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Política
"Actualmente estamos hundidos y sin ninguna perspectiva: Estamos sobreviviendo", comentó Catherine Velissaris, directora del Centro nacional del libro griego.
La situación es "extremadamente difícil para el mundo del libro, tal como la economía", prosiguió, recordando que el gobierno preveía para 2013 un sexto año de recesión: "incluso en tiempo de guerra no es tan largo".
Después de haber resistido bien al comenzar la crisis, las ventas terminaron por caer en los últimos dos años, pero no es lo peor.
"Una baja de 20 a 25% de las ventas podría ser soportada por los editores, pero están asfixiados por la falta de créditos bancarios", explicó.
Por otra parte, "los libreros no pagan, porque ellos también hicieron grandes inversiones y por lo tanto están obligados a reembolsar sus préstamos en detrimento de los editores. Entonces toda la cadena, hasta escritores y traductores, sufre" en Grecia como en otros lugares.
En Portugal, "las ventas están en baja de 10% con respecto al año pasado. Y es considerable, porque se trata del tercer año consecutivo de baja", explicó Paulo Oliveira, presidente del grupo Bertrand Circulo, que reúne a editoras y librerías.
"Muchas librerías han cerrado en España, sobre todo las independientes, que son las más importantes para las editoriales como nosotros", destacó por su parte Ofelia Grande, editora de la española Siruela, que publica un centenar de libros por año.
La presencia en Fráncfort de profesionales llegados de los países más afectados se hace sentir.
"Algunos editores no vinieron", indicó Oliveira, los que no son lo bastante sólidos financieramente.
Si no pueden o no quieren "invertir para diversificar la oferta, venir a Fráncfort sería un error. Es estúpido venir aquí si no es para hacer negocios", estimó.
Aún cuando es el mayor evento mundial en el sector, Oliveira reconoció haber discutido con su consejo de administración sobre la necesidad de ir o no a la feria del libro alemana.
"La tentación de ser prudente estaba presente. ¿Debíamos o no venir? "¿La inversión valía o no la pena?" Y finalmente sí, estamos aquí. Porque pensamos que hay oportunidades que pueden aprovecharse", explicó.
"La crisis puede crear oportunidades y los editores portugueses que quieren preparar el futuro están aquí. Debemos enfrentar la crisis, es un verdadero problema, pero también queremos mirar hacia adelante, preparar el futuro", concluyó.
Los griegos también quieren luchar, aunque la superficie de su stand debió reducirse a la mitad con respecto al año pasado.
"No sólo porque es más conforme con nuestros medios financieros en caída libre, sino también porque se trata de una cuestión de imagen", explicó Catherine Velissaris.
"Si nos nubiérmos presentado con 500 m2, no sé como nos habrían visto", agregó.
A pesar del espacio reducido, hay un 20% más de editores este año.
"Tienen muchos encuentros, y no quieren darse por derrotados. Si están aquí es para luchar", prometió.
La situación es "extremadamente difícil para el mundo del libro, tal como la economía", prosiguió, recordando que el gobierno preveía para 2013 un sexto año de recesión: "incluso en tiempo de guerra no es tan largo".
Después de haber resistido bien al comenzar la crisis, las ventas terminaron por caer en los últimos dos años, pero no es lo peor.
"Una baja de 20 a 25% de las ventas podría ser soportada por los editores, pero están asfixiados por la falta de créditos bancarios", explicó.
Por otra parte, "los libreros no pagan, porque ellos también hicieron grandes inversiones y por lo tanto están obligados a reembolsar sus préstamos en detrimento de los editores. Entonces toda la cadena, hasta escritores y traductores, sufre" en Grecia como en otros lugares.
En Portugal, "las ventas están en baja de 10% con respecto al año pasado. Y es considerable, porque se trata del tercer año consecutivo de baja", explicó Paulo Oliveira, presidente del grupo Bertrand Circulo, que reúne a editoras y librerías.
"Muchas librerías han cerrado en España, sobre todo las independientes, que son las más importantes para las editoriales como nosotros", destacó por su parte Ofelia Grande, editora de la española Siruela, que publica un centenar de libros por año.
La presencia en Fráncfort de profesionales llegados de los países más afectados se hace sentir.
"Algunos editores no vinieron", indicó Oliveira, los que no son lo bastante sólidos financieramente.
Si no pueden o no quieren "invertir para diversificar la oferta, venir a Fráncfort sería un error. Es estúpido venir aquí si no es para hacer negocios", estimó.
Aún cuando es el mayor evento mundial en el sector, Oliveira reconoció haber discutido con su consejo de administración sobre la necesidad de ir o no a la feria del libro alemana.
"La tentación de ser prudente estaba presente. ¿Debíamos o no venir? "¿La inversión valía o no la pena?" Y finalmente sí, estamos aquí. Porque pensamos que hay oportunidades que pueden aprovecharse", explicó.
"La crisis puede crear oportunidades y los editores portugueses que quieren preparar el futuro están aquí. Debemos enfrentar la crisis, es un verdadero problema, pero también queremos mirar hacia adelante, preparar el futuro", concluyó.
Los griegos también quieren luchar, aunque la superficie de su stand debió reducirse a la mitad con respecto al año pasado.
"No sólo porque es más conforme con nuestros medios financieros en caída libre, sino también porque se trata de una cuestión de imagen", explicó Catherine Velissaris.
"Si nos nubiérmos presentado con 500 m2, no sé como nos habrían visto", agregó.
A pesar del espacio reducido, hay un 20% más de editores este año.
"Tienen muchos encuentros, y no quieren darse por derrotados. Si están aquí es para luchar", prometió.
