Estos enfrentamientos, que se produjeron en el este y en el oeste de la ciudad, causaron la muerte de 21 policías y de 38 insurgentes, según un teniente coronel de la policía y un empleado de la morgue.
Esta gran ciudad del norte de Irak es el escenario desde hace dos días de enfrentamientos entre fuerzas de seguridad e insurgentes. Al menos 36 personas murieron el viernes en Mosul, donde continuaron los combates y los bombardeos durante la noche.
En Ramadi, en la provincia occidental de Al Anbar, las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron también este sábado un asalto a la universidad de esta ciudad, horas después de que los yihadistas del EIIL se apoderasen de ella y secuestraran a estudiantes y a miembros del personal.
La inseguridad es uno de los principales problemas de Irak, donde la violencia mata cada día a un promedio de más de 25 habitantes.
En total, más de 4.300 personas han muerto en ataques desde el comienzo del año, de los cuales más de 900 en mayo.