"El proceso diplomático en Ginebra está interconectado con el que se llevará a cabo en Moscú", informó en un comunicado el Alto Comité de la Negociaciones (HCN), una amplia coalición de fuerzas opositoras sirias que participan en las discusiones.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, llegará por la tarde a la capital rusa donde se reunirá con el presidente ruso, Vladimir Putin, y el jefe de la diplomacia, Sergei Lavrov, para avanzar en la solución del conflicto sirio que ha dejado más de 270.000 muertos y millones de refugiados desde 2011.
El HNC espera que "un mensaje firme sea enviado al presidente Bashar Al Asad tras esta reunión: no puede seguir paralizando la transición política que el pueblo sirio pide".
Por su parte, el enviado especial de la ONU en Siria, Staffan de Mistura, pidió "la ayuda de Kerry y Lavrov". "Probaron en el pasado - y espero que lo volverán a hacer en el futuro - que cuando comparten las mismas perspectivas, esto ayuda mucho al proceso", agregó, en referencia a la tregua en vigor en Siria desde el 27 de febrero.
Estas negociaciones fueron posibles gracias a un alto el fuego, apoyado por Estados Unidos y Rusia, que se va manteniendo desde hace cerca de cuatro semanas. Esta tregua, sin embargo, no se aplica a los grupos yihadistas y el régimen de Damasco emprendió una ofensiva a principios de marzo para retomar la ciudad de Palmira (centro), hasta ahora en manos del grupo Estado Islámico (EI).
El miércoles, las fuerzas del régimen, con el apoyo de la aviación rusa, se hallaban a las puertas de Palmira, conocida como "la perla del desierto", según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Esta batalla es capital para el régimen puesto que el control de la zona de Palmira le permitiría retomar el desierto sirio y avanzar hacia al este, hacia la frontera con Irak, controlada por los yihadistas.
- 'Falsa lectura' -
Al intervenir militarmente en Siria a fines de septiembre, Rusia permitió al presidente Asad retomar una parte del territorio hasta entonce en manos de los opositores. Pero el anuncio sorpresa, hace unos diez días, de la retirada de la mayoría del contingente ruso fue visto como una señal para que el régimen participara seriamente en las negociaciones de Ginebra.
"Si los rusos dejan a Bashar, se hunde", estima la analista Agnès Levallois, especialista de Oriente Medio. "Sin ayuda exterior, el régimen no tendrá más medios para alardear", agregó.
Es una "falsa lectura", declaró a la AFP el negociador jefe del régimen sirio, Bashar al Jaafari, para quien las grandes potencias no tienen que interferirse en las discusiones intersirias.
"Cuando decimos que el diálogo es intersirio sin intervención exterior, esto se aplica a los rusos y a los estadounidenses", estimó.
Desde su llegada a Suiza, Jaafari no ha cedido en nada en el fondo del asunto. El enviado de la ONU, Staffan de Mistura, le ha reprochado que se contente sólo de hacer declaraciones de principios.
Los dos hombres se reunieron el miércoles por la mañana, antes de que el enviado de la ONU se reuniera con los opositores de la HCN y con otra delegación de opositores, cercana de Moscú.
Según la hoja de ruta fijada por la ONU, las negociaciones de Ginebra tendrían que dar lugar en los próximos seis meses a un "órgano de transición", capaz de elaborar una nueva Constitución y de organizar elecciones antes de los 18 meses.
La formación de este "órgano" divide a los dos campos. El régimen contempla un gobierno ampliado con algunos miembros de la oposición. Por su parte, la oposición exige la dimisión de Asad y poderes reales.