Los bombardeos golpearon posiciones de las fuerzas gubernamentales cerca de la base aérea de Al Anad, controlada por los rebeldes chiitas hutíes, en la provincia de Lahj, indicaron fuentes militares.
Qaed Nasr, uno de los jefes de las fuerzas gubernamentales, dijo a la AFP que la coalición realizó, entre otros, dos bombardeos en Jebel al Zaytun, "matando a doce milicianos e hiriendo a 30".
Por el momento ha sido imposible contactar al comando de la coalición para obtener detalles.
Estos ataques se producen en el primer día de una tregua humanitaria de cinco días, decretada por la coalición, que advirtió sin embargo que respondería a cualquier movimiento rebelde en el terreno.
En el resto de Yemen, los bombardeos se han detenido pero los combates en el terreno continúan en Taez y en los alrededores de Adén, en el sur del país.
"Hasta ahora, la aviación de la coalición ha respetado la tregua", declaró a la AFP Saleh Al Anjaf, portavoz de la "resistencia popular" en Mareb, al este de la capital, Saná, donde las armas se silenciaron tras unos enfrentamientos nocturnos iniciados por los rebeldes.
"La tregua es unilateral en Taez", donde los combates redujeron su intensidad a media jornada, indicó por su parte a la AFP un responsable de la "resistencia", Abdel Aziz al Sabri, acusando a los rebeldes de continuar intermitentemente en la región de Jebel Sabr.
La pausa de cinco días, decretada en forma unilateral por la coalición, comenzó a la medianoche local (21H00 GMT del domingo) para permitir la llegada de ayuda humanitaria a los civiles, duramente golpeados tras cuatro meses de bombardeos.
Los rebeldes, que el año pasado se hicieron con gran parte del país, incluyendo la capital, no se habían manifestado sobre si aceptaban la pausa.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la tregua y pidió a las partes beligerantes "actuar con la máxima moderación en caso de que se den violaciones aisladas" del alto el fuego.
También llamó a las partes del conflicto a "facilitar la entrega urgente de ayuda humanitaria en todas las regiones de Yemen".
La pausa se decretó coincidiendo con la llegada de ayuda humanitaria de la ONU, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a través de mar y aire a Adén, la segunda ciudad de Yemen, recuperada la semana pasada por las fuerzas leales al presidente.
Una pequeña parte de esta ayuda fue distribuida en Adén, pero el acceso a otras provincias seguía siendo difícil y arriesgado por la fuerte presencia de hombres armados.
Miles de toneladas de víveres, medicamentos y productos farmacéuticos se almacenaron o están siendo aún descargados en la gran ciudad portuaria, según fuentes yemeníes y un portavoz del Programa Mundial de Alimentos.
Según la ONU, más de la mitad de los 3.700 muertos en cuatro meses de conflicto eran civiles; y un 80% de la población -esto es, 21 millones de personas- necesitan ayuda o protección, en tanto que 10 millones tienen dificultades para alimentarse o encontrar agua.
Un portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Saná, Adnan Hizam, expresó su deseo de que haya "una tregua más larga, estable y respetada por todos los protagonistas", pues "una pausa de cinco días no es suficiente para responder a las necesidades humanitarias".
Qaed Nasr, uno de los jefes de las fuerzas gubernamentales, dijo a la AFP que la coalición realizó, entre otros, dos bombardeos en Jebel al Zaytun, "matando a doce milicianos e hiriendo a 30".
Por el momento ha sido imposible contactar al comando de la coalición para obtener detalles.
Estos ataques se producen en el primer día de una tregua humanitaria de cinco días, decretada por la coalición, que advirtió sin embargo que respondería a cualquier movimiento rebelde en el terreno.
En el resto de Yemen, los bombardeos se han detenido pero los combates en el terreno continúan en Taez y en los alrededores de Adén, en el sur del país.
"Hasta ahora, la aviación de la coalición ha respetado la tregua", declaró a la AFP Saleh Al Anjaf, portavoz de la "resistencia popular" en Mareb, al este de la capital, Saná, donde las armas se silenciaron tras unos enfrentamientos nocturnos iniciados por los rebeldes.
"La tregua es unilateral en Taez", donde los combates redujeron su intensidad a media jornada, indicó por su parte a la AFP un responsable de la "resistencia", Abdel Aziz al Sabri, acusando a los rebeldes de continuar intermitentemente en la región de Jebel Sabr.
La pausa de cinco días, decretada en forma unilateral por la coalición, comenzó a la medianoche local (21H00 GMT del domingo) para permitir la llegada de ayuda humanitaria a los civiles, duramente golpeados tras cuatro meses de bombardeos.
Los rebeldes, que el año pasado se hicieron con gran parte del país, incluyendo la capital, no se habían manifestado sobre si aceptaban la pausa.
- Ayuda almacenada en Adén -
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la tregua y pidió a las partes beligerantes "actuar con la máxima moderación en caso de que se den violaciones aisladas" del alto el fuego.
También llamó a las partes del conflicto a "facilitar la entrega urgente de ayuda humanitaria en todas las regiones de Yemen".
La pausa se decretó coincidiendo con la llegada de ayuda humanitaria de la ONU, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a través de mar y aire a Adén, la segunda ciudad de Yemen, recuperada la semana pasada por las fuerzas leales al presidente.
Una pequeña parte de esta ayuda fue distribuida en Adén, pero el acceso a otras provincias seguía siendo difícil y arriesgado por la fuerte presencia de hombres armados.
Miles de toneladas de víveres, medicamentos y productos farmacéuticos se almacenaron o están siendo aún descargados en la gran ciudad portuaria, según fuentes yemeníes y un portavoz del Programa Mundial de Alimentos.
Según la ONU, más de la mitad de los 3.700 muertos en cuatro meses de conflicto eran civiles; y un 80% de la población -esto es, 21 millones de personas- necesitan ayuda o protección, en tanto que 10 millones tienen dificultades para alimentarse o encontrar agua.
Un portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Saná, Adnan Hizam, expresó su deseo de que haya "una tregua más larga, estable y respetada por todos los protagonistas", pues "una pausa de cinco días no es suficiente para responder a las necesidades humanitarias".