"En este asunto, el gobierno toma, a conciencia, un camino exigente pero que es un camino justo", sostuvo el presidente francés Nicolas Sarkozy ante sus ministros, según una intervención difundida por el palacio presidencial del Elíseo a la prensa.
El jefe de Estado francés consideró que "el velo integral que oculta totalmente el rostro atenta contra valores fundamentales" como "la dignidad de la persona, la dignidad de la mujer, una idea de la convivencia".
"La dignidad no se divide (...) la ciudadanía debe vivirse con el rostro descubierto. Y por lo tanto, no puede haber, en definitiva, otra solución que la prohibición en todo el espacio público", abogó ante su gabinete el presidente francés que en otras ocasiones aseguró que "en la República francesa no hay lugar para el burka".
El burka o el niqab son dos formas de velo islámico integral que cubre de la cabeza a los pies y tiene una apertura a la altura de los ojos o una rejilla para poder ver.
Según el proyecto, quienes contravengan la ley deberán pagar una multa de 150 euros (180 dólares) o serán enviados a un curso sobre los valores de la ciudadanía francesa.
Aquel que obligue a su pareja mediante "amenazas o violencia, abuso de poder o de autoridad" a usar el velo integral, será demandado por "delito de instigación para ocultar el rostro" pasible de una multa de 15.000 euros (18.000 dólares), precisa la referida iniciativa.
Tiendas, cines, restaurantes y mercados, están concernidos por la prohibición por ser espacios públicos, además de todas las oficinas estatales.
El proyecto será enviado en julio a la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) y en septiembre al Senado. Su entrada en vigor podría tener lugar en la primavera boreal de 2011.
La futura ley corre el riesgo de volver a encontrar la oposición del Consejo de Estado, la más alta instancia administrativa de Francia, que días atrás reiteró que una prohibición total del burka o el niqab podría ser rechazada jurídicamente.
Sarkozy evocó el miércoles "posibles objeciones" al texto de ley, pero consideró que será a "las diversas jurisdicciones competentes pronunciarse en función de sus ideas sobre los principios fundamentales de nuestra república y de los derechos humanos".
Desde hace un año, la prohibición del velo integral fue el centro de vivas polémicas en Francia, que se sumaron al fallido debate sobre la identidad nacional que lanzó el gobierno francés, y que terminó convirtiéndose en discusiones sobre el lugar del islam en la sociedad francesa.
De tradición laica, Francia adoptó en 2004 una ley que prohíbe el uso de "signos religiosos ostensibles" como el velo islámico en los colegios de educación secundaria.
Francia alberga a la mayor comunidad musulmana de Europa con unos seis millones de personas de las cuales sólo unas 2.000 mujeres usan el velo islámico integral.
Sin embargo, la iniciativa, está ganando adeptos en otros países de Europa y hasta en ciudades. Bélgica aprobó a fines de abril una ley que ilegaliza el uso del burka en los espacios públicos. La ciudad catalana de Lérida, de tan sólo 140.000 habitantes, estudiará prohibir el uso del velo integral a fines de mayo. Suiza, Holanda e Italia, estudian una prohibición parcial.
El jefe de Estado francés consideró que "el velo integral que oculta totalmente el rostro atenta contra valores fundamentales" como "la dignidad de la persona, la dignidad de la mujer, una idea de la convivencia".
"La dignidad no se divide (...) la ciudadanía debe vivirse con el rostro descubierto. Y por lo tanto, no puede haber, en definitiva, otra solución que la prohibición en todo el espacio público", abogó ante su gabinete el presidente francés que en otras ocasiones aseguró que "en la República francesa no hay lugar para el burka".
El burka o el niqab son dos formas de velo islámico integral que cubre de la cabeza a los pies y tiene una apertura a la altura de los ojos o una rejilla para poder ver.
Según el proyecto, quienes contravengan la ley deberán pagar una multa de 150 euros (180 dólares) o serán enviados a un curso sobre los valores de la ciudadanía francesa.
Aquel que obligue a su pareja mediante "amenazas o violencia, abuso de poder o de autoridad" a usar el velo integral, será demandado por "delito de instigación para ocultar el rostro" pasible de una multa de 15.000 euros (18.000 dólares), precisa la referida iniciativa.
Tiendas, cines, restaurantes y mercados, están concernidos por la prohibición por ser espacios públicos, además de todas las oficinas estatales.
El proyecto será enviado en julio a la Asamblea Nacional (cámara de Diputados) y en septiembre al Senado. Su entrada en vigor podría tener lugar en la primavera boreal de 2011.
La futura ley corre el riesgo de volver a encontrar la oposición del Consejo de Estado, la más alta instancia administrativa de Francia, que días atrás reiteró que una prohibición total del burka o el niqab podría ser rechazada jurídicamente.
Sarkozy evocó el miércoles "posibles objeciones" al texto de ley, pero consideró que será a "las diversas jurisdicciones competentes pronunciarse en función de sus ideas sobre los principios fundamentales de nuestra república y de los derechos humanos".
Desde hace un año, la prohibición del velo integral fue el centro de vivas polémicas en Francia, que se sumaron al fallido debate sobre la identidad nacional que lanzó el gobierno francés, y que terminó convirtiéndose en discusiones sobre el lugar del islam en la sociedad francesa.
De tradición laica, Francia adoptó en 2004 una ley que prohíbe el uso de "signos religiosos ostensibles" como el velo islámico en los colegios de educación secundaria.
Francia alberga a la mayor comunidad musulmana de Europa con unos seis millones de personas de las cuales sólo unas 2.000 mujeres usan el velo islámico integral.
Sin embargo, la iniciativa, está ganando adeptos en otros países de Europa y hasta en ciudades. Bélgica aprobó a fines de abril una ley que ilegaliza el uso del burka en los espacios públicos. La ciudad catalana de Lérida, de tan sólo 140.000 habitantes, estudiará prohibir el uso del velo integral a fines de mayo. Suiza, Holanda e Italia, estudian una prohibición parcial.