Las monarquías árabes del Golfo, con Arabia Saudita a la cabeza, se posicionaron a favor de la oposición al régimen sirio desde el comienzo de la revuelta popular en marzo de 2011, que con el tiempo se fue convirtiendo en una guerra, con un saldo de más de 126.000 muertos.
Según el viceministro sirio de Relaciones Exteriores, Faisal Moqdad, Riad lleva a cabo una política de "destrucción sistemática" de Siria mientras que, según él, otros países, que apoyaron inicialmente a la rebelión, están cambiando de posición.
Moqdad se refería sobre todo a Catar, uno de cuyos emisarios se reunió recientemente con el jefe del movimiento chiita libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, aliado de peso de Damasco.
"Todos los que han apoyado a los grupos terroristas tienen ahora la sensación de que cometieron errores graves. El único que muestra su apoyo total a los grupos terroristas, a Al Qaida, es Arabia Saudita", afirmó.
"Si el mundo quiere evitar un nuevo 11 de septiembre, debe decirle al país 'demasiado es demasiado' e incluirlo en la lista de los que apoyan el terrorismo", añadió.
Al comienzo de diciembre, Damasco pidió a la ONU que "castigue" a Riad por su apoyo a "los terroristas", una palabra con la que el régimen designa a todos los rebeldes.
"Arabia Saudita no se contenta con enviar armas y financiar (a los terroristas) sino que también los recluta para enviarlos a matar al pueblo sirio", afirma el ministerio de Relaciones Exteriores sirio.
Como parte de esta campaña, en la ópera de Damasco se proyectó una película contra la familia real saudí.
"Al Qaida no viene de Marte"
El cineasta sirio Najdat Anzur cuenta a su manera la ascensión del rey Abdel Aziz, fundador de la monarquía en Arabia Saudita, diciendo, entre otras cosas, que "utilizó la traición para conservar el poder".
"No soy el único que relaciona los atentados del 11 de septiembre con (los saudíes), Estados Unidos ya lo dijo antes que yo", afirmó a la AFP el director de cine sobre el que, según él, pesa una fatua emitida por un jeque saudí que lo amenaza de muerte.
"Las redes de Al Qaida no vinieron del planeta Marte, sino de Arabia Saudita, de este pensamiento wahabita y extremista", añade el cineasta.
Arabia Saudita está invitada a participar en la conferencia de paz sobre Siria prevista el 22 de enero de Suiza. Recientemente Riad afirmó que seguirá apoyando a los rebeldes para derrocar a Bashar Al Asad "con o sin el apoyo" de los Occidentales.
Las relaciones entre Arabia, bastión del sunismo ortodoxo, y Siria, dirigido por un jefe de Estado alauita (rama del chiismo), han sufrido altibajos.
Las relaciones se rompieron tras el asesinato del primer ministro libanés Rafic Hariri en 2005 y se reanudaron en 2009. Pero la revuelta contra el régimen sirio en marzo de 2011 volvió a provocar la ruptura entre los dos países.