu, su principal consejero y jefe de la diplomacia, como primer ministro.
Davutoglu precisó que esta determinación "no deriva de una decisión (personal), sino que es más bien una necesidad", proyectando una crítica velada a los altos mandos del partido que en el último tiempo han erosionado su poder en la formación.
La semana pasada, la instancia dirigente del AKP retiró a Davutoglu, el poder de nombrar a los responsables del partido en las provincias y los distritos. Una decisión percibida como el primer golpe de una campaña destinada a socavar su autoridad.
"Llegué a la conclusión de que es mejor cambiar el líder del partido (...) para la unidad del AKP", señaló Davutoglu, que precisó que consultó la decisión con "amigos", incluyendo al presidente Erdogan.
El anuncio era esperado por la prensa y la opinión pública.
"Davutoglu se retira", proclamaba ya el jueves en portada el popular diario Hürriyet. Por su parte el rotativo Milliyet habló de "transición democrática" suave acordada entre Davutoglu y Erdogan para evitar una crisis de Estado.
Turquía, un socio clave de la Unión Europea (UE) en la actual crisis migratoria que vive el Viejo Continente, se enfrenta a varios desafíos, incluyendo la amenaza yihadista, la reanudación del conflicto kurdo y la extensión de la guerra siria a su frontera sur.
Ha trascendido que Erdogan no le gustó que su primer ministro liderara las negociaciones con Bruselas ni su voluntad de reanudar las negociaciones con la rebelión kurda.
Davutoglu, considerado como un moderado, a diferencia del muy agresivo pero popular Erdogan, se fue haciendo un puesto en la política turca en los últimos años, sin embargo siempre subsistieron las críticas de que era una "marioneta".
Sin embargo, fue el protagonista del acuerdo crucial con Bruselas por el que los turcos no necesitarán visado para entrar en la UE. El pacto obtuvo el miércoles el aval de la Comisión Europea.
Pero Erdogan y Davutoglu se opusieron públicamente sobre la cuestión de las detenciones provisionales de periodistas durante sus juicios, una medida que el primer ministro rechaza.
Desde que llegó a la presidencia, Erdogan no esconde su ambición de reformar la Constitución para instaurar un régimen presidencialista, un proyecto apoyado públicamente por Davutoglu, quien no parece tener prisa en ponerlo en marcha.
El jefe de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, denunció "una revolución de palacio", fustigando que hay una intervención inaceptable de Erdogan en los asuntos del ejecutivo.
Soner Cagaptay, director del programa de estudios turco de The Washington Institute, dijo que este es el primer paso hacia una erosión de las instituciones por parte de Erdogan, que ya controla el ejército y el parlamento.
"Esto muestra cuánto poder se ha concentrado en las manos de una sola persona", dijo a la AFP.
La prensa cita varios nombres como posibles sucesores de Davutoglu: Binali Yildirim, actual ministro de Transportes; Mehmet Ali Yalçin, expresidente del Parlamento; Yalçin Akdogan, actual viceprimer ministro y yerno del presidente; y Berat Albayrak, ministro de Energía.
"Cualquiera que sea el nuevo primer ministro, está claro que esto significa que el presidente tendrá más poder sobre el gobierno", estimó Ozgur Altug, economista de BGC en Estambul.
En el discurso, el primer ministro dijo que el partido Justicia y Desarrollo (AKP, islamoconservador) celebrará un congreso extraordinario el 22 de mayo.
Según los estatutos de la formación, si Davutoglu no concurre como candidato perdería su cargo de primer ministro ya que el jefe del partido gobernante es quien ejerce el cargo.
En las últimas semanas han salido a luz divergencias entre Erdogan, el hombre fuerte de Turquía, y el jefe del ejecutivo, elegido como presidente del AKP en agosto de 2014.
Los rumores se cristalizaron el miércoles, tras la reunión de crisis que sostuvieron Davutoglu y Erdogan en el palacio presidencial.
Cuando fue elegido presidente, Erdogan designó a Davutoglu, su principal consejero y jefe de la diplomacia, como primer ministro.
Davutoglu precisó que esta determinación "no deriva de una decisión (personal), sino que es más bien una necesidad", proyectando una crítica velada a los altos mandos del partido que en el último tiempo han erosionado su poder en la formación.
La semana pasada, la instancia dirigente del AKP retiró a Davutoglu, el poder de nombrar a los responsables del partido en las provincias y los distritos. Una decisión percibida como el primer golpe de una campaña destinada a socavar su autoridad.
"Llegué a la conclusión de que es mejor cambiar el líder del partido (...) para la unidad del AKP", señaló Davutoglu, que precisó que consultó la decisión con "amigos", incluyendo al presidente Erdogan.
El anuncio era esperado por la prensa y la opinión pública.
"Davutoglu se retira", proclamaba ya el jueves en portada el popular diario Hürriyet. Por su parte el rotativo Milliyet habló de "transición democrática" suave acordada entre Davutoglu y Erdogan para evitar una crisis de Estado.
Turquía, un socio clave de la Unión Europea (UE) en la actual crisis migratoria que vive el Viejo Continente, se enfrenta a varios desafíos, incluyendo la amenaza yihadista, la reanudación del conflicto kurdo y la extensión de la guerra siria a su frontera sur.
Ha trascendido que Erdogan no le gustó que su primer ministro liderara las negociaciones con Bruselas ni su voluntad de reanudar las negociaciones con la rebelión kurda.
- 'Una revolución de palacio' -
Davutoglu, considerado como un moderado, a diferencia del muy agresivo pero popular Erdogan, se fue haciendo un puesto en la política turca en los últimos años, sin embargo siempre subsistieron las críticas de que era una "marioneta".
Sin embargo, fue el protagonista del acuerdo crucial con Bruselas por el que los turcos no necesitarán visado para entrar en la UE. El pacto obtuvo el miércoles el aval de la Comisión Europea.
Pero Erdogan y Davutoglu se opusieron públicamente sobre la cuestión de las detenciones provisionales de periodistas durante sus juicios, una medida que el primer ministro rechaza.
Desde que llegó a la presidencia, Erdogan no esconde su ambición de reformar la Constitución para instaurar un régimen presidencialista, un proyecto apoyado públicamente por Davutoglu, quien no parece tener prisa en ponerlo en marcha.
El jefe de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu, denunció "una revolución de palacio", fustigando que hay una intervención inaceptable de Erdogan en los asuntos del ejecutivo.
Soner Cagaptay, director del programa de estudios turco de The Washington Institute, dijo que este es el primer paso hacia una erosión de las instituciones por parte de Erdogan, que ya controla el ejército y el parlamento.
"Esto muestra cuánto poder se ha concentrado en las manos de una sola persona", dijo a la AFP.
La prensa cita varios nombres como posibles sucesores de Davutoglu: Binali Yildirim, actual ministro de Transportes; Mehmet Ali Yalçin, expresidente del Parlamento; Yalçin Akdogan, actual viceprimer ministro y yerno del presidente; y Berat Albayrak, ministro de Energía.
"Cualquiera que sea el nuevo primer ministro, está claro que esto significa que el presidente tendrá más poder sobre el gobierno", estimó Ozgur Altug, economista de BGC en Estambul.