Cellou Dalein Diallo
Los colegios electorales, que abrieron a las 07H00 GMT, cerraron como estaba previsto a las 18H00 GMT. Los resultados provisionales no se conocerán antes del miércoles.
"Ha habido una fuerte movilización en todas las regiones, un entusiasmo popular y una disciplina extraordinaria", declaró Aziz Diop, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Organizaciones de la sociedad civil de Guinea, que repartió 964 observadores en todo el país.
Tras 52 años de dictaduras y de regímenes autoritarios, alrededor de 4,2 millones de electores debían decidir entre Cellou Dalein Diallo, que obtuvo el 43% de los votos en la primera vuelta, y el profesor universitario Alpha Condé, opositor a todos los regímenes autoritarios anteriores, que recabó 18% de los votos.
"Todo el mundo tiene prisa por terminar con el sistema antiguo, con los desfalcos de dinero en beneficio de unos pocos, con el desorden. Antes, quien se sentaba en el poder disponía de las arcas, para él y su familia", aseguró en un colegio electoral de Conakry Saidou Cisé, médico jubilado.
El presidente elegido tendrá la inmensa tarea de "sacar al país del sufrimiento", resumía de su lado una vendedora de 67 años, Asiatu Touré.
"Nunca hemos tenido agua ni electricidad en las casas y comemos difícilmente dos veces al día", dijo.
El presidente del régimen de transición, general Sekuba Konaté, hizo un nuevo llamamiento "a la paz" y "a la unidad nacional", diciendo que estaba "muy orgulloso y contento" de haber cumplido con "su palabra" de entregar el poder a los civiles, tras 26 años de regímenes militares.
A fines de octubre, la campaña se caracterizó por actos de violencia étnico-políticos, tanto en Conakry como en varias ciudades del Este, que causaron decenas de heridos y al menos un muerto, según testimonios.
Este domingo, no obstante, ningún incidente grave había sido señalado.
Dos días antes los candidatos, pertenecientes a dos de las más importantes etnias guineanas, los peul (Diallo) y los malinké (Condé), habían superado sus rencores para lanzar un llamamiento conjunto a la fraternidad.
Condé reveló el domingo "algunos problemas" sin verdadera gravedad en algunas oficinas.
"Esperamos que después de esta votación se inicie realmente un proceso democrático de desarrollo para crear (...) un verdadero Estado que proteja a los ciudadanos y sus bienes, y que imponga la ley a todo el mundo", dijo.
De su lado Diallo estimó que, de manera general, la votación se llevaba a cabo en forma satisfactoria, y que "todas las condiciones para unas elecciones libres y transparentes" parecían reunidas.
"Hasta ahora no se han producido hechos violentos", dijo al comienzo de la tarde.
No obstante afirmó que "en Kurusa y Siguiri", ciudades de la Alta Guinea, donde en octubre se produjeron ataques contra los peuls, su coalición no había podido "encontrar representantes para supervisar las operaciones" de voto.
Diallo pasó más de diez años en el gobierno bajo el régimen del difunto general Lansana Conté y luego adquirió una estatura de "combatiente de la libertad" cuando fue herido por militares, durante la masacre del 28 de septiembre de 2009 (157 muertos).
De su lado Conde, de 72 años, conserva su aura de sempiterno opositor ya que jamás ha participado en gobierno alguno.
"Ha habido una fuerte movilización en todas las regiones, un entusiasmo popular y una disciplina extraordinaria", declaró Aziz Diop, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Organizaciones de la sociedad civil de Guinea, que repartió 964 observadores en todo el país.
Tras 52 años de dictaduras y de regímenes autoritarios, alrededor de 4,2 millones de electores debían decidir entre Cellou Dalein Diallo, que obtuvo el 43% de los votos en la primera vuelta, y el profesor universitario Alpha Condé, opositor a todos los regímenes autoritarios anteriores, que recabó 18% de los votos.
"Todo el mundo tiene prisa por terminar con el sistema antiguo, con los desfalcos de dinero en beneficio de unos pocos, con el desorden. Antes, quien se sentaba en el poder disponía de las arcas, para él y su familia", aseguró en un colegio electoral de Conakry Saidou Cisé, médico jubilado.
El presidente elegido tendrá la inmensa tarea de "sacar al país del sufrimiento", resumía de su lado una vendedora de 67 años, Asiatu Touré.
"Nunca hemos tenido agua ni electricidad en las casas y comemos difícilmente dos veces al día", dijo.
El presidente del régimen de transición, general Sekuba Konaté, hizo un nuevo llamamiento "a la paz" y "a la unidad nacional", diciendo que estaba "muy orgulloso y contento" de haber cumplido con "su palabra" de entregar el poder a los civiles, tras 26 años de regímenes militares.
A fines de octubre, la campaña se caracterizó por actos de violencia étnico-políticos, tanto en Conakry como en varias ciudades del Este, que causaron decenas de heridos y al menos un muerto, según testimonios.
Este domingo, no obstante, ningún incidente grave había sido señalado.
Dos días antes los candidatos, pertenecientes a dos de las más importantes etnias guineanas, los peul (Diallo) y los malinké (Condé), habían superado sus rencores para lanzar un llamamiento conjunto a la fraternidad.
Condé reveló el domingo "algunos problemas" sin verdadera gravedad en algunas oficinas.
"Esperamos que después de esta votación se inicie realmente un proceso democrático de desarrollo para crear (...) un verdadero Estado que proteja a los ciudadanos y sus bienes, y que imponga la ley a todo el mundo", dijo.
De su lado Diallo estimó que, de manera general, la votación se llevaba a cabo en forma satisfactoria, y que "todas las condiciones para unas elecciones libres y transparentes" parecían reunidas.
"Hasta ahora no se han producido hechos violentos", dijo al comienzo de la tarde.
No obstante afirmó que "en Kurusa y Siguiri", ciudades de la Alta Guinea, donde en octubre se produjeron ataques contra los peuls, su coalición no había podido "encontrar representantes para supervisar las operaciones" de voto.
Diallo pasó más de diez años en el gobierno bajo el régimen del difunto general Lansana Conté y luego adquirió una estatura de "combatiente de la libertad" cuando fue herido por militares, durante la masacre del 28 de septiembre de 2009 (157 muertos).
De su lado Conde, de 72 años, conserva su aura de sempiterno opositor ya que jamás ha participado en gobierno alguno.