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Los bailadores responden a los encantamientos de un DJ, pero esta no es una discoteca. Hay obras teatrales, danzas y espectáculos musicales, pero esto no es un teatro o una sala de conciertos. La suma de todas estas expresiones se llevan a cabo en La Respuesta, un popular espacio de cultura alternativa, en la avenida Fernández Juncos, que está cumpliendo su primer año. “Es un espacio para exponer a la gente que no tiene sellos disqueros y hacen las cosas a pulmón”, dice José Morales, creador del lugar. “También es para artistas que quieren decir cosas y no están apoyados por galerías porque son demasiado jóvenes o tienen propuestas que no encajan en la norma”.
El pasado sábado seis de junio hubo uno de esos inventos: el artista plástico Richard Santiago comenzó a improvisar una pintura en acrílico sobre un canvas, mientras una cámara proyectaba en una pantalla las imágenes abstractas. Todo lo hacía al compás de la música, en momentos que tocaba en directo el grupo musical Amplitude, compuesto por José David Pérez (batería del grupo Circo), Ahmed Irizarry (pianista de la PVC), el guitarrista Waldy Reyes, el bajista Ariel Robles y Jorge Castro (guitarra del grupo Superaquello). A la tarima se subió Fofe, cantante de Circo, quien interpretó una canción acompañado del trompetista Charlie Sepúlveda. Al final se sorteó la pieza de Santiago entre los asistentes.
Al entrar a este espacio de 6,000 pies cuadrados, antiguo almacén de muebles, el visitante encuentra a la derecha el bar, la pista y una pequeña tarima del DJ, cerca de otra tarima más alta y espaciosa, donde se llevan a cabo las presentaciones. Todo está pintado de negro y de blanco, y alumbrado con una luz tenue. En las paredes hay, durante estos días, figuras que se toquetean, se masturban y muestran su cuerpo, en una exposición organizada por la Galería Mayonesa Rodante, que expone obras de artistas jóvenes por diferentes espacios.
Este primer año de La Respuesta se ha saldado con presentaciones de artistas como Yarimir Cabán, en su evolución a una música más electrónica y experimental, con letras irreverentes de la escritora dominicana Rita Indiana. El grupo Superaquello también presentó aquí su nueva producción, tras años alejado de los escenarios y de los estudios de grabación. El baterista boricua Henry Cole dedicó piezas originales al legendario músico nigeriano Fela Kuti. Pero hay lugar para artistas del “mainstream”: Calle 13 presentó el disco “Los de atrás vienen conmigo”.
“He visto aquí desde familias hasta jangueadores. Lo mejor de este espacio es la versatilidad, la flexibilidad”, dice Noemí Segarra, bailarina de danza contemporánea e improvisación. “Este es el único sitio en Puerto Rico que tiene este ambiente, y te hace pensar en los espacios tipo ‘loft’ de Brooklyn”.
Este lugar fue creado por Morales, de 39 años, quien comenzó su carrera como distribuidor de pañales y toallas sanitarias, mientras usaba su tiempo libre para sembrar plátanos, yautía, malanga y ajíes en una finca de Naguabo. Hasta que decidió probar suerte como bartender en el Nuyorican Café, en el Viejo San Juan, y hace siete años decidió levantar Aquí se puede, donde presentaba espectáculos de artistas como DJ Velcro (que sigue siendo cada lunes uno de los platos fuertes de La Respuesta), y los espectadores se sentaban en colchas a comer galletitas chinas con mensajes de la suerte. Luego creó Café Seda, con actividades culturales como las de La Respuesta, pero a menor escala, hasta su cierre en enero de 2008.
Ahora Morales quiere que La Respuesta represente el cúmulo de todas esas experiencias. “La Respuesta tiene todo lo que yo pensaba que necesitaba tener un espacio. Sólo que ahora, cada vez que voy a hacer algo, lo hago pensando en que le guste a mi hija de 13 años”.
El pasado sábado seis de junio hubo uno de esos inventos: el artista plástico Richard Santiago comenzó a improvisar una pintura en acrílico sobre un canvas, mientras una cámara proyectaba en una pantalla las imágenes abstractas. Todo lo hacía al compás de la música, en momentos que tocaba en directo el grupo musical Amplitude, compuesto por José David Pérez (batería del grupo Circo), Ahmed Irizarry (pianista de la PVC), el guitarrista Waldy Reyes, el bajista Ariel Robles y Jorge Castro (guitarra del grupo Superaquello). A la tarima se subió Fofe, cantante de Circo, quien interpretó una canción acompañado del trompetista Charlie Sepúlveda. Al final se sorteó la pieza de Santiago entre los asistentes.
Al entrar a este espacio de 6,000 pies cuadrados, antiguo almacén de muebles, el visitante encuentra a la derecha el bar, la pista y una pequeña tarima del DJ, cerca de otra tarima más alta y espaciosa, donde se llevan a cabo las presentaciones. Todo está pintado de negro y de blanco, y alumbrado con una luz tenue. En las paredes hay, durante estos días, figuras que se toquetean, se masturban y muestran su cuerpo, en una exposición organizada por la Galería Mayonesa Rodante, que expone obras de artistas jóvenes por diferentes espacios.
Este primer año de La Respuesta se ha saldado con presentaciones de artistas como Yarimir Cabán, en su evolución a una música más electrónica y experimental, con letras irreverentes de la escritora dominicana Rita Indiana. El grupo Superaquello también presentó aquí su nueva producción, tras años alejado de los escenarios y de los estudios de grabación. El baterista boricua Henry Cole dedicó piezas originales al legendario músico nigeriano Fela Kuti. Pero hay lugar para artistas del “mainstream”: Calle 13 presentó el disco “Los de atrás vienen conmigo”.
“He visto aquí desde familias hasta jangueadores. Lo mejor de este espacio es la versatilidad, la flexibilidad”, dice Noemí Segarra, bailarina de danza contemporánea e improvisación. “Este es el único sitio en Puerto Rico que tiene este ambiente, y te hace pensar en los espacios tipo ‘loft’ de Brooklyn”.
Este lugar fue creado por Morales, de 39 años, quien comenzó su carrera como distribuidor de pañales y toallas sanitarias, mientras usaba su tiempo libre para sembrar plátanos, yautía, malanga y ajíes en una finca de Naguabo. Hasta que decidió probar suerte como bartender en el Nuyorican Café, en el Viejo San Juan, y hace siete años decidió levantar Aquí se puede, donde presentaba espectáculos de artistas como DJ Velcro (que sigue siendo cada lunes uno de los platos fuertes de La Respuesta), y los espectadores se sentaban en colchas a comer galletitas chinas con mensajes de la suerte. Luego creó Café Seda, con actividades culturales como las de La Respuesta, pero a menor escala, hasta su cierre en enero de 2008.
Ahora Morales quiere que La Respuesta represente el cúmulo de todas esas experiencias. “La Respuesta tiene todo lo que yo pensaba que necesitaba tener un espacio. Sólo que ahora, cada vez que voy a hacer algo, lo hago pensando en que le guste a mi hija de 13 años”.
