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Una escena de Aquí y allá, de Antonio Méndez Esparza
En una entrevista con la AFP en el balneario vasco francés, el español Antonio Méndez Esparza, realizador de la aplaudida "Aquí y allá", confesó que su "mayor desafío" había sido "meterse en la intimidad" de una humilde familia mexicana, lo que sólo logró porque él y su cámara eran vistos como "invitados privilegiados".
Esta cinta, que no cuenta con actores profesionales, "no habría sido posible si no hubiese tenido la confianza de la familia", confió el realizador, que filma el regreso a su hogar de Pedro (interpretado por Pedro de los Santos Juárez), quien se reencuentra con su mujer y sus dos hijas tras una larga ausencia en Estados Unidos.
"Siempre traté que la cámara fuera lo que yo era, un invitado privilegiado", dijo Méndez Esperza. "Por eso tenía que filmar en la casa real de la familia, para crear esa intimidad. Y para eso tenía que tener su confianza, su amistad", dijo el realizador, que vivió de niño en México.
El filme, una coproducción entre México, España y Estados Unidos que fue proyectado en Cannes, en la sección de la Semana de la Crítica, y será proyectado el sábado en el Festival de Nueva York, muestra la vida cotidiana de la familia, el paisaje que los rodea, su música, como si fuese un documental. "Filmé sobre todo situaciones, muchas de ellas improvisadas", explicó.
El uruguayo Rodrigo Plá logra también, en "La Demora", meterse en la piel de una familia montevideana. La película "está inspirada en momentos de la vida, en esa etapa en la que los hijos nos volvemos los cuidadores de nuestros padres", dijo el realizador en Biarritz, tras el pase de la cinta, que conmovió al público.
La película, que es firme candidata al premio El Abrazo, que será anunciado el sábado, se adentra en María, una mujer separada, madre de tres hijos (la estupenda Roxana Blanco), que trabaja en casa cosiendo, porque tiene que cuidar a su padre desmemoriado, interpretado por Carlos Vallarino.
La dureza de su cotidianidad empuja a María a llevar una tarde a su padre a un parque, y a dejarlo allí, esperándola en un banco.
Hay momentos de solidaridad en el filme, como cuando los vecinos del lugar intentan ayudar a Agustín, que aunque transido de frío cree que su hija regresará a buscarlo. "Es un filme de amor", aseguró a la AFP el realizador uruguayo.
El colombiano Andrés Burgos Vallejo, autor de "Sofía y el Terco", con la actriz madrileña Carmen Maura, que fue ovacionada el martes en la noche en Biarritz, se adentra por su parte en la casa de una pareja que vive en las montañas de Colombia.
Pero su desafío, explicó el cineasta el miércoles en Biarritz, fue contar, sin grandes aspavientos, y con grandes silencios, "el viaje de una mujer para ser escuchada".
"Es una historia de amor, pero sin enamoramientos", dijo el realizador, explicando que se gana la vida escribiendo telenovelas, culebrones, donde las parejas se dicen todo el tiempo 'te amo', 'te odio".
"Vivo de poner a llorar a amas de casa", confesó el realizador, explicando la razón por la que quería hacer un filme con muy pocos diálogos. En su cinta, que es ópera prima, la extrovertida Carmen Maura guarda el silencio en toda la película.
"Yo soy un tránsfuga entre la literatura y la televisión más comercial. Y quiero mentener claras las fronteras".
"Si iba a hacer una película quería apartarme de lo que hacía todos los días, quería que dialogaran poco, y quería que contara una historia de amor que no fuera de enamoramiento, como las historias de las telenovelas", confió Burgos Vallejo cuyo filme compite por el gran premio de este festival consagrado a las culturas de América Latina, que concluye el domingo.
Esta cinta, que no cuenta con actores profesionales, "no habría sido posible si no hubiese tenido la confianza de la familia", confió el realizador, que filma el regreso a su hogar de Pedro (interpretado por Pedro de los Santos Juárez), quien se reencuentra con su mujer y sus dos hijas tras una larga ausencia en Estados Unidos.
"Siempre traté que la cámara fuera lo que yo era, un invitado privilegiado", dijo Méndez Esperza. "Por eso tenía que filmar en la casa real de la familia, para crear esa intimidad. Y para eso tenía que tener su confianza, su amistad", dijo el realizador, que vivió de niño en México.
El filme, una coproducción entre México, España y Estados Unidos que fue proyectado en Cannes, en la sección de la Semana de la Crítica, y será proyectado el sábado en el Festival de Nueva York, muestra la vida cotidiana de la familia, el paisaje que los rodea, su música, como si fuese un documental. "Filmé sobre todo situaciones, muchas de ellas improvisadas", explicó.
El uruguayo Rodrigo Plá logra también, en "La Demora", meterse en la piel de una familia montevideana. La película "está inspirada en momentos de la vida, en esa etapa en la que los hijos nos volvemos los cuidadores de nuestros padres", dijo el realizador en Biarritz, tras el pase de la cinta, que conmovió al público.
La película, que es firme candidata al premio El Abrazo, que será anunciado el sábado, se adentra en María, una mujer separada, madre de tres hijos (la estupenda Roxana Blanco), que trabaja en casa cosiendo, porque tiene que cuidar a su padre desmemoriado, interpretado por Carlos Vallarino.
La dureza de su cotidianidad empuja a María a llevar una tarde a su padre a un parque, y a dejarlo allí, esperándola en un banco.
Hay momentos de solidaridad en el filme, como cuando los vecinos del lugar intentan ayudar a Agustín, que aunque transido de frío cree que su hija regresará a buscarlo. "Es un filme de amor", aseguró a la AFP el realizador uruguayo.
El colombiano Andrés Burgos Vallejo, autor de "Sofía y el Terco", con la actriz madrileña Carmen Maura, que fue ovacionada el martes en la noche en Biarritz, se adentra por su parte en la casa de una pareja que vive en las montañas de Colombia.
Pero su desafío, explicó el cineasta el miércoles en Biarritz, fue contar, sin grandes aspavientos, y con grandes silencios, "el viaje de una mujer para ser escuchada".
"Es una historia de amor, pero sin enamoramientos", dijo el realizador, explicando que se gana la vida escribiendo telenovelas, culebrones, donde las parejas se dicen todo el tiempo 'te amo', 'te odio".
"Vivo de poner a llorar a amas de casa", confesó el realizador, explicando la razón por la que quería hacer un filme con muy pocos diálogos. En su cinta, que es ópera prima, la extrovertida Carmen Maura guarda el silencio en toda la película.
"Yo soy un tránsfuga entre la literatura y la televisión más comercial. Y quiero mentener claras las fronteras".
"Si iba a hacer una película quería apartarme de lo que hacía todos los días, quería que dialogaran poco, y quería que contara una historia de amor que no fuera de enamoramiento, como las historias de las telenovelas", confió Burgos Vallejo cuyo filme compite por el gran premio de este festival consagrado a las culturas de América Latina, que concluye el domingo.
