La jueza del distrito Christina Snyder, que tomó el caso en noviembre, dictaminó que la cruz "pone el poder, el prestigio y la riqueza del condado detrás de una sola religión, el cristianismo, sin ofrecer ningún beneficio igual a las personas con puntos de vistas seculares o alternativos".
El caso estalló en febrero de 2014, cuando la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y un grupo de líderes religiosos y educativos denunciaron que la circunscripción administrativa, donde viven unos 10 millones de personas, reinstauró el símbolo diez años después de haberlo sacado.
En su queja, apuntaron que incluir de nuevo la cruz "favorece el cristianismo frente a otras religiones y que divide los residentes del condado por religión y por creencia".
El símbolo, que estaba situado junto a la imagen de la misión de San Gabriel, aparece en todas las banderas que ondean en edificios públicos.
El director ejecutivo de ACLU para el sur de California, Héctor Villagra, y la abogada Linda M. Burrow, representante de los denunciantes, celebraron la decisión judicial.
"Nos sentimos felices por el fallo porque reconoce que Los Ángeles es un condado de gran diversidad con seguidores de cientos de fes, al igual que no creyentes, quienes se merecen ser tratados con la misma dignidad por el gobierno", manifestaron en un comunicado conjunto.
Uno de los gerentes de la junta del condado que aprobó la restauración de la cruz, Mike Antonovich, declaró por su lado que la resolución de la magistrada "ignora la realidad histórica y arquitectónica" de la zona.
Antonovich está a favor de apelar la decisión porque otros condados californianos, como los de Ventura y San Benito, así como la ciudad de San Luis Obispo tienen cruces en sus emblemas.