"Nuestra organización territorial ha envejecido y los estratos se han acumulado", "es hora de simplificar y clarificar", explicó Hollande, que optó por anunciar esta reforma mediante un artículo publicado el martes en los periódicos regionales.
La principal medida es reducir el número de regiones francesas, de 22 actualmente a 14, y aumentar sus poderes.
Las grandes lineas de este proyecto están lejos de ser aprobadas unánimemente en el país, incluso dentro de la mayoría de izquierda.
Hasta último momento no se decidió el número de grandes regiones, lo que muestra las vacilaciones del gobierno y el temor de perder el apoyo de muchos ediles.
El secretario de Estado de la Reforma Territorial, André Vallini, estimó en 10.000 millones de euros los ahorros que generará de aquí a cinco o diez años esta reorganización administrativa.
El mapa propuesto incluye sorpresas y provoca ya descontentos. Bretaña (oeste) seguirá siendo una región pero no se agregará a ella el departamento de Loira Atlántico, con el que tiene una historia común. Picardía, sociológicamente cercana al Norte, se unirá a Champaña-Ardenas; Alsacia a Lorena; Una inmensa región unirá todo el centro-este de Francia.
François Hollande afirmó que quiere "avanzar rápido" en este tema, que requiere la aprobación del Parlamento.
Los proyectos de ley serán examinados en el Consejo de Ministros el 18 de junio y luego sometidos al Parlamento "en julio". Sobre la reorganización de las regiones, "puede haber evoluciones", indicó el primer ministro Manuel Valls.
La concreción de esta reforma no es segura, dado que necesita una revisión de la Constitución, lo que requiere una mayoría de tres quintos en el Parlamento, que la izquierda no tiene.