"El primer ministro Meles Zenawi falleció ayer (lunes) a medianoche", precisó este martes Bereket Simon, portavoz del Gobierno etíope sin proporcionar más detalles sobre la enfermedad que sufría Meles.
Meles Zenawi, de 57 años y peso pesado de los líderes africanos, dirigía Etiopía con mano de hierro desde hacía 21 años, cuando en 1991 tomó el poder al frente de una guerrilla que hizo caer al régimen del dictador Mengistu Hailé Mariam.
Este hombre austero entró en el club de los dirigentes africanos en el poder desde hacía más de veinte años tras una aplastante victoria en las elecciones de 2010, donde consiguió el 99% de los votos.
No había cumplido todavía los 25 años cuando sus compañeros de armas lo auparon a la jerarquía del FPLT (Frente Popular de Liberación de Tigré) en 1979, tan solo cinco años después de haber abandonado sus estudios de medicina para unirse a la rebelión de Tigray, al norte del país.
Nacido el 8 de mayo en Adua (norte), Meles Zenawi ocupó primero las funciones de presidente de la República (1991-1995), antes del cambio de Constitución que convirtió a Etiopía en un régimen parlamentario.
Formaba parte, junto con el ruandés Paul Kagame y el ugandés Yoweri Museveni, de la generación de dirigentes africanos llegados al poder a finales de los años 80 y principios de los 90 en los que Bill Clinton, presidente de Estados Unidos en aquel momento, veía a los posibles "dirigentes del renacimiento" africano.
Con el paso de los años, Meles convirtió su país en un aliado clave de Estados Unidos en la lucha contra el extremismo en el Cuerno de África.
"Es el último emperador de Etiopía" dijo de él hace varios años un exdiplomático etíope. "Para Meles Zenawi, el poder continúa siendo una especie de mito, con una auténtica dimensión mística, porque se encuentra en la misma situación que los emperadores del pasado, llegados al poder por las armas, y porque desprende esa aura de poder".
A finales de la última década, Meles Zenawi se convirtió en el principal negociador del continente sobre el cambio climático y desde 2007 era presidente de la Nueva Alianza para el Desarrollo de África (NEPAD).
A pesar de ello, Etiopía continúa siendo uno de los países más pobres del mundo. Su población, explican los observadores, no se benefició de los programas de desarrollo: en el mundo rural no se sienten todavía los planes masivos de electrificación regional.
El país es acusado regularmente de violaciones de los derechos humanos contra los grupos de la oposición o los periodistas.
Serias consecuencias para el Cuerno de África
En julio, cuando se dio a conocer la hospitalización de Meles en Bruselas, una fuente diplomática remarcó que su desaparición tendría serias consecuencias para la región más inestable del Cuerno de África.
"Supo imponer su autoridad a sus vecinos" y es un "polo de estabilidad entre Sudán, Eritrea y Somalia", explicó la fuente.
Los mandatos de Meles estuvieron marcados por una guerra fronteriza muy mortífera con Eritrea entre 1998 y 2000 y dos intervenciones militares en Somalia, la primera de finales de 2006 a principios de 2009 y la segunda desde finales de 2011.
Tras la muerte de Meles, el viceprimer ministro etíope, Hailemariam Desalegn, asumirá el poder de forma interina, anunció este martes el portavoz Bereket Simon.
Meles Zenawi no aparecía en público desde junio y su salud era objeto de numerosos rumores.