Nueva York —
Keith Phoenix, de 28 años, y Hakim Scott, de 25, serán instruidos bajo los cargos de asesinato en segundo grado, asesinato como un crimen de odio y agresión en primer grado como crimen de odio. Cada cargo está castigado con una sentencia mínima de entre 25 años en la cárcel y cadena perpetua. Adicionalmente, serán acusados de posesión criminal de dos armas —una botella y un bate—, que según la fiscalía usaron en el ataque, e intento de agresión.
“La máxima sentencia que buscamos, si hay un veredicto de culpabilidad, es de 78 años a cadena perpetua”, aseveró Charles Hynes, fiscal de Brooklyn, quien agregó que pedirá que las sentencias sean cumplidas de forma consecutiva.
Según la acusación, el pasado 7 de diciembre, Sucuzhañay, de 31 años, caminaba hacia la casa con su hermano Romel, de 38 años, después de un evento social. “Caminaban sin molestar a nadie, de hecho, Romel ayudaba a su hermano para que llegara a casa y le puso su chaqueta por encima para protegerlo del frío”, afirmó el fiscal.
Hynes agregó que José “fue deliberadamente asesinado por su etnicidad, y porque los criminales lo confundieron con un homosexual”.
Durante el anuncio, Romel y Diego Sucuzhañay —hermanos de la víctima— se negaron a contestar cualquier pregunta de la prensa porque, según el abogado de la familia José Arrafat Gracia, podrían obstruir la investigación.
Los acusados, quienes se declararon inocentes de los cargos, continúan en la cárcel sin derecho a fianza.
Después que Phoenix admitió ante los detectives que lo arrestaron el pasado viernes 27 de febrero que sí había matado y que eso no lo hacía una mala persona, según la Policía, el acusado dijo en una entrevista desde la cárcel que había sido en defensa propia porque José tenía una pistola.
“No hay evidencia que apoye de ninguna forma que haya otras víctimas que no sean José y su hermano”, enfatizó el fiscal de Brooklyn.
Luis Burgos, el comisionado de la división de los Derechos Civiles del Estado, dijo que el Estado de Nueva York “no tolerará crímenes relacionados con intolerancia racial de ninguna clase. El asesinato de José Sucuzhañay fue un acto infame”.
Otros oficiales electos y activistas comunitarios que estaban en la conferencia de prensa coincidieron en que debe haber “cero tolerancia” para esta clase de crímenes.
Keith Phoenix, de 28 años, y Hakim Scott, de 25, serán instruidos bajo los cargos de asesinato en segundo grado, asesinato como un crimen de odio y agresión en primer grado como crimen de odio. Cada cargo está castigado con una sentencia mínima de entre 25 años en la cárcel y cadena perpetua. Adicionalmente, serán acusados de posesión criminal de dos armas —una botella y un bate—, que según la fiscalía usaron en el ataque, e intento de agresión.
“La máxima sentencia que buscamos, si hay un veredicto de culpabilidad, es de 78 años a cadena perpetua”, aseveró Charles Hynes, fiscal de Brooklyn, quien agregó que pedirá que las sentencias sean cumplidas de forma consecutiva.
Según la acusación, el pasado 7 de diciembre, Sucuzhañay, de 31 años, caminaba hacia la casa con su hermano Romel, de 38 años, después de un evento social. “Caminaban sin molestar a nadie, de hecho, Romel ayudaba a su hermano para que llegara a casa y le puso su chaqueta por encima para protegerlo del frío”, afirmó el fiscal.
Hynes agregó que José “fue deliberadamente asesinado por su etnicidad, y porque los criminales lo confundieron con un homosexual”.
Durante el anuncio, Romel y Diego Sucuzhañay —hermanos de la víctima— se negaron a contestar cualquier pregunta de la prensa porque, según el abogado de la familia José Arrafat Gracia, podrían obstruir la investigación.
Los acusados, quienes se declararon inocentes de los cargos, continúan en la cárcel sin derecho a fianza.
Después que Phoenix admitió ante los detectives que lo arrestaron el pasado viernes 27 de febrero que sí había matado y que eso no lo hacía una mala persona, según la Policía, el acusado dijo en una entrevista desde la cárcel que había sido en defensa propia porque José tenía una pistola.
“No hay evidencia que apoye de ninguna forma que haya otras víctimas que no sean José y su hermano”, enfatizó el fiscal de Brooklyn.
Luis Burgos, el comisionado de la división de los Derechos Civiles del Estado, dijo que el Estado de Nueva York “no tolerará crímenes relacionados con intolerancia racial de ninguna clase. El asesinato de José Sucuzhañay fue un acto infame”.
Otros oficiales electos y activistas comunitarios que estaban en la conferencia de prensa coincidieron en que debe haber “cero tolerancia” para esta clase de crímenes.