"El emir está convencido que debe alentar la nueva generación. Planea transferir el poder al príncipe heredero, jeque Tamim, y efectuar un recambio ministerial para nombrar a varios jóvenes en el Consejo de Ministros", indicó a la AFP un responsable qatarí que pidió el anonimato.
Según varias fuentes políticas, el primer ministro, primo del emir, podría perder la cartera de Relaciones Exteriores, cargo que ocupa desde 1992, e incluso su función de jefe de gobierno que ejerce desde 2007.
"El emir podría quedarse con un rol más honorario, de tal forma que su hijo pueda asumir cada vez más responsabilidades", indicó una fuente diplomática francesa.
Qatar tomó una importancia primordial en la escena política árabe desde que las revueltas en esos países estallaron, protestas que el emirato alienta.
El primer ministro tuvo un papel central en la política exterior voluntarista de Qatar, que participó en la intervención militar armada en Libia, y apoya activamente a los rebeldes que combaten al régimen sirio.
El príncipe heredero, jeque Tamim, ocupa funciones cada vez más importantes, en especial en los temas internos. Según un responsable qatarí, su padre le habría transferido "más del 60% de sus prerrogativas en los sectores de la Defensa y de la seguridad".
El jeque Tamim, nacido en 1980, es el segundo hijo del matrimonio del emir con Moza, su segunda esposa. Tamim es el comandante en jefe adjunto de las fuerzas armadas y el jefe del comité olímpico.
El emir, que tomó el poder en 1995 ayudado por una revolución de palacio contra su padre, afirmó recientemente a varios diplomáticos que deseaba dejar el poder a su hijo.
"De esta manera quiere marcar un hecho inédito en el mundo árabe", en donde su país apoyó las revueltas contras los autócratas que permanecieron durante años en el poder, indicó uno de estos diplomáticos.
Los diplomáticos estimaron que esta decisión podría estar relacionada "a los acontecimientos en la región", en donde la política de Qatar parece chocar con la indecisión de Estados Unidos en el tema sirio, antes que por la salud del emir.
El jeque Hamad, de 61 años, tiene problemas renales, "que lo obligan a reducir su actividad pero no influyen en su capacidad para dirigir al país", según un responsable qatarí cercano a los círculos del poder.
Responsables qataríes interrogados indicaron no obstante que la decisión del emir podría no llevarse a cabo en lo inmediato. "Si el jeque Tamim es nombrado emir inmediatamente, ello significaría que su hijo mayor, de cuatro o cinco años, se convertiría en príncipe heredero", subrayó uno de ellos en privado.
"Habría que proceder en ese caso a una enmienda constitucional para nombrar a uno de los hermanos del jeque Tamim como príncipe heredero", agregó.
El jeque Tamim, que vive con pasión el deporte, controla las operaciones del Mundial de fútbol 2022 que se organiza en Qatar.
Al igual que su padre, Tamim fue formado en la prestigiosa academia militar británica de Sandhurst, es además un francófilo y perfecto francófono.
Es el cuarto hijo del emir. Fue nombrado príncipe heredero el 5 de agosto de 2003 luego de que su hermano mayor, el jeque Jasem, desistiera en su favor.
El jeque Hamad es el impulsor del Qatar moderno e hizo de este Estado, que tiene las terceras reservas de gas natural del planeta, un actor inevitable en la escena internacional.