La situación escaló este jueves cuando blindados de los fusileros navales munidos de ametralladoras de grueso calibre, y comandados por la policía militar, llegaron a la entrada de la favela (barrio pobre) de Vila Cruzeiro, en la zona norte de la ciudad que albergará el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.
En un despliegue sin precedentes, seis de estos vehículos con orugas se posicionaron en la entrada de la favela en el barrio de Penha (zona norte), en donde según las autoridades se atrincheraron los delincuentes perseguidos por la policía.
Luego los carros blindados ingresaron a la zona, de la que salían columnas de humo negro, mientras los habitantes intentaban guarecerse, constató una periodista de la AFP.
El operativo comenzó a media mañana. Alrededor de las 15H00 locales (17H00 GMT) las imágenes de las televisoras mostraban un verdadero desparrame de civiles armados y cargando mochilas, presuntos traficantes, huyendo de Vila Cruzeiro en busca de refugio en zonas aledañas.
El objetivo del operativo, que no tiene previsión de finalización, es "asumir (el control de) el territorio nuevamente. (Territorio) que fue tomado por el tráfico", remarcó un vocero policial a la TV Globo.
Otro operativo desarrollado en paralelo, en este caso por la Policía Civil (con menos poder de fuego que la Policía Militar) en la favela de Jacarezinho, también al norte, dejó siete muertos, que sumados a los 23 de los últimos cinco días, elevan a 30 los muertos, informaron voceros policiales a la AFP.
En el caso de los siete fallecidos en Jacarezinho, la policía desconoce si se trata en todos los casos de presuntos traficantes de droga.
Además, unas 180 personas fueron detenidas y una cifra estimada de 55 vehículos fueron incendiados, según el último parte policial.
Mientras tanto, en otras favelas de la zona ya pacificadas por la presencia policial, como el caso de algunas ubicadas en el barrio de Tijuca, los policías se mostraban tensos frente a sus puestos de vigilancia, exhibiendo armas cortas y largas, ante el temor de que los criminales aprovechen la situación para intentar recuperar sus antiguas zonas de tráfico, constató un periodista de la AFP.
Según las autoridades, el caos que estalló el domingo por la noche y que se tradujo también en ataques a puestos policiales, es una reacción a la instalación de esas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en 13 favelas de las cuales fueron expulsados los traficantes.
Sin embargo, para algunos especialistas, esa conclusión es apresurada.
"Creo que todavía es un poco temprano para afirmar eso (sobre las UPP). La secretaría de Seguridad (del Estado de Rio de Janeiro) todavía está realizando investigaciones para saber si esas acciones son represalias o reacciones a una política de la Policía Militar", dijo a la oficial Agencia Brasil el catedrático Doriam Borges, del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad de Rio.
Los enfrentamientos se concentran en favelas de la desfavorecida zona norte de Rio, una urbe fracturada en dos: la turística y residencial zona sur, en donde la mayoría de las favelas fueron pacificadas, y la empobrecida zona norte.
Según la policía, un total de 17.500 efectivos "están en estado de alerta".
Citado por la prensa local, el secretario de Seguridad del estado de Rio, José Beltrame, señaló que podría haber hasta 13 pedidos de transferencia de traficantes presos en Rio de Janeiro, sospechosos de ordenar los ataques, para prisiones de máxima seguridad de estados alejados.
Algunas de las transferencias ya habrían sido realizadas.
Beltrame señaló que aparentemente dos grandes grupos de narcotraficantes rivales se habrían unido contra la política del gobierno estatal, de recuperar territorios en manos de delincuentes.
Esos grupos serían el añejo Comando Vermelho (CV) y el ADA (Amigos de los Amigos) que tiene buen poder de fuego y dominan las dos mayores favelas cariocas: la Rocinha (sur) y el Complejo del Alemán (norte).
Hace poco más de un año en la zona cercana al mítico estadio de Maracaná, que será uno de los escenarios del Mundial 2014, los traficantes derribaron un helicóptero policial que participaba de un operativo y tres policías murieron. El aparato quedó reducido a cenizas en un campo de fútbol vecinal.
Tras asumir en enero de 2007, el gobernador Sergio Cabral anunció una lucha sin tregua contra el crimen tras lo cual se iniciaron continuos operativos en varias de las 980 favelas de la ciudad.
