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Política
Clegg, líder del partido liberal demócrata, y Cameron, líder del partido conservador
Tras una sesión maratón de seis horas el domingo, los equipos negociadores del conservador David Cameron y del liberal demócrata Nick Clegg se reunieron nuevamente a puerta cerrada durante una hora y media este lunes por la mañana en Londres.
"Hemos logrado nuevos progresos", declaró William Hague, uno de los cuatro negociadores conservadores, al abandonar el lugar de la reunión.
"Los dos equipos negociadores trabajan muy bien juntos, agregó.
Pocos minutos después, el jefe de gabinete de Clegg, Danny Alexander, hizo unas declaraciones prácticamente idénticas.
Los dos equipos informarán ahora a sus líderes, que tienen reuniones programadas durante la jornada con sus respectivos diputados.
Nick Clegg aseguró previamente a los periodistas que los partidos y sus líderes trabajaban "a toda máquina, día y noche" para alcanzar rápidamente una decisión que resista a "la prueba del tiempo".
"Tengan un poco más de paciencia y espero que podamos proporcionarles un anuncio completo lo antes posible", declaró el líder de la tercera fuerza del parlamento, cuyos 57 diputados podrían tener la llave de un gobierno.
"Mejor tomar la decisión correcta que lograr algo que no supere la prueba del tiempo", advirtió sin embargo cuando salía de su casa.
Clegg mantuvo previamente una nueva conversación telefónica "constructiva" con Cameron, quien tras ganar las elecciones pero sin los diputados suficientes para desalojar al primer ministro laborista Gordon Brown de Downing Street le propuso el viernes un pacto "global" para formar un gobierno "estable".
Los 'Tories' querían inicialmente llegar a un acuerdo antes de la apertura este lunes de los mercados financieros, para evitar que la incertidumbre política tuviera un impacto negativo en la bolsa y en la libra.
Para tranquilizarlos, conservadores y liberal demócratas acordaron el domingo que cualquier acuerdo tendrá como tema central la estabilidad económica y la reducción del colosal déficit público británico, que aumentó a 163.000 millones de libras (190.000 millones de euros, 250.000 millones de dólares) en el último ejercicio fiscal, o el equivalente de casi el 12% del PIB.
El ministro de Finanzas saliente, el laborista Alistair Darling, estimó este lunes que para la frágil economía británica no sería "nada bueno dejar que el proceso se alargue". "Espero que para el final del día de hoy decidan si pueden llegar a un acuerdo o no", agregó.
Si hay acuerdo, el primer ministro Gordon Brown, que terminó segundo en los comicios y se ha mantenido en el poder esperando que fracasen las negociaciones para tratar de formar su propio gobierno con Clegg, deberá irse.
Brown, a quien tres diputados de su partido han pedido ya que renuncie, se entrevistó con Clegg el domingo por la noche, en un encuentro que ambas partes calificaron de "amistoso" e insistieron en que estaba destinado a informarse mutuamente sobre la situación.
Los laboristas ofrecen como claro incentivo a los liberal demócratas un referéndum sobre la reforma del sistema electoral uninominal mayoritario para introducir la proporcionalidad, uno de los caballos de batalla de Clegg.
Los conservadores, en cambio, no parecen dispuestos a ceder en este ámbito, y lo único que han propuesto hasta ahora ha sido crear una comisión para explorar las posibilidades de reforma, una concesión que podría ser difícil de aceptar para muchos liberal demócratas.
"Hemos logrado nuevos progresos", declaró William Hague, uno de los cuatro negociadores conservadores, al abandonar el lugar de la reunión.
"Los dos equipos negociadores trabajan muy bien juntos, agregó.
Pocos minutos después, el jefe de gabinete de Clegg, Danny Alexander, hizo unas declaraciones prácticamente idénticas.
Los dos equipos informarán ahora a sus líderes, que tienen reuniones programadas durante la jornada con sus respectivos diputados.
Nick Clegg aseguró previamente a los periodistas que los partidos y sus líderes trabajaban "a toda máquina, día y noche" para alcanzar rápidamente una decisión que resista a "la prueba del tiempo".
"Tengan un poco más de paciencia y espero que podamos proporcionarles un anuncio completo lo antes posible", declaró el líder de la tercera fuerza del parlamento, cuyos 57 diputados podrían tener la llave de un gobierno.
"Mejor tomar la decisión correcta que lograr algo que no supere la prueba del tiempo", advirtió sin embargo cuando salía de su casa.
Clegg mantuvo previamente una nueva conversación telefónica "constructiva" con Cameron, quien tras ganar las elecciones pero sin los diputados suficientes para desalojar al primer ministro laborista Gordon Brown de Downing Street le propuso el viernes un pacto "global" para formar un gobierno "estable".
Los 'Tories' querían inicialmente llegar a un acuerdo antes de la apertura este lunes de los mercados financieros, para evitar que la incertidumbre política tuviera un impacto negativo en la bolsa y en la libra.
Para tranquilizarlos, conservadores y liberal demócratas acordaron el domingo que cualquier acuerdo tendrá como tema central la estabilidad económica y la reducción del colosal déficit público británico, que aumentó a 163.000 millones de libras (190.000 millones de euros, 250.000 millones de dólares) en el último ejercicio fiscal, o el equivalente de casi el 12% del PIB.
El ministro de Finanzas saliente, el laborista Alistair Darling, estimó este lunes que para la frágil economía británica no sería "nada bueno dejar que el proceso se alargue". "Espero que para el final del día de hoy decidan si pueden llegar a un acuerdo o no", agregó.
Si hay acuerdo, el primer ministro Gordon Brown, que terminó segundo en los comicios y se ha mantenido en el poder esperando que fracasen las negociaciones para tratar de formar su propio gobierno con Clegg, deberá irse.
Brown, a quien tres diputados de su partido han pedido ya que renuncie, se entrevistó con Clegg el domingo por la noche, en un encuentro que ambas partes calificaron de "amistoso" e insistieron en que estaba destinado a informarse mutuamente sobre la situación.
Los laboristas ofrecen como claro incentivo a los liberal demócratas un referéndum sobre la reforma del sistema electoral uninominal mayoritario para introducir la proporcionalidad, uno de los caballos de batalla de Clegg.
Los conservadores, en cambio, no parecen dispuestos a ceder en este ámbito, y lo único que han propuesto hasta ahora ha sido crear una comisión para explorar las posibilidades de reforma, una concesión que podría ser difícil de aceptar para muchos liberal demócratas.
