Ginebra celebra a Rousseau, su hijo mal amado, en su tricentenario


GINEBRA. - Ginebra, que quemó sus libros y lo condenó al exilio, se dispone a celebrar fastuosamente el nacimiento, hace 300 años, de Jean-Jacques Rousseau, su ilustre ciudadano, hombre del Siglo de las Luces y pensador universal.



Jean-Jacques Rousseau
Jean-Jacques Rousseau
El lanzamiento oficial de este acontecimiento, "2012, Rousseau para todos", tendrá lugar el jueves, inaugurando un ambicioso programa que durante todo el año ilustrará las numerosas facetas de este escritor, filósofo, pedagogo, músico, viajero, que escribía sobre todos los temas.
Las exposiciones, los espectáculos, conciertos, filmes, paseos y coloquios terminarán en el aniversario del escritor, nacido el 28 de junio de 1712 en el 40, Grand-Rue de Ginebra, que ahora es un museo.
El pensamiento de Rousseau, así como su influencia, serán discutidos en la Universidad de Ginebra en cursos públicos y examinados en una prometedora exposición llamada: "Vivo o muerto, siempre los preocupará".
Según su comisario, Alain Grosrichard, especialista del siglo XVIII y presidente de la sociedad Jean-Jacques Rousseau de Ginebra, este escritor "continúa preocupando en la actualidad, no deja dormir tranquilo, plantea cuestiones que siguen siendo actuales".
"Desde el comienzo adoptó una posición de marginal, se presenta como un bárbaro que cuestiona radicalmente la civilización en la cual vive y despierta brutalmente a un siglo que se duerme en la ilusión de su percepción", dijo.
El individualismo, la búsqueda del materialismo que él criticó, "también se aplican actualmente al malestar en nuestra sociedad", subrayó.
Algunas temáticas de Rousseau serán tratadas a través de la mirada de jóvenes directores de cine. Bajo la dirección del cineasta Pierre Maillard, una colección de películas muy breves, "La Faute à Rousseau" (La culpa es de Rousseau) se refiere a la desigualdad, la naturaleza, la educación, el amor, con las palabras del escritor en la realidad actual.
Más que "un gran muerto", Rousseau es "un gran vivo" que "más allá de las épocas y las generaciones nos habla directamente y nos interpela en la misma forma que un contemporáneo", afirma Pierre Maillard.
Por su parte, François Jacob, codirector de las festividades del Tricentenario y director de la Biblioteca Rousseau, insiste en la pertinencia de sus ideas.
"Es alguien que, sobre todo a nivel político, ofreció el marco intelectual necesario para el surgimiento de la sociedad en la cual vivimos", destacó.
Rousseau sigue siendo leído en la actualidad. "Es probable que lo lean quizás mejor que antes, porque lo leen a la luz de la evolución del pensamiento. Las 'Confesiones', por ejemplo, un texto básico, son leídas con la mirada del sicoanálisis, por ejemplo", añadió Jacob.
En su tricentenario, la obra de Rousseau será celebrada en todo el mundo, tanto en Brasil como en Estados Unidos, donde se organizarán conmemoraciones, así como en Estambul y Tokio.
Jean-Jacques Rousseau, hijo y nieto de relojeros, huérfano de madre, abandonado por su padre a los ocho años, vivió los 16 primeros años de su vida en Ginebra, antes de regresar en diversos momentos de su vida errante y atormentada.
Después de la publicación de su tratado de educación "Emile", las autoridades ginebrinas, que temían su visión revolucionaria, lo condenaron al exilio en 1762. Sus obras fueron quemadas ante la Alcaldía.
François Jacob destaca el "sentimiento de amor y de odio" del escritor hacia su ciudad natal. Abdicó de su ciudadanía ginebrina, pero durante toda su vida recordó con emoción las palabras de su padre, "Jean-Jacques, ama a tu país".
 
Martes, 17 de Enero 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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