Indígenas brasileños
Con los rostros pintados y el cuerpo cubierto de trazos negros con distintas figuras geométricas, con plumas multicolores en la cabeza, lanzas y flechas, los indígenas transitaron por los alrededores del Palacio de Planalto -sede de la presidencia-, el Palacio de Tribunales, el Congreso y los ministerios en el Distrito Federal.
"Dilma, respeta a tu gente", gritaron al pasar por los exteriores del palacio presidencial, fuertemente custodiado por la policía. El recorrido lo hicieron al son de cánticos tribales que retumbaban entre los edificios de la explanada de los ministerios.
"La tierra indígena no puede convertirse en latifundio" o "Por la demarcación inmediata del territorio indígena", eran algunas de las frases que se leían en los carteles que llevaban los manifestantes.
Antes de iniciar la marcha, los caciques de las comunidades aclararon que, si bien muchos de sus antepasados son guerreros, esta manifestación era pacífica.
"Estamos aquí los distintos pueblos, no para ejercer violencia alguna, sino para dialogar con el Congreso. Nos preocupan las leyes que perjudican a nuestros pueblos, por eso estamos aquí", dijo el célebre cacique Raoni, de la etnia kayapó, utilizando la lengua jê, propia de su comunidad.
Takakire, otro representante kayapó, explicó a la AFP que fueron recibidos por parlamentarios el martes pero que no quedaron satisfechos.
"La principal preocupación que tienen las comunidades es el respeto a sus tierras, que son depredadas por plantaciones de soja y el ganado", sostuvo.
En tanto, otros representantes también destacaron el aporte cultural de sus comunidades al país, por ejemplo, en las tradiciones y el turismo.
"Si hoy existe una comida típica y una comida típica de Brasil, es porque un indio o un negro las preservó", dijo Nubia de Souza, representante de la Coordinadora Nacional Quilombola (Conaq).
En su página de internet, el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) describe a la comunidad quilombola como un grupo étnico, predominantemente constituido por población de raza negra rural y urbana.
El nombre de su comunidad proviene de quilombo, como se conocía en el país al lugar en donde se escondían los esclavos que huían de las haciendas. El INRA reconoce más de 3.000 comunidades quilombolas en Brasil.
Varios pueblos indígenas de esta nación sudamericana han denunciado ser víctimas de violencia.
Según un estudio hecho por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), la violencia contra las comunidades nativas creció más del triple entre 2011 y 2012 en Brasil, en muchos casos por la disputa por la tierra con los grandes hacendados.
Un total de 1.276 indígenas sufrieron violencia en 2012, contra 378 en 2011, reveló el informe anual del CIMI.
El estudio considera violencia las amenazas de muerte, los homicidios, los intentos de asesinato, el racismo, las lesiones corporales y las agresiones sexuales.
En Brasil viven 896.900 indígenas de 305 etnias, menos de 0,5% de la población de 194 millones de personas.
Las tierras indígenas ocupan el 12% del territorio, buena parte en la Amazonía. Hay muchas tierras pendientes de reconocimiento en áreas pobladas y ocupadas por colonos para la agricultura.
"Dilma, respeta a tu gente", gritaron al pasar por los exteriores del palacio presidencial, fuertemente custodiado por la policía. El recorrido lo hicieron al son de cánticos tribales que retumbaban entre los edificios de la explanada de los ministerios.
"La tierra indígena no puede convertirse en latifundio" o "Por la demarcación inmediata del territorio indígena", eran algunas de las frases que se leían en los carteles que llevaban los manifestantes.
Antes de iniciar la marcha, los caciques de las comunidades aclararon que, si bien muchos de sus antepasados son guerreros, esta manifestación era pacífica.
"Estamos aquí los distintos pueblos, no para ejercer violencia alguna, sino para dialogar con el Congreso. Nos preocupan las leyes que perjudican a nuestros pueblos, por eso estamos aquí", dijo el célebre cacique Raoni, de la etnia kayapó, utilizando la lengua jê, propia de su comunidad.
Takakire, otro representante kayapó, explicó a la AFP que fueron recibidos por parlamentarios el martes pero que no quedaron satisfechos.
"La principal preocupación que tienen las comunidades es el respeto a sus tierras, que son depredadas por plantaciones de soja y el ganado", sostuvo.
En tanto, otros representantes también destacaron el aporte cultural de sus comunidades al país, por ejemplo, en las tradiciones y el turismo.
"Si hoy existe una comida típica y una comida típica de Brasil, es porque un indio o un negro las preservó", dijo Nubia de Souza, representante de la Coordinadora Nacional Quilombola (Conaq).
En su página de internet, el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) describe a la comunidad quilombola como un grupo étnico, predominantemente constituido por población de raza negra rural y urbana.
El nombre de su comunidad proviene de quilombo, como se conocía en el país al lugar en donde se escondían los esclavos que huían de las haciendas. El INRA reconoce más de 3.000 comunidades quilombolas en Brasil.
Varios pueblos indígenas de esta nación sudamericana han denunciado ser víctimas de violencia.
Según un estudio hecho por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), la violencia contra las comunidades nativas creció más del triple entre 2011 y 2012 en Brasil, en muchos casos por la disputa por la tierra con los grandes hacendados.
Un total de 1.276 indígenas sufrieron violencia en 2012, contra 378 en 2011, reveló el informe anual del CIMI.
El estudio considera violencia las amenazas de muerte, los homicidios, los intentos de asesinato, el racismo, las lesiones corporales y las agresiones sexuales.
En Brasil viven 896.900 indígenas de 305 etnias, menos de 0,5% de la población de 194 millones de personas.
Las tierras indígenas ocupan el 12% del territorio, buena parte en la Amazonía. Hay muchas tierras pendientes de reconocimiento en áreas pobladas y ocupadas por colonos para la agricultura.