P: ¿Cómo explica el espectacular aumento de la obesidad en Estados Unidos en 30 años?
R: "Las razones son varias. Por ejemplo, en todos lados, en particular en Estados Unidos, la industria alimenticia elabora productos mediante una combinación de grasa, azúcar y sal, para que tengan más sabor. Cuando el fabricante de papas chips Fritos, hace 30 años, lanzó el eslogan 'apostamos a que no puede sólo comer una', todo estaba dicho. Y el mensaje se comprobó en los hechos. La gente que comía una o dos quería más. Hoy, si uno va a la góndola de cereales, los hay con saber a chocolate, a galletitas, etc. Son tortas, casi bombones, con alto tenor de azúcar y grasa, hechos para atraer a niños que piden cada vez más.
La industria de los refrescos se desarrolló en los últimos 20 o 30 años, y la obesidad también. Coca-Cola y Pepsi-Cola tienen un éxito enorme. Personalmente, tengo más de 60 años y cuando era niña, tomaba una Coca-Cola por trimestre. La botella contenía entonces 10 ml. Hoy, no sólo los niños y los adultos la toman a diario, sino que no son 10 ml, sino 60 ml, e incluso un litro en un restaurante. Estas cantidades enormes contienen demasiadas calorías, sin ningún interés nutricional.
P: ¿Los comportamientos de los estadounidenses también entran en juego?
R: "En Estados Unidos, la comida es accesible y barata, gracias a subsidios a la agricultura, sobre todo a los sectores del maíz y del azúcar. Incluso las familias que tienen menos dinero llevan a sus hijos a restaurantes de comida rápida varias veces por semana. Más de la mitad de un dólar gastado en comida en Estados Unidos se destina a comprar comida hecha afuera.
Hace varias décadas, íbamos al restaurante cada tres o cuatro meses. Hoy, algunos niños comen afuera todos los días. Y cuando los estadounidenses no comen afuera, a menudo encargan la comida afuera. En definitiva, no aprenden a cocinar, porque no tienen tiempo, no quieren, porque es fácil no aprender. No hay que lavar platos, no se ensucian ollas".
P: ¿Qué hay que hacer para cambiar esto?
R: "El problema es que la gente obesa tiende a tener hijos obesos, lo caul perpetúa la situación. Todo el país tiene que cambiar de actitud con respecto a la alimentación, y para eso hay que privilegiar la calidad y no la cantidad".
R: "Las razones son varias. Por ejemplo, en todos lados, en particular en Estados Unidos, la industria alimenticia elabora productos mediante una combinación de grasa, azúcar y sal, para que tengan más sabor. Cuando el fabricante de papas chips Fritos, hace 30 años, lanzó el eslogan 'apostamos a que no puede sólo comer una', todo estaba dicho. Y el mensaje se comprobó en los hechos. La gente que comía una o dos quería más. Hoy, si uno va a la góndola de cereales, los hay con saber a chocolate, a galletitas, etc. Son tortas, casi bombones, con alto tenor de azúcar y grasa, hechos para atraer a niños que piden cada vez más.
La industria de los refrescos se desarrolló en los últimos 20 o 30 años, y la obesidad también. Coca-Cola y Pepsi-Cola tienen un éxito enorme. Personalmente, tengo más de 60 años y cuando era niña, tomaba una Coca-Cola por trimestre. La botella contenía entonces 10 ml. Hoy, no sólo los niños y los adultos la toman a diario, sino que no son 10 ml, sino 60 ml, e incluso un litro en un restaurante. Estas cantidades enormes contienen demasiadas calorías, sin ningún interés nutricional.
P: ¿Los comportamientos de los estadounidenses también entran en juego?
R: "En Estados Unidos, la comida es accesible y barata, gracias a subsidios a la agricultura, sobre todo a los sectores del maíz y del azúcar. Incluso las familias que tienen menos dinero llevan a sus hijos a restaurantes de comida rápida varias veces por semana. Más de la mitad de un dólar gastado en comida en Estados Unidos se destina a comprar comida hecha afuera.
Hace varias décadas, íbamos al restaurante cada tres o cuatro meses. Hoy, algunos niños comen afuera todos los días. Y cuando los estadounidenses no comen afuera, a menudo encargan la comida afuera. En definitiva, no aprenden a cocinar, porque no tienen tiempo, no quieren, porque es fácil no aprender. No hay que lavar platos, no se ensucian ollas".
P: ¿Qué hay que hacer para cambiar esto?
R: "El problema es que la gente obesa tiende a tener hijos obesos, lo caul perpetúa la situación. Todo el país tiene que cambiar de actitud con respecto a la alimentación, y para eso hay que privilegiar la calidad y no la cantidad".