El poder "no busca controlar la prensa, pero no permitirá que ciertos medios se transformen en tribunas de oposición a la acción del gobierno", declaró el ministro.
"El gobierno trabaja actualmente en apartar de la vida política a los símbolos del ex régimen y se compromete a sanear el paisaje político, administrativo y mediático", añadió el ministro, que además es yerno del jefe del partido islamista Ennahda, Rashed Ghanushi.
El partido dice por su parte que quiere purgar la esfera mediática de las personas que sacaron beneficio del régimen del ex presidente Zine el Abidin Ben Ali.
Las autoridades anunciaron el sábado que Sami Fehri, jefe de una cadena televisiva que difunde una emisión de guiñoles crítica con el gobierno, sería puesto en detención en el marco de un caso de corrupción de la época de Ben Ali.
Fehri, que era socio de un allegado del ex jefe de Estado, consideró que el gobierno quería acallar una voz disidente.
Por otro lado, las redacciones de varias televisiones, radios y diarios públicos denunciaron en las últimas semanas los nombramientos sin consultas de nuevos equipos directivos, y consideraron que con ello su independencia no está garantizada.