La Feria, inaugurada el sábado en la noche con la asistencia de autoridades, escritores y diplomáticos, permanecerá abierta hasta el próximo domingo y ofrece al público una variedad de textos literarios y científicos, incluidas las más recientes creaciones de autores centroamericanos y del Caribe, con Cuba como invitada de honor.
"Esta Feria no solo nos permite mostrar la obra de nuestros creadores", sino también estrechar los lazos entre Cuba y Centroamérica, dijo el embajador cubano, Antonio Miguel Pardo, en el acto de apertura.
"Hemos tratado de abarcar todo el panorama cultural cubano, que va desde los clásicos a la nueva horneada" de escritores cubanos, que incluye a Jesús David Curbelo, Marcial Gala y Atilio Caballero, entre otros, dijo una de las encargadas de la muestra cubana, María Elena Pérez.
Además de varios libros de Martí, incluidas sus obras completas en dos tomos, la muestra cubana tiene una abundante oferta sobre el guerrillero argentino-cubano Ernesto 'Che' Guevara, pero también libros ajenos a la política, como 'Curiosidades beisboleras', de Jorge Alfonso.
La exposición de libros, donde se pueden comprar ejemplares desde 500 colones (casi un dólar), congrega a editoriales extranjeras y grandes librerías del istmo, pero también a asociaciones de escritores y distribuidoras pequeñas.
La Feria del Libro volvió en esta ocasión al edificio de la Antigua Aduana, uno de los inmuebles más emblemáticos de San José que acaba de ser remodelado, luego de efectuarse en las dos ediciones anteriores en un sitio al aire libre, en medio de la temporada de lluvias, lo que mermó la afluencia de público.
También hay una masiva presencia de escritores costarricenses, con novelas, poesías y cuentos, algunos de los cuales tratan sobre experiencias de la región, como la novela 'Desertor' del escritor y periodista Juan Ramón Rojas, sobre un salvadoreño que busca dejar las filas de la guerrilla durante la guerra civil (1980-1992).
El ministro de Educación costarricense, Leonardo Garnier, lamentó que "la literatura no es enseñada como un arte" en las escuelas del país y dijo que "queremos que los estudiantes aprendan a gozar de la literatura".
"No sólo que lo gocen (el libro), sino que lo aprecien", expresó Garnier, destacando que "no es cuestión de coger un teclado y escribir, (porque) escribir es un arte".
"Esta Feria no solo nos permite mostrar la obra de nuestros creadores", sino también estrechar los lazos entre Cuba y Centroamérica, dijo el embajador cubano, Antonio Miguel Pardo, en el acto de apertura.
"Hemos tratado de abarcar todo el panorama cultural cubano, que va desde los clásicos a la nueva horneada" de escritores cubanos, que incluye a Jesús David Curbelo, Marcial Gala y Atilio Caballero, entre otros, dijo una de las encargadas de la muestra cubana, María Elena Pérez.
Además de varios libros de Martí, incluidas sus obras completas en dos tomos, la muestra cubana tiene una abundante oferta sobre el guerrillero argentino-cubano Ernesto 'Che' Guevara, pero también libros ajenos a la política, como 'Curiosidades beisboleras', de Jorge Alfonso.
La exposición de libros, donde se pueden comprar ejemplares desde 500 colones (casi un dólar), congrega a editoriales extranjeras y grandes librerías del istmo, pero también a asociaciones de escritores y distribuidoras pequeñas.
La Feria del Libro volvió en esta ocasión al edificio de la Antigua Aduana, uno de los inmuebles más emblemáticos de San José que acaba de ser remodelado, luego de efectuarse en las dos ediciones anteriores en un sitio al aire libre, en medio de la temporada de lluvias, lo que mermó la afluencia de público.
También hay una masiva presencia de escritores costarricenses, con novelas, poesías y cuentos, algunos de los cuales tratan sobre experiencias de la región, como la novela 'Desertor' del escritor y periodista Juan Ramón Rojas, sobre un salvadoreño que busca dejar las filas de la guerrilla durante la guerra civil (1980-1992).
El ministro de Educación costarricense, Leonardo Garnier, lamentó que "la literatura no es enseñada como un arte" en las escuelas del país y dijo que "queremos que los estudiantes aprendan a gozar de la literatura".
"No sólo que lo gocen (el libro), sino que lo aprecien", expresó Garnier, destacando que "no es cuestión de coger un teclado y escribir, (porque) escribir es un arte".