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Política
Un diplomático israelí, en Costa de Marfil
Iniciado hace un año por el sindicato de empleados de Relaciones Exteriores, el movimiento de protesta se radicalizó a comienzos de diciembre, con una huelga abierta del personal, obstaculizando seriamente el funcionamiento del ministerio y de las embajadas de Israel en el extranjero.
"Desde el 27 de diciembre, no preparamos ninguna visita oficial, que se trate de personalidades israelíes que van al extranjero o de invitados por Israel", explicó Hanan Goder, presidente del sindicato de Relaciones Exteriores.
El presidente ruso Dimitri Medvedev fue la víctima espectacular de este movimiento, al tener que postergar hasta una fecha indeterminada su visita de Estado prevista a mediados de enero y a la que Israel daba la mayor importancia.
Medvedev, que debía encabezar una importante delegación comercial, anuló pura y llanamente la visita. Colmo de la humillación para la diplomacia israelí -cuyo jefe Avigdor Lieberman es originario de la ex URSS - Medvedev sí mantuvo su visita a los territorios palestinos y a Jordania, algo nunca visto desde la creación del Estados de Israel en 1948.
La visita, también importante, de la canciller alemana Angela Merkel, prevista para fines de enero, asimismo podría verse comprometida.
Según Hanan Goder, de los 830 empleados del ministerio, 280 de los cuales residen en el extranjero, un 12% están por debajo del umbral de la pobreza que es de 1.600 dólares por mes para una familia de dos hijos.
Según el sindicalista, los diplomáticos subalternos ganan 1.340 dólares por mes y 1.600 dólares sólo al cabo de diez años de carrera, sin compensación financiera para sus esposas.
El sindicato reclama un "servicio diplomático a la altura del Estado" y un alza de salarios del 25%. Pero hasta ahora, el ministerio de Finanzas rechazó esta reivindicación.
"Nuestros diplomáticos destacados en el extranjero tienen por consigna no enviar mensajes diplomáticos al ministerio, ni llevar trajes de diplomáticos en recepciones oficiales, como tampoco dar visas de entrada a Israel", explicó Goder.
Por otra parte, las embajadas no pueden registrar matrimonios de israelíes en el extranjero", precisó.
Según otros diplomáticos, la huelga afecta las consultas entre altos funcionarios del ministerio y representantes del ejército y otras instituciones y algunos sujetos sensibles.
En junio de 2010, los diplomáticos ya habían protestado contra sus condiciones de salarios yendo a su trabajo vestidos con vaqueros y sandalias.
En agosto, el sindicato había pedido a la embajada de Israel en Estados Unidos boicotear, a comienzos de septiembre, su propia delegación a las negociaciones de paz con los palestinos en Washington.
Ese mismo mes, los empleados de la embajada de Israel en Grecia rechazaron atender la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu a Atenas, al que debió echar mano al servicio secreto, el Mossad.
Hace diez días, cientos de empleados de Relaciones Exteriores manifestaron en su recinto llevando camisetas con la inscripción "Soy un diplomático sin un centavo".
Como resultado de la huelga, que tiene el apoyo de la gran central sindical Histadrut, hubo dignatarios extranjeros que fueron abandonados en plena visita a Israel por los choferes del ministerio de Relaciones Exteriores y debieron ser socorridos por sus embajadas.
"Desde el 27 de diciembre, no preparamos ninguna visita oficial, que se trate de personalidades israelíes que van al extranjero o de invitados por Israel", explicó Hanan Goder, presidente del sindicato de Relaciones Exteriores.
El presidente ruso Dimitri Medvedev fue la víctima espectacular de este movimiento, al tener que postergar hasta una fecha indeterminada su visita de Estado prevista a mediados de enero y a la que Israel daba la mayor importancia.
Medvedev, que debía encabezar una importante delegación comercial, anuló pura y llanamente la visita. Colmo de la humillación para la diplomacia israelí -cuyo jefe Avigdor Lieberman es originario de la ex URSS - Medvedev sí mantuvo su visita a los territorios palestinos y a Jordania, algo nunca visto desde la creación del Estados de Israel en 1948.
La visita, también importante, de la canciller alemana Angela Merkel, prevista para fines de enero, asimismo podría verse comprometida.
Según Hanan Goder, de los 830 empleados del ministerio, 280 de los cuales residen en el extranjero, un 12% están por debajo del umbral de la pobreza que es de 1.600 dólares por mes para una familia de dos hijos.
Según el sindicalista, los diplomáticos subalternos ganan 1.340 dólares por mes y 1.600 dólares sólo al cabo de diez años de carrera, sin compensación financiera para sus esposas.
El sindicato reclama un "servicio diplomático a la altura del Estado" y un alza de salarios del 25%. Pero hasta ahora, el ministerio de Finanzas rechazó esta reivindicación.
"Nuestros diplomáticos destacados en el extranjero tienen por consigna no enviar mensajes diplomáticos al ministerio, ni llevar trajes de diplomáticos en recepciones oficiales, como tampoco dar visas de entrada a Israel", explicó Goder.
Por otra parte, las embajadas no pueden registrar matrimonios de israelíes en el extranjero", precisó.
Según otros diplomáticos, la huelga afecta las consultas entre altos funcionarios del ministerio y representantes del ejército y otras instituciones y algunos sujetos sensibles.
En junio de 2010, los diplomáticos ya habían protestado contra sus condiciones de salarios yendo a su trabajo vestidos con vaqueros y sandalias.
En agosto, el sindicato había pedido a la embajada de Israel en Estados Unidos boicotear, a comienzos de septiembre, su propia delegación a las negociaciones de paz con los palestinos en Washington.
Ese mismo mes, los empleados de la embajada de Israel en Grecia rechazaron atender la visita del primer ministro Benjamin Netanyahu a Atenas, al que debió echar mano al servicio secreto, el Mossad.
Hace diez días, cientos de empleados de Relaciones Exteriores manifestaron en su recinto llevando camisetas con la inscripción "Soy un diplomático sin un centavo".
Como resultado de la huelga, que tiene el apoyo de la gran central sindical Histadrut, hubo dignatarios extranjeros que fueron abandonados en plena visita a Israel por los choferes del ministerio de Relaciones Exteriores y debieron ser socorridos por sus embajadas.
