No hay aquí ningún milagroso caballero blanco que pone en desbandada a los sarracenos, y la euforia de las tropas de Jaume I por la conquista de Medina Mayurqa se convierte en lamento, rabia y lágrimas del derrotado. El descubrimiento de un manuscrito árabe del siglo XIII que narra la caída de Mallorca a manos de los catalanes ha sido saludado por los historiadores como un acontecimiento extraordinario. La importancia del hallazgo es enorme, porque el texto, del que sólo se conocía un fragmento, citado por un historiador árabe del siglo XVI, Al Maqqari, es el primer y, hasta ahora, único testimonio con la versión de los musulmanes que sobrevivieron a la cruenta batalla.
Para Flocel Sabaté, el hallazgo de la crónica de Ibn Amira es "la aportación más importante del 800 aniversario del nacimiento de Jaume I", pero señala un hecho, para él, sumamente preocupante. "Hace cien años, cuando se conmemoró el 700 aniversario del rey Jaume, se empezaron a reunir los congresos de la Corona del Reino de Aragón, con investigadores de Catalunya, Valencia y Baleares. Fíjese que hoy, un siglo después, cada uno ha celebrado los actos de forma separada y por su cuenta".
Guillem Rosselló-Bordoy coincide en que le hubiera gustado presentar el manuscrito en un congreso con representantes de todos los territorios que pertenecieron a la Corona de Aragón. En su traducción, el arabista ha decidido dejar el nombre toponímico árabe en lugar del catalán. "Lo he hecho por razones científicas - dice-.Por ejemplo, el lugar del desembarco fue Sanat Busa,que en árabe quiere decir lugar de juncos, una junquera, nada que ver con el extraño Santa Ponça cristiano".
Flocel Sabaté, catedrático de Història Medieval de la Universitat de Lleida, y especialista en la época de frontera, comparte el entusiasmo: "Por primera vez tenemos el contrapunto al Llibre dels fets,por parte de los vencidos". La primera de las cuatro grandes crónicas catalanas - dice el medievalista-es "claramente un libro de propaganda política que no fue escrito, ni dictado, como se creía antiguamente, por el rey Jaume I, sino por la Iglesia, que es la que dominaba la Cancillería, a fin de prestigiar y consolidar la figura del monarca, en una posición aún muy débil respecto a los nobles y las ciudades".
Guillem Rosselló-Bordoy recuerda la emoción que le asaltó cuando tuvo en sus manos el texto tan largamente perseguido. El autor del hallazgo es el profesor Muhammad ben Mamar. Encontró el manuscrito en el 2001 de forma fortuita, cuando consultaba un CD con documentos microfilmados de una biblioteca de Tinduf, en el Sáhara argelino, gracias a un programa financiado por Dubai. La crónica ocupaba 26 hojas, escritas por las dos caras, mezcladas con otros documentos de Ibn Amiri. No hay otra copia más, así que el manuscrito de Tinduf - dice Ben Mamar-"es un unicum de extraordinario valor histórico y literario".
El autor de la crónica es Ibn Amira, andalusí nacido en Alzira, en 1184 y fallecido quizás en el exilio de Túnez, entre 1251 y 1259. Ocupó altos cargos en la administración almohade de Xàtiva, Sevilla, Murcia, Dénia, Valencia y Marruecos. Según Rosselló-Bordoy se trata del único documento que da el punto de vista árabe sobre las conquistas territoriales catalano-aragonesas, ya que - dice-de la toma de Valencia se conserva sólo el célebre poema elegíaco de Ibn al Abbar.