La "jornada del silencio" fue decretada por la Federación Nacional de la Prensa para impedir que el Parlamento apruebe definitivamente una ley que limita el uso de escuchas telefónicas y su publicación.
"Parece contradictorio que paremos de trabajar contra una ley que además fue firmada por un jefe de gobierno que llamó a los lectores a hacer huelga contra los diarios", escribe en un editorial el diario La Repubblica, entre los de mayor circulación.
"En realidad es un gesto responsable para denunciar al gobierno y llamar la atención de la población frente a una ley que afecta al mismo tiempo la tutela de la legalidad, la lucha contra la criminalidad organizada y la circulación libre y transparente de la información", escribió el rotativo.
La ley fue aprobada el pasado 10 de junio por el Senado italiano tras lo cual deberá pasar una nueva lectura en la Cámara de Diputados.
El presidente de la República, que debe luego firmarla para que se convierta en ley, podría vetarla por inconstitucional.
La norma, que Berlusconi considera indispensable para proteger la intimidad de los ciudadanos, limita entre otros el uso de las escuchas telefónicas a un máximo de 75 días, prorrogables de tres en tres.
La norma fue duramente criticada por la oposición de izquierda y sobre todo todo por la magistratura, que considera que afecta gravemente la lucha contra la mafia, basada en sofisticados sistemas de escuchas.
En caso de violación de la ley, los propietarios de los diarios deberán pagar multas de hasta 464.000 euros (588.000 dólares) y los periodistas serían sancionados con hasta 60 días de cárcel.
La oposición de izquierda y la mayoría de los grandes medios sostienen que se trata de un intento de amordazar a la prensa y sobre todo de impedir la divulgación de informaciones molestas para Berlusconi.
"Una jornada de silencio (...) un grito de alarma lanzado por aquellos que temen sus efectos", sostiene Il Corriere della Sera.
"El derecho a la vida privada y el derecho a informar pueden convivir, tal como ocurre en numerosas democracias. ¿Por qué no en la nuestra?", se interroga el diario.
La semana pasada miles de personas salieron a manifestarse en Roma contra la ley.
"Parece contradictorio que paremos de trabajar contra una ley que además fue firmada por un jefe de gobierno que llamó a los lectores a hacer huelga contra los diarios", escribe en un editorial el diario La Repubblica, entre los de mayor circulación.
"En realidad es un gesto responsable para denunciar al gobierno y llamar la atención de la población frente a una ley que afecta al mismo tiempo la tutela de la legalidad, la lucha contra la criminalidad organizada y la circulación libre y transparente de la información", escribió el rotativo.
La ley fue aprobada el pasado 10 de junio por el Senado italiano tras lo cual deberá pasar una nueva lectura en la Cámara de Diputados.
El presidente de la República, que debe luego firmarla para que se convierta en ley, podría vetarla por inconstitucional.
La norma, que Berlusconi considera indispensable para proteger la intimidad de los ciudadanos, limita entre otros el uso de las escuchas telefónicas a un máximo de 75 días, prorrogables de tres en tres.
La norma fue duramente criticada por la oposición de izquierda y sobre todo todo por la magistratura, que considera que afecta gravemente la lucha contra la mafia, basada en sofisticados sistemas de escuchas.
En caso de violación de la ley, los propietarios de los diarios deberán pagar multas de hasta 464.000 euros (588.000 dólares) y los periodistas serían sancionados con hasta 60 días de cárcel.
La oposición de izquierda y la mayoría de los grandes medios sostienen que se trata de un intento de amordazar a la prensa y sobre todo de impedir la divulgación de informaciones molestas para Berlusconi.
"Una jornada de silencio (...) un grito de alarma lanzado por aquellos que temen sus efectos", sostiene Il Corriere della Sera.
"El derecho a la vida privada y el derecho a informar pueden convivir, tal como ocurre en numerosas democracias. ¿Por qué no en la nuestra?", se interroga el diario.
La semana pasada miles de personas salieron a manifestarse en Roma contra la ley.