La salud de Sharon, conocido como el "Bulldozer" tanto por su físico corpulento como por su estilo directo, empeoró desde el miércoles, al sufrir varios problemas renales después de ser sometido a una cirugía.
"Su corazón resiste mejor de lo que habíamos pensado, pero sigue en riesgo de muerte inminente (...) y soy mas pesimista que antes", declaró el director del centro, Zeev Rotstein, en un encuentro con la prensa ante el hospital Tel Hashomer de Tel-Aviv.
"Sus funciones vitales, especialmente renales, no se han recuperado" dijo Rotstein.
"No puedo predecir el futuro pero no hay otra salida posible en este caso", declaró el director del hospital, preguntado por la posibilidad del restablecimiento de "Arik" (el diminutivo de Ariel).
Rotstein señaló el viernes que el estado del ex primer ministro israelí se estaba "deteriorando gradualmente", al revelar los exámenes clínicos "una disfunción generalizada de los principales órganos".
Los hijos de Ariel Sharon, Omri y Gilad Sharon, que decidieron mantenerlo en vida bajo asistencia médica desde hace ocho años, permanecieron estos días junto a su padre.
El veterano líder de la derecha nacionalista israelí se halla en coma desde que sufrió un ataque cerebral en enero de 2006.
Sharon pasará a la historia como el responsable de la invasión, en 1982, de Líbano cuando era ministro de Defensa, pero también como el 'halcón' de la derecha nacionalista que inició la salida israelí de Gaza.
Una investigación oficial lo declaró culpable de no haber previsto ni impedido las masacres perpetradas en los campos de refugiados de Sabra y Chatila en septiembre de 1982 por una milicia cristiana aliada a Israel. Tuvo que dimitir.
Eso no le impidió convertirse en primer ministro en 2001 y resultar reelegido en 2003.
El 28 de septiembre de 2000, su visita a la explanada de las Mezquitas en Jerusalén este, tercer lugar santo del islam, avivó la indignación. Al día siguiente estalló la segunda Intifada.
Tras ser un paladín de la colonización de los Territorios Palestinos, en 2005 organizó la retirada israelí de la franja de Gaza y el desmantelamiento de colonias instaladas en esta región.
Esta decisión le valió las críticas de una gran parte de la derecha israelí y de los colonos.
El 18 de diciembre de 2005 fue hospitalizado como consecuencia de un "ligero ataque cerebral", del que se recuperó rápidamente pero el 4 de enero de 2006 sufrió otro mucho más fuerte que le sumió en un coma profundo.