Xiomara Castro y Manuel Zelaya.
Castro, de 51 años, había estado dedicada a su familia desde que se casó con Zelaya en 1976, pero cobró protagonismo político en los días siguientes al golpe de Estado del 28 de junio de 2009, cuando empezó a encabezar en las calles las marchas por la restitución de su marido, que había sido expulsado del país.
Zelaya y su familia regresaron a Honduras el sábado, luego de 16 meses de exilio en República Dominicana, y el ex mandatario y sus aliados han indicado que Xiomara Castro podría ser en 2013 la candidata presidencial del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a los zelayistas.
"Antes del golpe, yo siempre pensé que terminaba el periodo de gobierno (de Zelaya en enero de 2010) y yo regresaba a mi casa a dedicarme a atender a mi familia. Eso era tal vez lo que uno pensaba y deseaba, pero yo con mis hijos he hablado y les he dicho que ya eso cambió", expresó Castro.
"Hemos asumido una responsabilidad, no porque nos la hayan asignado, es una responsabilidad propia, y hay un compromiso que no tiene límite ni espacio", dijo en la entrevista con la AFP, efectuada en el patio de su casa en la colonia Tres Caminos de Tegucigalpa, el domingo en la tarde.
Zelaya, quien pasará unos días con su familia en su finca de Olancho (este), reforzó la idea de que su esposa sería la candidata zelayista en 2013, cuando dijo el domingo en su primera rueda de prensa tras volver a Honduras: "La que está en política es la primera dama, yo soy un simple ciudadano".
Castro, quien es licenciada en contabilidad y administración de empresas, señaló que "muchas mujeres han asumido un rol muy importante, yo creo que cada una con una personalidad diferente, con un estilo diferente de admirar".
"Me parece que Bachelet dio un giro muy grande, un respaldo muy grande al tema social, Cristina (Kirchner) ha asumido también con muchas dificultades también, un rol tan importante dentro de su país", expresó.
"Yo creo que el empuje que les han dado a sus países, los logros que se han alcanzado dentro de sus administraciones, ha sido fundamental (...). Han sabido sobrellevar con la frente en alto y con mucho orgullo una posición tan alta como es la presidencia de esos países", añadió.
Castro, quien ha estado ocupada ordenando la casa que quedó vacía en 2009 y recibiendo a decenas de amigos, admitió que "nuestros últimos años han sido (de) cambios muy radicales después del golpe", pues todo ha sido "incierto", como el encierro de cuatro meses en la embajada brasileña en Tegucigalpa y el exilio en República Dominicana, a partir del 27 de enero de 2010.
"Regresar aquí es (algo) cierto, pero yo creo que lo único seguro que tenemos como convicción, es que tenemos un compromiso muy grande como familia y ese compromiso lo hemos asumido y vamos a acompañar al pueblo hasta el final", indicó.
La esposa de Zelaya reconoció que le preocupa la seguridad de su familia tras el retorno a Honduras, nación que posee altos niveles de violencia criminal y donde Zelaya tiene muchos enemigos entre la conservadora clase dirigente.
"La verdad es que desde que se dio lo del golpe hemos tenido temor, (lo que es) lógico porque aquí en Honduras no hay alguien que se sienta seguro. La violencia se incrementó después del golpe, yo creo que nadie puede sentir la seguridad y, bueno, para nosotros también hay temor en qué pueda pasar", dijo.
Sin embargo, afirmó que su principal preocupación es alcanzar sus ideales.
"Nosotros esperamos que esa ventana de esperanza, de luz, que se ha abierto para el pueblo hondureño, sea la que nos mantenga y nos impulse a seguir adelante y alcanzar esos ideales que tenemos para este país, añadió.
Zelaya y su familia regresaron a Honduras el sábado, luego de 16 meses de exilio en República Dominicana, y el ex mandatario y sus aliados han indicado que Xiomara Castro podría ser en 2013 la candidata presidencial del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a los zelayistas.
"Antes del golpe, yo siempre pensé que terminaba el periodo de gobierno (de Zelaya en enero de 2010) y yo regresaba a mi casa a dedicarme a atender a mi familia. Eso era tal vez lo que uno pensaba y deseaba, pero yo con mis hijos he hablado y les he dicho que ya eso cambió", expresó Castro.
"Hemos asumido una responsabilidad, no porque nos la hayan asignado, es una responsabilidad propia, y hay un compromiso que no tiene límite ni espacio", dijo en la entrevista con la AFP, efectuada en el patio de su casa en la colonia Tres Caminos de Tegucigalpa, el domingo en la tarde.
Zelaya, quien pasará unos días con su familia en su finca de Olancho (este), reforzó la idea de que su esposa sería la candidata zelayista en 2013, cuando dijo el domingo en su primera rueda de prensa tras volver a Honduras: "La que está en política es la primera dama, yo soy un simple ciudadano".
Castro, quien es licenciada en contabilidad y administración de empresas, señaló que "muchas mujeres han asumido un rol muy importante, yo creo que cada una con una personalidad diferente, con un estilo diferente de admirar".
"Me parece que Bachelet dio un giro muy grande, un respaldo muy grande al tema social, Cristina (Kirchner) ha asumido también con muchas dificultades también, un rol tan importante dentro de su país", expresó.
"Yo creo que el empuje que les han dado a sus países, los logros que se han alcanzado dentro de sus administraciones, ha sido fundamental (...). Han sabido sobrellevar con la frente en alto y con mucho orgullo una posición tan alta como es la presidencia de esos países", añadió.
Castro, quien ha estado ocupada ordenando la casa que quedó vacía en 2009 y recibiendo a decenas de amigos, admitió que "nuestros últimos años han sido (de) cambios muy radicales después del golpe", pues todo ha sido "incierto", como el encierro de cuatro meses en la embajada brasileña en Tegucigalpa y el exilio en República Dominicana, a partir del 27 de enero de 2010.
"Regresar aquí es (algo) cierto, pero yo creo que lo único seguro que tenemos como convicción, es que tenemos un compromiso muy grande como familia y ese compromiso lo hemos asumido y vamos a acompañar al pueblo hasta el final", indicó.
La esposa de Zelaya reconoció que le preocupa la seguridad de su familia tras el retorno a Honduras, nación que posee altos niveles de violencia criminal y donde Zelaya tiene muchos enemigos entre la conservadora clase dirigente.
"La verdad es que desde que se dio lo del golpe hemos tenido temor, (lo que es) lógico porque aquí en Honduras no hay alguien que se sienta seguro. La violencia se incrementó después del golpe, yo creo que nadie puede sentir la seguridad y, bueno, para nosotros también hay temor en qué pueda pasar", dijo.
Sin embargo, afirmó que su principal preocupación es alcanzar sus ideales.
"Nosotros esperamos que esa ventana de esperanza, de luz, que se ha abierto para el pueblo hondureño, sea la que nos mantenga y nos impulse a seguir adelante y alcanzar esos ideales que tenemos para este país, añadió.