Tamer Nafar y su grupo DAM tocan temas sensibles en Israel con canciones en árabe como "¿Quién es el terrorista?", que denuncia las discriminaciones hacia los árabes israelíes.
A los 37 años, Tamer Nafar se ha convertido en una estrella en su comunidad, que representa el 17,5% de la población israelí y está formada por descendientes de palestinos que se quedaron en su tierra tras la fundación de Israel en 1948. También es aplaudido por los palestinos de los territorios ocupados.
Del lado israelí, en cambio, el cantante es uno de los blancos predilectos de la derecha radical, y en particular de la ministra de Cultura, Miri Regev.
Esta exportavoz de las fuerzas armadas y encargada de la censura acusó a Tamer Nafar de avivar odios y trató en vano de prohibir uno de sus conciertos.
"No desaprovecha una oportunidad, ante todos los públicos posibles, de atacar la idea y la existencia del Estado de Israel como Estado del pueblo judío", denunció, según unas declaraciones recogidas por la prensa.
Algunos de sus textos justifican el "terrorismo", acusó la ministra, enzarzada en una ruidosa campaña contra los artistas sospechosos de deslealtad hacia Israel.
"Regev no es más que una portavoz gubernamental para propagar el veneno racista", dijo a la AFP Tamer Nafar, que luce una barba fina, una sudadera con capucha, un pantalón ancho y una cadena de oro alrededor del cuello.
Hablando después de un concierto que reunió a un millar de seguidores en la ciudad árabe de Sakhnin, anunció su intención de seguir creando títulos ofensivos con ritmos contagiosos.
Tamer Nafar ve muchas coincidencias entre la lucha de los negros de Estados Unidos por la igualdad y el combate de los árabes israelíes. "La imagen vehiculada por los videos de Tupac Shakur es similar a nuestra realidad en Lod", la ciudad judeoárabe en la que creció.
"Encontré que teníamos algo en común. Cuando descubrí a Tupac Shakur, no hablaba inglés. Conseguí las letras de sus canciones y las traduje en el colegio con un diccionario", recuerda.
El nombre de su grupo es muestra de su compromiso: DAM es el acrónimo de Da Arabian MCs (un MC es un rapero para los iniciados) pero también significa "tenaz" en hebreo y "sangre" en árabe.
La canción "¿Quién es el terrorista?" proclama: "Me tratan de terrorista pero vivo en el país de mis antepasados".
Regev se molestó en particular por otra estrofa: "¿Democracia? ¿Por qué? Esto me recuerda a los nazis. Violaron el alma árabe y ésta quedó embarazada, dando a luz a un niño llamado 'atentado terrorista'. Y después de eso, nos llaman terroristas".
La controversia vivió su momento álgido en octubre durante un festival financiado en parte por fondos públicos en Haifa, en el norte de Israel.
La ministra presionó al alcalde de esa ciudad mixta para que prohibiera el concierto de Tamer Nafar. Éste tuvo finalmente lugar, pero bajo tensión, y la policía impidió que militantes de extrema derecha envueltos en banderas israelíes se acercaran al escenario.
Tamer Nafar dice que tuvo "miedo" porque fuera de la sala "gritaban: 'terrorista', 'vete a Gaza'".
No es el único artista que ha entrado en conflicto con Miri Regev desde su nombramiento en mayo de 2015. En septiembre, ésta abandonó la ceremonia de entrega de premios de un festival de cine cuando Tamer Nafar y un artista israelí leyeron en el escenario un poema de Mahmud Darwish, considerado el poeta nacional palestino.
Abucheada a su llegada a una reciente conferencia, la ministra sorprendió al público cuando dijo en inglés desde la tribuna: "Como dijo una vez el gran filósofo chino: 'cut the bullshit, cut the bullshit'" (déjense de tonterías).
Tamer Nafar no se deja impresionar. "Todo lo que he hecho viene de la realidad de la calle en Lod, del gueto". "Mi trabajo es hablar de mi generación y no me da vergüenza utilizar palabras en hebreo en mis canciones".
El rapero también coescribió una película, "Junction 48", en la que actúa bajo la dirección del israelo-estadounidense Udi Aloni y que obtuvo el premio del público en la sección Panorama del último Festival de Berlín.
El filme, que cuenta la historia de un rapero árabe israelí y de su novia, tenía que presentarse en un club juvenil de Karmiel, en el norte de Israel, pero el ayuntamiento lo prohibió.
