Así quedó la casa de Salah Shehadeh.
Las conclusiones de la investigación son "una afrenta desvergonzada a los sentimientos del pueblo palestino y una autorización oficial para los crímenes y las prácticas terroristas" del Estado hebreo, comentó un portavoz del Hamas.
El 22 de julio de 2002, un avión F-16 israelí lanzó una bomba de una tonelada sobre la casa donde vivía un jefe militar del Hamas, Salah Shehadeh, y sus parientes.
Shehadeh murió así como su guardaespaldas y 14 civiles, entre ellos su esposa y sus nueve hijos.
El ataque dejó también 150 heridos.
En su informe, entregado el domingo al primer ministro Benjamin Netanyahu, la comisión concluyó que ningún "acto criminal" no fue cometido en el marco de esta operación, si bien destacó una serie de vacíos en la recopilación de las informaciones que provocaron la muerte de víctimas inocentes.
La comisión israelí estimó que la decisión de matar a Salah Shehadeh estaba justificada teniendo en cuenta "la amenaza que representaba" por su implicación "en decenas de atentados que costaron la vida a cientos de israelíes".
El ataque había provocado una ola de condenas internacionales y motivó procesos judiciales en varios países contra los jefes militares israelíes.
El 22 de julio de 2002, un avión F-16 israelí lanzó una bomba de una tonelada sobre la casa donde vivía un jefe militar del Hamas, Salah Shehadeh, y sus parientes.
Shehadeh murió así como su guardaespaldas y 14 civiles, entre ellos su esposa y sus nueve hijos.
El ataque dejó también 150 heridos.
En su informe, entregado el domingo al primer ministro Benjamin Netanyahu, la comisión concluyó que ningún "acto criminal" no fue cometido en el marco de esta operación, si bien destacó una serie de vacíos en la recopilación de las informaciones que provocaron la muerte de víctimas inocentes.
La comisión israelí estimó que la decisión de matar a Salah Shehadeh estaba justificada teniendo en cuenta "la amenaza que representaba" por su implicación "en decenas de atentados que costaron la vida a cientos de israelíes".
El ataque había provocado una ola de condenas internacionales y motivó procesos judiciales en varios países contra los jefes militares israelíes.