Acto público para celebrar la decisión de la ONU
"Tengo 70 años y masco coca desde los 15 años, la coca me sirve de alimento", dice a la AFP Teodoro Chura antes de meterse varias hojas de coca a la boca durante un acto que se realizó en La Paz para celebrar que el país fue readmitido a la Convención de Viena sobre droga y estupefacientes de la ONU, con la reserva de que el mascado de coca no sea prohibido en territorio boliviano.
La ONU readmitió el viernes pasado a Bolivia en esa Convención, que había denunciado en 2011 porque le obligaba a proscribir la masticación de la milenaria planta.
Bolivia solicitó en 2012 su readmisión, con sus objeciones al veto de la ancestral práctica, muy común entre indígenas y obreros.
El gobierno boliviano consideró un éxito diplomático la decisión de Naciones Unidas, pese a que 15 países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia, Alemania y Japón, cuestionaron la posición andina.
La Paz se adhirió en 1976 a la Convención de Viena y se comprometió en un plazo de 25 años (hasta 2001) a proscribir -según explicación del gobierno boliviano- la práctica del mascado, lo que motivó que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU mantuviera su pedido hacia el país andino.
"La coca no hace daño, es alimento, en el campo sirve para trabajar, para sembrar", agrega por su lado Herminio Loza, campesino cocalero de 32 años de la región del valle de los Yungas, en los valles subandinos de La Paz, desde donde ha llegado a los festejos populares, que se concentraron en La Paz y Cochabamba (centro).
En el centro de La Paz, unos 5.000 cocaleros celebraron la gestión del presidente Evo Morales, líder de los campesinos que cultivan coca, que promovió la acción y el retorno a la Convención de la ONU.
Con banderas bolivianas rojo, amarillo y verde, y la multicolor y ajedrezada 'wiphala' el símbolo de los indígenas del país, los labriegos recorrieron céntricas calles y avenidas capitalinas, repartiendo hojas de coca al menudeo en pequeñas bolsas plásticas a miles de personas que observan la caminata.
Una fiesta con conjuntos folclóricos típicos y música a todo volumen coronó las celebraciones por el éxito de la iniciativa planteada.
"¡La coca no es cocaína! ¡ya es legal el consumo de coca!", gritó un animador que invita a los presentes a vitorear a Morales, histórico líder de indígenas y campesinos cocaleros, sus más leales aliados políticos.
"La coca es buena", dice con timidez a la AFP Rosa Tapia, una mujer aymara de 50 años, sentada en el piso junto a un centenar de mujeres. "Masco coca desde los 25 años", cuenta.
- Festejos en otras ciudades -
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"La hoja de coca ya no es más vista como cocaína (..), es un triunfo de nuestra identidad", dijo el presidente Evo Morales en los festejos organizados por campesinos y cocaleros en Cochabamba (400 km al este de La Paz), sede de 6 poderosos sindicatos de cocaleros de los que el mandatario continúa siendo líder honorario.
Otros festejos de menor dimensión se desarrollaron en las ciudades de Santa Cruz (este) y Sucre (sureste).
El mascado de hoja de coca en su estado natural es una antigua costumbre en Bolivia para mitigar el hambre, el cansancio o los síntomas de la altura. Se utiliza como infusión en tés, con fines medicinales y para rituales de culto a la Pachamama, la madre-Tierra andina.
Bolivia cuenta actualmente con 27.200 hectáreas de coca, según la ONU, aunque el gobierno boliviano sólo reconoce 12.000. Por ahora se desconoce cuánta coca necesita Bolivia para fines legales, pues está un curso, desde hace dos años, un estudio financiado por la Unión Europea.
Estudios de la ONG privada CELIN (Centro Latinoamericano de Investigación Científica), con sede en Cochabamba, considera que Bolivia necesitaría sólo 9.000 hectáreas y suponen que el resto es desviado para la producción de cocaína.
La ONU readmitió el viernes pasado a Bolivia en esa Convención, que había denunciado en 2011 porque le obligaba a proscribir la masticación de la milenaria planta.
Bolivia solicitó en 2012 su readmisión, con sus objeciones al veto de la ancestral práctica, muy común entre indígenas y obreros.
El gobierno boliviano consideró un éxito diplomático la decisión de Naciones Unidas, pese a que 15 países, entre ellos Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia, Alemania y Japón, cuestionaron la posición andina.
La Paz se adhirió en 1976 a la Convención de Viena y se comprometió en un plazo de 25 años (hasta 2001) a proscribir -según explicación del gobierno boliviano- la práctica del mascado, lo que motivó que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU mantuviera su pedido hacia el país andino.
"La coca no hace daño, es alimento, en el campo sirve para trabajar, para sembrar", agrega por su lado Herminio Loza, campesino cocalero de 32 años de la región del valle de los Yungas, en los valles subandinos de La Paz, desde donde ha llegado a los festejos populares, que se concentraron en La Paz y Cochabamba (centro).
En el centro de La Paz, unos 5.000 cocaleros celebraron la gestión del presidente Evo Morales, líder de los campesinos que cultivan coca, que promovió la acción y el retorno a la Convención de la ONU.
Con banderas bolivianas rojo, amarillo y verde, y la multicolor y ajedrezada 'wiphala' el símbolo de los indígenas del país, los labriegos recorrieron céntricas calles y avenidas capitalinas, repartiendo hojas de coca al menudeo en pequeñas bolsas plásticas a miles de personas que observan la caminata.
Una fiesta con conjuntos folclóricos típicos y música a todo volumen coronó las celebraciones por el éxito de la iniciativa planteada.
"¡La coca no es cocaína! ¡ya es legal el consumo de coca!", gritó un animador que invita a los presentes a vitorear a Morales, histórico líder de indígenas y campesinos cocaleros, sus más leales aliados políticos.
"La coca es buena", dice con timidez a la AFP Rosa Tapia, una mujer aymara de 50 años, sentada en el piso junto a un centenar de mujeres. "Masco coca desde los 25 años", cuenta.
- Festejos en otras ciudades -
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"La hoja de coca ya no es más vista como cocaína (..), es un triunfo de nuestra identidad", dijo el presidente Evo Morales en los festejos organizados por campesinos y cocaleros en Cochabamba (400 km al este de La Paz), sede de 6 poderosos sindicatos de cocaleros de los que el mandatario continúa siendo líder honorario.
Otros festejos de menor dimensión se desarrollaron en las ciudades de Santa Cruz (este) y Sucre (sureste).
El mascado de hoja de coca en su estado natural es una antigua costumbre en Bolivia para mitigar el hambre, el cansancio o los síntomas de la altura. Se utiliza como infusión en tés, con fines medicinales y para rituales de culto a la Pachamama, la madre-Tierra andina.
Bolivia cuenta actualmente con 27.200 hectáreas de coca, según la ONU, aunque el gobierno boliviano sólo reconoce 12.000. Por ahora se desconoce cuánta coca necesita Bolivia para fines legales, pues está un curso, desde hace dos años, un estudio financiado por la Unión Europea.
Estudios de la ONG privada CELIN (Centro Latinoamericano de Investigación Científica), con sede en Cochabamba, considera que Bolivia necesitaría sólo 9.000 hectáreas y suponen que el resto es desviado para la producción de cocaína.