A los 37 años, Tamer Nafar se ha convertido en una estrella en su comunidad, que representa el 17,5% de la población israelí y está formada por descendientes de palestinos que se quedaron en su tierra tras la fundación de Israel en 1948. También es aplaudido por los palestinos de los territorios ocupados.
Del lado israelí, en cambio, el cantante es uno de los blancos predilectos de la derecha radical, y en particular de la ministra de Cultura, Miri Regev.
Esta exportavoz de las fuerzas armadas y encargada de la censura acusó a Tamer Nafar de avivar odios y trató en vano de prohibir uno de sus conciertos.
"No desaprovecha una oportunidad, ante todos los públicos posibles, de atacar la idea y la existencia del Estado de Israel como Estado del pueblo judío", denunció, según unas declaraciones recogidas por la prensa.
Algunos de sus textos justifican el "terrorismo", acusó la ministra, enzarzada en una ruidosa campaña contra los artistas sospechosos de deslealtad hacia Israel.
- Como los negros de Estados Unidos -
"Regev no es más que una portavoz gubernamental para propagar el veneno racista", dijo a la AFP Tamer Nafar, que luce una barba fina, una sudadera con capucha, un pantalón ancho y una cadena de oro alrededor del cuello.
Hablando después de un concierto que reunió a un millar de seguidores en la ciudad árabe de Sakhnin, anunció su intención de seguir creando títulos ofensivos con ritmos contagiosos.
Tamer Nafar ve muchas coincidencias entre la lucha de los negros de Estados Unidos por la igualdad y el combate de los árabes israelíes. "La imagen vehiculada por los videos de Tupac Shakur es similar a nuestra realidad en Lod", la ciudad judeoárabe en la que creció.
"Encontré que teníamos algo en común. Cuando descubrí a Tupac Shakur, no hablaba inglés. Conseguí las letras de sus canciones y las traduje en el colegio con un diccionario", recuerda.
El nombre de su grupo es muestra de su compromiso: DAM es el acrónimo de Da Arabian MCs (un MC es un rapero para los iniciados) pero también significa "tenaz" en hebreo y "sangre" en árabe.
La canción "¿Quién es el terrorista?" proclama: "Me tratan de terrorista pero vivo en el país de mis antepasados".
Regev se molestó en particular por otra estrofa: "¿Democracia? ¿Por qué? Esto me recuerda a los nazis. Violaron el alma árabe y ésta quedó embarazada, dando a luz a un niño llamado 'atentado terrorista'. Y después de eso, nos llaman terroristas".
- Alta tensión -
La controversia vivió su momento álgido en octubre durante un festival financiado en parte por fondos públicos en Haifa, en el norte de Israel.
La ministra presionó al alcalde de esa ciudad mixta para que prohibiera el concierto de Tamer Nafar. Éste tuvo finalmente lugar, pero bajo tensión, y la policía impidió que militantes de extrema derecha envueltos en banderas israelíes se acercaran al escenario.
Tamer Nafar dice que tuvo "miedo" porque fuera de la sala "gritaban: 'terrorista', 'vete a Gaza'".
No es el único artista que ha entrado en conflicto con Miri Regev desde su nombramiento en mayo de 2015. En septiembre, ésta abandonó la ceremonia de entrega de premios de un festival de cine cuando Tamer Nafar y un artista israelí leyeron en el escenario un poema de Mahmud Darwish, considerado el poeta nacional palestino.
Abucheada a su llegada a una reciente conferencia, la ministra sorprendió al público cuando dijo en inglés desde la tribuna: "Como dijo una vez el gran filósofo chino: 'cut the bullshit, cut the bullshit'" (déjense de tonterías).
Tamer Nafar no se deja impresionar. "Todo lo que he hecho viene de la realidad de la calle en Lod, del gueto". "Mi trabajo es hablar de mi generación y no me da vergüenza utilizar palabras en hebreo en mis canciones".
El rapero también coescribió una película, "Junction 48", en la que actúa bajo la dirección del israelo-estadounidense Udi Aloni y que obtuvo el premio del público en la sección Panorama del último Festival de Berlín.
El filme, que cuenta la historia de un rapero árabe israelí y de su novia, tenía que presentarse en un club juvenil de Karmiel, en el norte de Israel, pero el ayuntamiento lo prohibió.