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Haidar al Abadi
Trump dictó el 27 de enero una orden ejecutiva (decreto) que suspende durante 90 días la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, entre ellos Irak, argumentando que se trata de una medida para prevenir el "terrorismo islamista".
De momento la aplicación del decreto está suspendida por la justicia pero Trump ha prometido que seguirá la batalla legal para que se aplique.
"El primer ministro reafirmó la importancia de revisar la decisión sobre el derecho de los iraquíes a viajar a Estados Unidos", dijo la oficina Abadi en un comunicado tras la conversación.
Abadi pidió a Trump que "saque a Irak de la lista de países mencionados en la orden ejecutiva", en la que también están Irán, Somalia, Sudán, Libia, Yemen y Siria.
Trump subrayó por su parte "la importancia de la coordinación para encontrar una solución al problema lo antes posible", indicó el comunicado.
Estados Unidos es un aliado económico, político y militar clave para Irak, en particular en la guerra contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) que ocupan parte de su territorio.
La aviación estadounidense así como varios consejeros militares estadounidenses asesoran al gobierno para reconquistar Mosul, la segunda ciudad del país ocupada por el EI.
El jueves otros dos países aliados de Estados Unidos que no están en el decreto migratorio, Kuwait y Arabia Saudí, recibieron llamadas telefónicas de Washington.
El emir de Kuwait, el jeque Sabah al Ahmad Al Sabah, y Trump subrayaron "la importancia de reforzar la seguridad y la estabilidad en la región y apoyar los esfuerzos comunes en la lucha contra el terrorismo y el extremismo", indicó la agencia oficial Kuna.
Por su parte el rey Salman de Arabia Saudí habló por teléfono con el nuevo secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson, según la agencia oficial Spa.
Tillerson subrayó la importancia de desarrollar "un plan global para reforzar la cooperación entre ambos países en el dominio militar y trabajar juntos contra el terrorismo", según la agencia saudí.
De momento la aplicación del decreto está suspendida por la justicia pero Trump ha prometido que seguirá la batalla legal para que se aplique.
"El primer ministro reafirmó la importancia de revisar la decisión sobre el derecho de los iraquíes a viajar a Estados Unidos", dijo la oficina Abadi en un comunicado tras la conversación.
Abadi pidió a Trump que "saque a Irak de la lista de países mencionados en la orden ejecutiva", en la que también están Irán, Somalia, Sudán, Libia, Yemen y Siria.
Trump subrayó por su parte "la importancia de la coordinación para encontrar una solución al problema lo antes posible", indicó el comunicado.
Estados Unidos es un aliado económico, político y militar clave para Irak, en particular en la guerra contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) que ocupan parte de su territorio.
La aviación estadounidense así como varios consejeros militares estadounidenses asesoran al gobierno para reconquistar Mosul, la segunda ciudad del país ocupada por el EI.
El jueves otros dos países aliados de Estados Unidos que no están en el decreto migratorio, Kuwait y Arabia Saudí, recibieron llamadas telefónicas de Washington.
El emir de Kuwait, el jeque Sabah al Ahmad Al Sabah, y Trump subrayaron "la importancia de reforzar la seguridad y la estabilidad en la región y apoyar los esfuerzos comunes en la lucha contra el terrorismo y el extremismo", indicó la agencia oficial Kuna.
Por su parte el rey Salman de Arabia Saudí habló por teléfono con el nuevo secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson, según la agencia oficial Spa.
Tillerson subrayó la importancia de desarrollar "un plan global para reforzar la cooperación entre ambos países en el dominio militar y trabajar juntos contra el terrorismo", según la agencia saudí.
