Chicago. Los fósiles de dos ballenas primitivas, de un macho y de un raro espécimen de una hembra embarazada, arrojaron luces acerca de cómo los ancestros de estos cetáceos hasta los que viven actualmente dieron el salto de andar por tierra a dominar los océanos.
Los restos del feto, encontrados con los de la madre embarazada de unos 47.5 millones de años de antigüedad, estaban con la cabeza hacia abajo, sugiriendo que estas criaturas daban a luz en tierra, aunque pasaban una gran parte de su tiempo en el agua.
Inicialmente, los minúsculos dientes del feto dejaron perplejo al paleontólogo de la Universidad de Michigan Philip Gingerich, cuyo equipo descubrió los fósiles en Pakistán en el año 2000 y 2004.
"Cuando vi por primera vez los dientes pequeños, creía que era una ballena adulta pequeña, pero luego seguimos poniendo al descubierto el espécimen y encontramos costillas que parecían demasiado grandes para ir con los dientes", explicó Gingerich, cuyo estudio fue publicado en la revista Public Library of Science PLoS ONE.
El esqueleto del feto es el primer espécimen de un grupo extinguido de ballenas conocido como Archaeoceti y el descubrimiento supone una nueva especie llamada Maiacetus inuus, un híbrido de las palabras para "ballena madre" e Inuus, el nombre de un dios romano de la fertilidad.
El feto aparecía cabeza abajo, como otros animales terrestres, lo que le permitiría comenzar a respirar en seguida al nacer. Esto parecería indicar que el grupo no había dado aún el salto a parir en el agua, como las ballenas modernas, que nacen saliendo de cola para poder nadar enseguida.
El macho de 2.59 metros, que fue recogido del mismo lecho de fósiles que la hembra, es cerca de un 12 por ciento más grande y tenía colmillos un 20 por ciento mayores que los de la hembra.
Gingerich dijo que estos dientes podrían indicar que estas criaturas pasaban mucho tiempo cazando y comiendo peces.
Pero los fósiles tenían cuatro patas al estilo de unas aletas que podrían haber aguantado su peso en tierra, aunque sólo para pequeñas distancias. Esto sugeriría que estas ballenas probablemente se apareaban, descansaban y daban a luz en tierra, afirmó Gingerich.
"Claramente estaban vinculadas con la tierra", manifestó.
"Estaban viviendo en la interfase tierra-mar e iban y venían", agregó.
Los fósiles Maiacetus parecen ser una forma intermedia de ballena, mostrando la evolución de unas criaturas que podían andar a otras marinas, agregó.
El estudio completo se encuentra en http://dx.plos.org/10.1371/journal.pone.0004366
Los restos del feto, encontrados con los de la madre embarazada de unos 47.5 millones de años de antigüedad, estaban con la cabeza hacia abajo, sugiriendo que estas criaturas daban a luz en tierra, aunque pasaban una gran parte de su tiempo en el agua.
Inicialmente, los minúsculos dientes del feto dejaron perplejo al paleontólogo de la Universidad de Michigan Philip Gingerich, cuyo equipo descubrió los fósiles en Pakistán en el año 2000 y 2004.
"Cuando vi por primera vez los dientes pequeños, creía que era una ballena adulta pequeña, pero luego seguimos poniendo al descubierto el espécimen y encontramos costillas que parecían demasiado grandes para ir con los dientes", explicó Gingerich, cuyo estudio fue publicado en la revista Public Library of Science PLoS ONE.
El esqueleto del feto es el primer espécimen de un grupo extinguido de ballenas conocido como Archaeoceti y el descubrimiento supone una nueva especie llamada Maiacetus inuus, un híbrido de las palabras para "ballena madre" e Inuus, el nombre de un dios romano de la fertilidad.
El feto aparecía cabeza abajo, como otros animales terrestres, lo que le permitiría comenzar a respirar en seguida al nacer. Esto parecería indicar que el grupo no había dado aún el salto a parir en el agua, como las ballenas modernas, que nacen saliendo de cola para poder nadar enseguida.
El macho de 2.59 metros, que fue recogido del mismo lecho de fósiles que la hembra, es cerca de un 12 por ciento más grande y tenía colmillos un 20 por ciento mayores que los de la hembra.
Gingerich dijo que estos dientes podrían indicar que estas criaturas pasaban mucho tiempo cazando y comiendo peces.
Pero los fósiles tenían cuatro patas al estilo de unas aletas que podrían haber aguantado su peso en tierra, aunque sólo para pequeñas distancias. Esto sugeriría que estas ballenas probablemente se apareaban, descansaban y daban a luz en tierra, afirmó Gingerich.
"Claramente estaban vinculadas con la tierra", manifestó.
"Estaban viviendo en la interfase tierra-mar e iban y venían", agregó.
Los fósiles Maiacetus parecen ser una forma intermedia de ballena, mostrando la evolución de unas criaturas que podían andar a otras marinas, agregó.
El estudio completo se encuentra en http://dx.plos.org/10.1371/journal.pone.0004366