La violencia es un problema endémico en la ciudad de Rio de Janeiro, donde cerca de dos millones de habitantes (aproximadamente un tercio de la población del municipio) viven en 1.000 favelas, y para el 2014 las autoridades se proponen pacificar una centena de las más violentas.
En un despliegue sin precedentes, seis de estos vehículos con orugas se posicionaron en la entrada de la favela en el barrio de Penha (zona norte), en donde según las autoridades se atrincheraron los delincuentes perseguidos por la policía.
Luego los carros blindados ingresaron a la zona, de la que salían columnas de humo negro, mientras los habitantes intentaban guarecerse, constató una periodista de la AFP.
El operativo comenzó a media mañana. Alrededor de las 15H00 locales (17H00 GMT) las imágenes de las televisoras mostraban un verdadero desparrame de civiles armados y cargando mochilas, presuntos traficantes, huyendo de Vila Cruzeiro en busca de refugio en zonas aledañas.
El objetivo del operativo, que no tiene previsión de finalización, es "asumir (el control de) el territorio nuevamente. (Territorio) que fue tomado por el tráfico", remarcó un vocero policial a la TV Globo.
Otro operativo desarrollado en paralelo, en este caso por la Policía Civil (con menos poder de fuego que la Policía Militar) en la favela de Jacarezinho, también al norte, dejó siete muertos, que sumados a los 23 de los últimos cinco días, elevan a 30 los muertos, informaron voceros policiales a la AFP.
En el caso de los siete fallecidos en Jacarezinho, la policía desconoce si se trata en todos los casos de presuntos traficantes de droga.
Además, unas 180 personas fueron detenidas y una cifra estimada de 55 vehículos fueron incendiados, según el último parte policial.
Mientras tanto, en otras favelas de la zona ya pacificadas por la presencia policial, como el caso de algunas ubicadas en el barrio de Tijuca, los policías se mostraban tensos frente a sus puestos de vigilancia, exhibiendo armas cortas y largas, ante el temor de que los criminales aprovechen la situación para intentar recuperar sus antiguas zonas de tráfico, constató un periodista de la AFP.
Según las autoridades, el caos que estalló el domingo por la noche y que se tradujo también en ataques a puestos policiales, es una reacción a la instalación de esas Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en 13 favelas de las cuales fueron expulsados los traficantes.
Sin embargo, para algunos especialistas, esa conclusión es apresurada.
"Creo que todavía es un poco temprano para afirmar eso (sobre las UPP). La secretaría de Seguridad (del Estado de Rio de Janeiro) todavía está realizando investigaciones para saber si esas acciones son represalias o reacciones a una política de la Policía Militar", dijo a la oficial Agencia Brasil el catedrático Doriam Borges, del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad de Rio.
Los enfrentamientos se concentran en favelas de la desfavorecida zona norte de Rio, una urbe fracturada en dos: la turística y residencial zona sur, en donde la mayoría de las favelas fueron pacificadas, y la empobrecida zona norte.
Según la policía, un total de 17.500 efectivos "están en estado de alerta".
Citado por la prensa local, el secretario de Seguridad del estado de Rio, José Beltrame, señaló que podría haber hasta 13 pedidos de transferencia de traficantes presos en Rio de Janeiro, sospechosos de ordenar los ataques, para prisiones de máxima seguridad de estados alejados.
Algunas de las transferencias ya habrían sido realizadas.
Beltrame señaló que aparentemente dos grandes grupos de narcotraficantes rivales se habrían unido contra la política del gobierno estatal, de recuperar territorios en manos de delincuentes.
Esos grupos serían el añejo Comando Vermelho (CV) y el ADA (Amigos de los Amigos) que tiene buen poder de fuego y dominan las dos mayores favelas cariocas: la Rocinha (sur) y el Complejo del Alemán (norte).
Hace poco más de un año en la zona cercana al mítico estadio de Maracaná, que será uno de los escenarios del Mundial 2014, los traficantes derribaron un helicóptero policial que participaba de un operativo y tres policías murieron. El aparato quedó reducido a cenizas en un campo de fútbol vecinal.
Tras asumir en enero de 2007, el gobernador Sergio Cabral anunció una lucha sin tregua contra el crimen tras lo cual se iniciaron continuos operativos en varias de las 980 favelas de la ciudad.
La violencia es un problema endémico en la ciudad de Rio de Janeiro, donde cerca de dos millones de habitantes (aproximadamente un tercio de la población del municipio) viven en 1.000 favelas, y para el 2014 las autoridades se proponen pacificar una centena de las más violentas.