Como todos los viernes, partidarios de Mursi se manifestaron en varias provincias, respondiendo a la convocatoria de un colectivo de movimientos islamistas, y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.
Un niño de 12 años murió por disparos durante enfrentamientos de partidarios de Mursi y la policía en Minya (sur de El Cairo) y un hombre falleció en la provincia de Damieta (norte) en enfrentamientos entre pro Mursi y habitantes de la zona.
En varios barrios de la capital y de Alejandría (norte) la policía lanzó granadas lacrimógenas para dispersar a partidarios de los Hermanos Musulmanes, la cofradía de Mursi.
Desde el 3 de julio, cuando el ejército derrocó al mandatario islamista, las fuerzas del orden o los partidarios de las nuevas autoridades instaladas por los militares mataron a más de un millar de manifestantes pro Mursi.
Desde entonces, los cargos se han multiplicado contra los miembros y dirigentes de los Hermanos Musulmanes, un influyente movimiento muy organizado en Egipto que ganó todas las elecciones celebradas desde la revuelta popular que expulsó a Hosni Mubarak del poder en febrero de 2011.
Procesado en cuatro casos distintos, Mursi niega la legitimidad de las nuevas autoridades egipcias.