Valdesquí
"No se ha abierto ningún día, estamos hablando de lo peor que puede pasar", explica Agustín Ramírez, director de Valdesquí, en la Sierra de Guadarrama, a 60 km de Madrid y 2.000 metros de altitud.
Esta pequeña estación, muy visitada por los habitantes de la capital, tiene 27 pistas de todos los niveles que, en inviernos normales, suelen recibir a 1.500 visitantes al día durante la semana y 3.500 los fines de semana.
Pero a mediados de enero, cuando normalmente la temporada se encuentra en pleno auge, los teleféricos estaban parados y el aparcamiento vacío.
Al comenzar este fin de semana, ocho de las 32 estaciones de esquí españolas seguían cerradas por falta de nieve.
Tras semanas de cielos despejados, sol radiante y temperaturas excepcionalmente altas para la temporada, la meteorología podría dar pronto un respiro al sector.
La Agencia Estatal de Meteorología anunció fuertes nevadas en la noche del domingo y durante la jornada del lunes en algunos puntos de España, donde la cota de nieve se situará entre 600 y 1.100 metros, lo que podría dejar los primeros copos en Madrid.
Unas precipitaciones muy esperadas desde hace semanas, durante las cuales las estaciones de esquí no tuvieron más remedio que hacer funcionar los cañones de nieve artificial.
"No es igual que la nieve natural pero se puede esquiar", explica Fernando Cortés, un esquiador de unos 40 años que descansa entre dos descensos en el Puerto de Navacerrada, a una decena de kilómetros de Valdesquí.
"Este año el clima es así, tenemos que aguantar con lo que hay", agrega.
La fabricación de nieve artificial tiene además un coste prohibitivo para las estaciones.
Así, en La Pinilla, cerca de Segovia, al noroeste de Madrid, el 65% de los ingresos desde el inicio de la temporada fueron destinados a hacer funcionar los cañones, explica el director Angel González Pieras.
"El coste ha sido brutal", afirma, sin querer dar cifras.
La estación, equipada con 196 cañones de nieve, pudo abrir este fin de semana cuatro de sus 24 pistas, después de tres días de cierre total por falta de nieve.
Este invierno soleado ha sido hasta ahora un desastre para el empleo local. Valdesquí emplea normalmente a 120 personas por temporada, pero este año se contentará con nueve empleados permanentes.
"Todo el mundo está esperando a ver si nieva para poderse incorporar", explica Agustín Ramírez. Esto "se suma a la crisis que tenemos, puesto que no hay esos puestos de trabajos de los que dependen mucha gente", agrega.
El inicio de la temporada ha sido también muy duro para los profesionales del alquiler de esquís, los hoteles y los restaurantes.
"El negocio está fatal. Este es el peor año que he visto en mis 75 años", lanza Román Verdesoto, rodeado de esquís colgados en las paredes de una tienda de alquiler que dirige desde hace 48 años en Puerto de Navacerrada.
"Mismo si nieva ahora, se ha perdido la mitad de la temporada, incluso la mejor parte que es Navidad", se lamenta.
El mes de diciembre fue el más seco registrado en España en 23 años, con 25 milímetros de precipitaciones, un 30% de la media para la temporada.
En reacción, algunas estaciones optaron por reconvertirse con otras actividades, como excusiones para ciclistas o servicios de balneario.
"Siempre va a haber temporadas así", afirma Ramírez, y "tienes que tener esa posibilidad en cuenta en tus planes".
Esta pequeña estación, muy visitada por los habitantes de la capital, tiene 27 pistas de todos los niveles que, en inviernos normales, suelen recibir a 1.500 visitantes al día durante la semana y 3.500 los fines de semana.
Pero a mediados de enero, cuando normalmente la temporada se encuentra en pleno auge, los teleféricos estaban parados y el aparcamiento vacío.
Al comenzar este fin de semana, ocho de las 32 estaciones de esquí españolas seguían cerradas por falta de nieve.
Tras semanas de cielos despejados, sol radiante y temperaturas excepcionalmente altas para la temporada, la meteorología podría dar pronto un respiro al sector.
La Agencia Estatal de Meteorología anunció fuertes nevadas en la noche del domingo y durante la jornada del lunes en algunos puntos de España, donde la cota de nieve se situará entre 600 y 1.100 metros, lo que podría dejar los primeros copos en Madrid.
Unas precipitaciones muy esperadas desde hace semanas, durante las cuales las estaciones de esquí no tuvieron más remedio que hacer funcionar los cañones de nieve artificial.
"No es igual que la nieve natural pero se puede esquiar", explica Fernando Cortés, un esquiador de unos 40 años que descansa entre dos descensos en el Puerto de Navacerrada, a una decena de kilómetros de Valdesquí.
"Este año el clima es así, tenemos que aguantar con lo que hay", agrega.
La fabricación de nieve artificial tiene además un coste prohibitivo para las estaciones.
Así, en La Pinilla, cerca de Segovia, al noroeste de Madrid, el 65% de los ingresos desde el inicio de la temporada fueron destinados a hacer funcionar los cañones, explica el director Angel González Pieras.
"El coste ha sido brutal", afirma, sin querer dar cifras.
La estación, equipada con 196 cañones de nieve, pudo abrir este fin de semana cuatro de sus 24 pistas, después de tres días de cierre total por falta de nieve.
Este invierno soleado ha sido hasta ahora un desastre para el empleo local. Valdesquí emplea normalmente a 120 personas por temporada, pero este año se contentará con nueve empleados permanentes.
"Todo el mundo está esperando a ver si nieva para poderse incorporar", explica Agustín Ramírez. Esto "se suma a la crisis que tenemos, puesto que no hay esos puestos de trabajos de los que dependen mucha gente", agrega.
El inicio de la temporada ha sido también muy duro para los profesionales del alquiler de esquís, los hoteles y los restaurantes.
"El negocio está fatal. Este es el peor año que he visto en mis 75 años", lanza Román Verdesoto, rodeado de esquís colgados en las paredes de una tienda de alquiler que dirige desde hace 48 años en Puerto de Navacerrada.
"Mismo si nieva ahora, se ha perdido la mitad de la temporada, incluso la mejor parte que es Navidad", se lamenta.
El mes de diciembre fue el más seco registrado en España en 23 años, con 25 milímetros de precipitaciones, un 30% de la media para la temporada.
En reacción, algunas estaciones optaron por reconvertirse con otras actividades, como excusiones para ciclistas o servicios de balneario.
"Siempre va a haber temporadas así", afirma Ramírez, y "tienes que tener esa posibilidad en cuenta en tus planes".