"Se decidió una huelga general de tres días en todos los sectores públicos y privados", según el comunicado publicado en la noche del sábado.
Esta huelga general se llevará a cabo "en señal de duelo" y de solidaridad con las familias de las víctimas del viernes.
Aun cuando la tensión era palpable en la capital, en donde la mayoría de comercios permanecieron cerrados el sábado, la situación parecía haberse calmado en la noche.
Por la tarde, una columna de vehículos de milicianos provenientes de Misrata (a unos 200 km al este de Trípoli) intentaron avanzar hacia la capital.
Residentes armados de Trípoli se enfrentaron a estos milicianos procedentes de Misrata en un suburbio del este de la capital de Libia, informaron testigos y el gobierno.
La carretera que va del suburbio de Tayura hacia el centro de la ciudad bordeando la costa, estaba cerrada y hombres armados de Trípoli en vehículos con baterías antiaéreas se congregaban en la entrada oriental de la ciudad, constató la AFP.
Testigos afirmaron oír enfrentamientos en Tayura.
El primer ministro libio, Ali Zeidan, pidió "moderación y el cese de los combates". "La situación se va a complicar más aún si otros grupos armados entran en la capital", agregó.
La misión de la ONU en Libia también pidió un "cese inmediato" de los enfrentamientos, condenando "firmemente la violencia".
Asimismo Estados Unidos hizo el sábado un llamado a la calma y expresó su preocupación por las "muertes y las heridas sufridas por muchos libios en recientes choques en Trípoli".
Para Zeidan, "las próximas horas serán decisivas en la historia de Libia y en el éxito de su revolución", la cual llevó, con la ayuda militar de países como Francia, Estados Unidos y Reino Unido, al derrocamiento de Muamar Gadafi en 2011.
La capital permaneció relativamente tranquila en la mañana del sábado, tras una noche agitada, con tiros y explosiones.
A primeras horas de la tarde del viernes, centenares de manifestantes pacíficos se acercaron al cuartel general de esta milicia formada por hombres de Misrata pero llamada Gharghur porque tiene su sede en este barrio de Trípoli.
Algunos milicianos dispararon al aire para intentar dispersarlos pero, como se negaban a hacerlo, abrieron fuego contra ellos, constató la AFP.
Como represalia, por la noche hombres armados a bordo de camionetas descubiertas con cañones antiaéreos asaltaron e incendiaron el cuartel general de la milicia.
El primer ministro dijo el viernes que "la manifestación era pacífica y dispararon contra ella cuando entró en Gharghur", rectificando sus declaraciones anteriores en las que había hablado de "manifestantes armados".
Según Sadat al Badri, presidente del consejo local de Trípoli, el equivalente del ayuntamiento de la ciudad, los manifestantes eran pacíficos y los disparos vinieron de dentro del cuartel de la milicia.
"Vamos a anunciar una huelga general y vamos a entrar en desobediencia civil hasta que se vayan las milicias", dijo Badri.
Los imanes de la ciudad habían pedido a los habitantes de la capital libia que se manifestaran contra las milicias, haciéndose eco de los llamamientos del muftí (principal autoridad religiosa del país) y del consejo local.
Dos años después del derrocamiento de Gadafi, las autoridades libias de transición todavía no han logrado controlar a las milicias.
Tras este derrocamiento, el gobierno libio usó a estos grupos armados creados durante la rebelión de 2011, varios de ellos islamistas, para intentar garantizar la seguridad del país. Pero el plan de integración de estos jóvenes en las fuerzas regulares fracasó tras rechazar la mayoría de ellos ser reclutados individualmente.
El Congreso General Nacional (CGN), la máxima autoridad del país, decidió el año pasado evacuar a las milicias de la capital, una medida que nunca se aplicó.