Festival de Cannes: la tragedia chadiana y un gran fresco medieval francés


CANNES, José María Riba, (AFP) - Una tragedia chadiana, primera película africana en competición desde hace 13 años, y un gran fresco medieval francés componían la propuesta oficial del Festival de Cannes este domingo, víspera tranquila de la muy esperada "Biutiful" del mexicano Alejandro González Iñárritu.



Imagen del rodaje de La princesa de Montpensier
Imagen del rodaje de La princesa de Montpensier
"Un hombre que grita", de Mahamat-Saleh Haroun, que debe su título al poeta martiniqués Aimé Cesaire -"un hombre que grita no es un oso que baila"- viene a resumir la esencia de la tragedia del Chad y su guerra civil a través de una pequeña historia familiar.
Un apuesto sexagenario, ex campeón panafricano de natación, y su hijo son los encargados de la piscina de un lujoso hotel de Yamena, la capital. Con el cambio de dueños y la consiguiente compresión de personal, sólo el hijo conserva su puesto.
En plena guerra civil, el gobierno impone esfuerzos pecuniarios a la población o enrola a la fuerza a los jóvenes. Para el padre, la segunda opción le supone recuperar su trabajo mientras la tensión se va haciendo insoportable.
"Un hombre que grita" avanza serena, con las palabras justas, estructurada en actos que llegan sin transición y plantean nuevas situaciones que descubren paulatinamente sorpresas dramáticas: la novia embarazada del hijo, la redención tardía del padre delator que intenta rescatar a su hijo malherido...
En realidad, habla, sobre todo y muy bien, de las víctimas de esa guerra fantasmal, que parece despertar con brotes súbitos de una gran violencia, que el director ha sufrido en su propia carne. En 1980, herido de gravedad, pasó en carretilla de Chad a Camerún.
En esta producción mayoritariamente europea, el director chadiano afincado en Francia mantiene viva la tensión a lo largo de todo el relato, servido por unas imágenes espléndidas y unos actores impecables de gran presencia.
La propuesta de Haroun contrasta por su ascetismo con el despliegue de medios palpable en "La princesa de Montpensier", firmada por el francés Bertrand Tavernier.
Hacía 20 años que el erudito cineasta de Lyon no estaba seleccionado en Cannes. Sus lazos personales y profesionales con el director general del festival -ambos dirigen el Instituto Lumière de Lyon- y la acogida poco entusiasta que suele reservarle la prensa francesa a su cine no le ponen las cosas fáciles.
Al estilo de sus adorados cineastas clásicos de Hollywood, Tavernier, de 69 años sigue cambiando diametralmente en cada película. Después de "In the Electric Mist", una novela policial de James Lee Burke rodada en Luisiana (sur de EEUU) con Tommy Lee Jones, Tavernier se pasa a la Francia del siglo XVI.
A partir del relato breve "La princesa de Montpensier", de Madame de Lafayette, Tavernier desarrolla una película de capa y espada con todas las de la ley, durante la guerra sangrienta entre católicos y hugonotes, articulada en torno a la azarosa vida personal y sentimental de la princesa y los hombres enamorados de ella.
El cineasta francés se esfuerza por dar un aire moderno a sus personajes, reconstruye con detalle y verismo esa época poco tratada en el cine, aborda con pinceladas la situación de la mujer, resumida con un lacónico "nuestro oficio consiste en obedecer" por la madre de la protagonista.
Encarnado por la joven Melanie Thierry, prometedor rostro del cine francés con rasgos a lo Kate Moss, este fresco histórico ambicioso ha contado con un presupuesto de 15 millones de euros.
Domingo, 16 de Mayo 2010
AFP, Agence France-Presse
           


Nuevo comentario:

Noticias | Política | Ideas | Personalidades | Doctrinas | Cultura | Patrimonio cultural | Libros | Diálogo | Investigación | Literatura | Artes | Educación | Comunicación | Ciencia | Entretenimiento | Turismo | Sociedad | Deporte